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Patricia Marín Cepeda. Diego Herrero
«El género epistolar fue para las mujeres una ventana de libertad»

«El género epistolar fue para las mujeres una ventana de libertad»

La filóloga Patricia Marín Cepeda investigará gracias a una beca Leonardo el envío de cartas de amor en los siglos XVI y XVII entre cortes europeas

Jesús Bombín

Valladolid

Viernes, 27 de julio 2018, 20:22

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'Mujer de amarillo escribiendo una carta. (Prácticas epistolares amorosas entre cortes europeas)' es el título del proyecto que Patricia Marín Cepeda (Madrid, 1981) abordará desde septiembre de este año hasta febrero de 2020 gracias a la concesión de una de las 64 becas Leonardo (dotada con 40.000 euros) que financia la Fundación BBVA.

La investigación propuesta por la profesora ayudante doctora en el Departamento de Filología de la Universidad de Burgos se centrará en la escritura privada epistolar femenina de carácter amoroso en los XVI y XVII. El título 'Mujer de amarillo escribiendo una carta' alude a la pintura homónima del holandés Vermeer que representa a una figura femenina del siglo XVII en el acto de tomar una pluma y escribir una carta. «En el Quinientos español los moralistas pusieron en entredicho la idea de enseñar a leer y escribir a las mujeres por considerar que era algo peligroso», apunta Marín Cepeda como marco sociológico a una investigación que se articulará a partir del hallazgo de textos manuscritos femeninos inéditos –en torno a 500 cartas– obra de cinco mujeres españolas. Las misivas estaban firmadas con seudónimos y fueron enviadas a Roma al cardenal Ascanio Colonna (1560-1608), mecenas de escritores como Miguel de Cervantes y vinculado a las universidades de Salamanca y Alcalá de Henares.

«Mi proyecto abordará la práctica de la escritura epistolar como espacio privilegiado para la conquista de la autonomía femenina en el espacio social, para el cultivo de la introspección emocional y la creatividad literaria, en forma, por ejemplo, de poemas insertos en los márgenes de la carta, y para la construcción de la sociabilidad fuera del ámbito estrictamente familiar», aduce la investigadora, convencida de que el género epistolar «fue para las mujeres una ventana de libertad en los siglos de Oro».

Otro de los aspectos en el que abundará la investigadora es en la conexión de este corpus epistolar con la historia de la literatura. «Por un lado estudiaré cómo los patrones retóricos que subyacen en las cartas tienen en parte su correlato léxico y argumental en los géneros de la ficción en prosa más leídos por las mujeres en la época, como son los libros de caballerías y la literatura pastoril y, por otro, la participación en este epistolario de escritores del Siglo de Oro que ejercieron la labor de intermediarios o celestinos entre su mecenas el cardenal Colonna y las damas españolas con las que intercambió correspondencia amorosa».

Entre la grafía ha identificado a dos escritores que sirvieron al príncipe italiano como secretarios de cartas en España y Roma (Luis Gálvez de Montalvo y Pedro Fernández de Navarrete», que en opinión de Marín Cepeda, «posiblemente fueron, en hipótesis, los autores de algunas de las cartas de respuesta de Ascanio Colonna».

Pretende Marín Cepeda que su investigación trascienda más allá del ámbito académico pues, sostiene, «es importante ponerla a disposición de la sociedad; desde hace una década estamos viviendo una eclosión de estudios históricos sobre epistolarios y gracias a su conocimiento detallado se conocen entresijos históricos y culturales que fueron decisivos en la formación de redes de comunicación, de favores, de trasiego de noticias y de relaciones humanas».

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