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López Cobos, dirigiendo a la OSCyL y a Javier Perinaes, en 2015. Gabriel Villamil
El padrino que salvó a la OSCyL de los envites de la crisis

El padrino que salvó a la OSCyL de los envites de la crisis

Director emérito desde 2013, López Cobos defendió la sorprendente «joya» de la Sinfónica regional

Victoria M. Niño

Valladolid

Sábado, 3 de marzo 2018, 17:06

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Debía ser chusco venir de la Ópera de Berlín, del Teatro Real o de la Scala a dirigir al Teatro Lope de Vega de titilantes ornamentos. Ysin embargo, el maestro López Cobos vino y se asombró de la Orquesta Sinfónica de Castilla y León: «Nunca soñé cuando me fui a Viena que algún día dirigiría a una orquesta como esta al lado de mi pueblo». Y a renglón seguido lamentó que a esa «joya» le faltara un «joyero» apropiado. Andando el tiempo, la OSCyL lo tuvo y estrenó sede en 2007, el auditorio Miguel Delibes. Proyectado por Tomás Villanueva, desarrollado y estrenado por Silvia Clemente, la OSCyL con Enrique Rojas en la gerencia y Alejandro Posada en el podio vivió unos idílicos primeros años. Cada temporada más y mejores directores y solistas para tocar con la ‘joya’. Pero llegó la crisis y la sola existencia de la orquesta llegó a estar cuestionada. Fue un reo al borde de la condena en la mesa de la Hacienda regional. Tras la marcha de Lionel Bringuier y de Félix Alcaraz (dirección artística y técnica) la OSCyL quedó huérfana y vulnerable a medida que pasaban las temporadas y los cargos importantes corrían el peligro de amortizarse. Cuando ya parecía capeado el temporal, llegó el pasado mes de julio el despido de 10 músicos (10% de los profesores) que no tuvieron opción a ser titulares porque no se convocaban las plazas. En todas estas crisis ha mediado el caballero de la mano en el pecho, el López Cobos conciliador y manierista, como escapado de un cuadro del Greco, ese que fue capaz de dirigir la ‘Tercera’ de Mahler en abril de 2011, un mes después de perder un riñón. El maestro corrió con los 164 músicos –OSCyL más coros– esa maratón de seis movimientos de una hora de duración sin parar.

Cumplió su palabra y volvió renovando su compromiso con aquella orquesta que paliaba el erial musical español que dejó al irse a Viena. Quien se formó en la elite, vivió la democratización musical española en todas esas orquestas europeas donde iban ganando sillas los vientos y la cuerda nacional.

«Este es un día triste para la Comunidad», decía ayer la consejera de Cultura, María Josefa García Cirac, quien destacó la «generosidad de López Cobos con Castilla y León». Dirigió a la OSCyL en 37 programas, con especial audacia en iniciativas como el ‘homenaje al abonado’ o el ‘Réquiem de guerra’, de Britten. Tenía previsto venir en abril con Chano Domínguez y en junio, con Javier Perianes. Precisamente con este grabó en Valladolid la integral de los conciertos para piano de Beethoven.

Brahms en el atril

El pianista de Huelva recibió la noticia de su muerte antes de coger ayer el avión que le traía de Oslo. «Siento una pena grande, se nos va una figura capital de la historia de la música, no solo española sino universal. Se nos va un grande de la cultura. Personalmente solo puedo hablar de un hombre excepcional, generoso, de una impresionante calidad». Tras hacer aquellos conciertos, que se grabaron para TVE y luego formaron parte del libro conmemorativo de los 25 años de la OSCyL, se vaciaron en la cena del final. «¿Y ahora qué hacemos?» se preguntaron. «Y como a los dos nos encanta Brahms quedamos en hacer su integral, era lo previsto para junio», dice Javier. Perianes y López Cobos en el escenario demostraron la excelencia musical española.

También los músicos de la OSCyL lamentaron ayer su pérdida al conocerla en pleno ensayo con Vasily Petrenko y Truls Mørk. José M. González, trompa, recordaba al maestro como director y profesor. «Le conocí en la Sinfónica de Galicia donde nos dirigió muchas veces y luego aquí, en la OSCyL. Hemos tenido mucha suerte con gozarlo como director principal. Ha sido una persona respetada y carismática, muy especial para las orquestas españolas». Su manera de trabajar siempre pasaba por comprender antes que tocar. «Antes del primer ensayo nos explicaba la obra, su contexto y el compositor. Con él hemos hecho repertorio muy especial como el ‘Réquiem’ de Britten o la ‘Alpina’ de Strauss». González se interesó por la dirección y le pidió ayuda. «Enseguida me dijo que sí, tras los ensayos nos juntábamos en su camerino y me daba consejos. Era una persona muy cercana». En cuanto a su relación con la OSCyL «nos ha dado estabilidad y nombre, nos ha ayudado en todos los aspectos».

López Cobos ha querido ser enterrado en su pueblo y allí reposará en el monasterio de Sancti Spiritus el Real, después de un funeral en la colegiata de Santa María la Mayor. El Ayuntamiento de Toro ha decretado tres días de luto oficial por el fallecimiento del maestro, hijo predilecto desde 1984.

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