Borrar
Una imagen de la exposición de Matisse. E. P.
Matisse, el grabador valiente

Matisse, el grabador valiente

Las estampas en blanco y negro que el mago del color realizó a lo largo de toda su vida se muestras reunidas por primera vez en España

Jueves, 16 de mayo 2019, 13:26

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

«Jamás tuvo miedo a experimentar con cualquier soporte o técnica. Ese coraje, que demostró a lo largo de toda su vida creativa, late en sus grabados y sus estampas». Así se refiere a Henri Matisse (1869-1954) Suzanne Ramljak, una de las responsables del equipo de comisarios de la American Federation of Arts, que coorganiza la exposición 'Matisse grabador', que trae por primera vez a España una espectacular selección de la obra gráfica del gran artista francés. «El mago del color fue también un genio del blanco y negro», destaca Ramljak, que presentó este jueves en la Fundación Canal de Madrid más de sesenta estampas de las casi 800 elaboradas por Matisse a largo de toda su vida y que no se habían mostrado antes reunidas en nuestro país.

Hasta finales de agosto la Fundación Canal exhibe 63 obras sobre papel datadas entre 1904 y 1954, todas pertenecientes al legado de Matisse a su hijo y que tutela The Pierre and Tana Matisse Foundation. La fundación organiza la muestra junto a la American Federation of Arts y las obras expuestas son prueba del arrojo de un artista vehemente, valiente y sin complejos que dejó escrito que «valentía es una palabra que sutituye a creatividad». Un genio capaz de crear obras fauvistas sin color, «pero con toda la fuerza del fauvismo, y de manejar un lenguaje distinto y extraordinariamente moderno», según destacó Cristian Ruiz Orfila, director de arte y cultura de la Fundación Canal.

«Vemos al Matisse más osado, sin miedo a nada, capaz de trascender a muchos pintores y grabadores, que no dejó jamás de experimentar pasando de un técnica a otra y que nunca se arredró ante nada como artista», insiste Ramljak, «Demostró un enorme coraje en sus obras en blanco y negro, que nada tienen que envidiara a las del color», insiste la experta.

Un detalle de la muestra.
Un detalle de la muestra. Efe

Recordó que Matisse solo firmó dos grabados en color, ambos presentes en la muestra, y destacó cómo «la genialidad cabe tanto en en el cine en blanco y negro como en el de color, como ocurre con la obra de Matisse». Elogió la fuerza de unas estampas que denotan «el deseo de de articular un lenguaje en blanco y negro».

«La selección desvela algunos de los aspectos menos conocidos de la obra del artista que ha marcado el siglo XX junto a Pablo Picasso», sostiene Jay McKean Fisher, del Baltimore Museum of Art, y ausente comisario de la muestra que repasa la innovadora e intensa relación de Matisse con el grabado y el papel crucial que la estampa jugó en su proceso creativo. «Incide en la habilidad de este insuperable maestro del color para articular sus ideas visuales también en blanco y negro, algo que hizo con la misma maestría y brillantez», coincide McKean Fisher con Ramljak.

La selección de 63 grabados de la colección que tras su muerte Matisse legó a su hijo, el marchante de arte Pierre Matisse, subraya la importancia del grabado en la evolución del arte de Matisse y el papel que la estampa desempeñó en su evolución. Lo hace a través de once secciones en las que se recorre de forma muy didáctica la evolución de Matisse en las distintas técnicas de estampación que utilizó: punta seca, aguafuerte, aguatinta, monotipo, litografía, xilografía y linografía.

Casi todas las estampas son parte de series fundamentales para el desarrollo de su pintura y en que las aparecen las mismas modelos en las misma poses. Desvela también sus fuentes de composición y el origen de sus líneas maestras en un recorrido muy variado que arranca con un autorretrato inspirado en Rembradt de 1904, para llegar a otro de 1948 mucho más esencial y que concluye con las sintéticas estampas de línea de trazo grueso y decidido que prueban del lugar de privilegio al que llegó el maestro del color y de la línea. «Fue un experimentador incansable que no dejó jamás de mirar y revisar sus obras en papel, de elegirlas y seleccionarlas, y que asemejaba el trabajo del grabado a la del músico», explicó Ramljak.

Matisse tocaba, en efecto, el violín y para él el roce delas crines del arco sobre la cuerda del instrumento «era semejante a la del buril sobre la piedra en la litografía», dijo Ramljak. «Adoraba la danza y la música y comparaba el proceso litográfico o linográfico con la interpretación al violín. No en vano, reconoció que pensaba en la música mientras trabajaba», concluye.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios