Nacho González: «Hemos demostrado que podemos competir de tú a tú con cualquiera»

A pesar de ser debutante en la categoría, el UBU San Pablo está firmando una temporada espectacular. De hecho, tras una primera fase más que satisfactoria, el cuadro burglaés, que ya ha garantizado la permanencia en la División de Honor Plata, arrancará la semana que viene su camino en busca de un ascenso a Asobal que hace no tanto tiempo parecía un sueño y que ahora es una opción real. Ha llegado el momento de «soñar».

Así lo subraya el técnico del UBU San Pablo, Nacho González, que esta misma semana veía reconocido su trabajo al frente del equipo con una renovación de su contrato. Él asegura estar «disfrutando muchísimo» la experiencia a orillas del Arlanzón y se moja a la hora de hablar de los problemas y el futuro del balonmano.

Acaba de renovar su contrato con el club. Entiendo que estará satisfecho, ¿no?

Sí. Estoy muy agradecido al club, por la apuesta personal que han tenido conmigo desde el primer día y, sobre todo, por la apuesta por el proyecto. Esa es la clave. Proyecto y continuidad. Así es como realmente se hacen los clubes. Hay que tener claro lo que se está haciendo e ir avanzando poco a poco, aunque la verdad es que en los últimos años nosotros estamos avanzando bastante rápido.

Cuando se prepara una temporada, siempre se aspira a lo máximo, pero ¿entraba dentro de los planes que el equipo hiciera la campaña que está haciendo?

El objetivo del club es llegar a la máxima categoría, pero esto es deporte y se requiere un tiempo para cumplir un objetivo de este tipo. Está muy bien tener objetivos a largo plazo, pero tienen que ser coherentes con los objetivos a corto plazo y con lo que se hace día a día. Desde que llegué, nos pusimos a trabajar para ir avanzando hacia ese objetivo final, pero es cierto que todo ha ido muy rápido. El primer año hubo un triple empate y nos quedamos fuera del play off por un gol. La temporada pasada fue perfecta, con 23 victorias consecutivas, aunque la competición se paralizó por la covid. Este año queríamos dar un paso hacia adelante en una categoría nueva para la gran mayoría de los jugadores. Para ello intentamos equilibrar la plantilla, con la continuidad de varios jugadores y la incorporación de otros que creíamos que nos podían ayudar a dar ese paso adelante. El gran objetivo de la temporada era estar en el grupo de arriba para garantizarnos la permanencia. Y ahí estamos. Hemos conseguido sacar puntos importantes para empezar la segunda fase con opciones de pelear el ascenso. El sueño está ahí.

El equipo arranca esta fase con 8 puntos, por detrás de Torrelavega, Barça B (que no puede ascender), Novás y Antequera. ¿Qué rivales le dan más miedo?

Hemos demostrado que podemos competir de tú a tú con cualquier rival de esta categoría, pero está claro que los cinco equipos que vienen del otro grupo tienen una trayectoria y una historia detrás muy importante. Estamos hablando de Ciudad Real, que fue dominador en Europa hace unos años; de Antequera, que tiene a gente como Rafa Baena; de Córdoba, con una tradición de balonmano en categorías inferiores tremenda; de Torrelavega, que lleva muchos años estando en la pelea; o de Alcobendas, que ha estado en Asobal varias temporadas. Todos ellos tienen una experiencia que quizá nos falta ahora a nosotros.

¿Ilusión contra experiencia?

Puede ser. Pero no sólo eso. Veremos una lucha bonita entre estilos de juego que quizá sean muy diferentes entre sí.

El equipo se ha definido hasta ahora por desplegar un ritmo muy alto en su juego. ¿Cambiará el estilo a la vista de la propuesta del resto de los clasificados para esta fase?

No. Nosotros vamos a muerte con nuestro modelo de juego. El perfil que tenemos en la plantilla está planteado para ese modelo y tenemos que echar mano de nuestras armas. Seguiremos con un juego muy dinámico ante rivales que quizá se sientan más cómodos en fases estáticas y sin correr riesgos. A nosotros nos gusta correr esos riesgos. Nos sentimos más cómodos. Va a ser bonito.

Ahora mismo, de todos los equipos en buena posición de salida, el UBU San Pablo es el que menos presión tiene, ¿no?

Burgos empieza a tener un nombre dentro del balonmano que quizá otros clubes no tienen porque apuestan más por el corto plazo, mientras nosotros estamos centrados en progresar a largo plazo. A ojos de mucha gente empezamos ser un club muy serio. Sin embargo, la realidad es que somos debutantes en la categoría, mientras otros llevan ya varios años haciendo proyectos para subir y no lo han conseguido.

Sin querer lanzar las campanas al vuelo, ¿qué significaría para un club con cinco años de historia como el UBU San Pablo ascender a Asobal?

Sería algo impresionante. Lo bonito es que el club y el equipo han ido dando paso hacia adelante año tras año y un ascenso a Asobal sería muy digno de admirar. En este sentido, tengo que agradecer mucho el trabajo de los jugadores, que quieren crecer y mejorar todos los días. Me siento privilegiado de tener este perfil de jugadores y de poder estar en un club que, además, nos permite hacer cosas diferentes.

¿Y para usted, qué significaría un ascenso?

Obviamente, para mí sería también muy bonito. Vine aquí para ayudar al crecimiento del club de una manera diferente a la habitual y un ascenso supondría tener la conciencia del trabajo bien hecho. Poder cumplir objetivos haciendo cosas diferentes es una experiencia que estoy disfrutando muchísimo. Años atrás, cuando ascendimos con el Valladolid, sí tenía esa presión de la que hablábamos antes, porque la ciudad no podía estar en División de Honor Plata. Aquí es un proyecto diferente y supone un satisfacción personal tremenda.

¿El balonmano de base en Burgos goza de buena salud?

Una de las cosas que mejor está haciendo este club es crecer en todos los ámbitos. Un club siempre necesita un equipo de referencia que esté en la máxima categoría posible, pero a la vez se necesita trabajar en las bases, captando, formando y tecnificando jugadores. Y en ese ámbito se están haciendo muy bien las cosas. Este año, a pesar de ser sumamente complejo, se ha conseguido tener el mismo número de equipos que teníamos el año pasado. La estructura que está creando el club en la cantera es algo excelente y necesario.

¿Y en qué momento está el balonmano en España?

La realidad es que el momento es complejo a pesar de que el balonmano español es un referente en el ámbito europeo y mundial. La Federación ha tenido un crecimiento presupuestario espectacular y está vendiendo muy bien sus productos, que no son otros que Las Guerreras y Los Hispanos. Sin embargo, la Asobal está muy polarizada, con muchas tensiones internas que son muy perjudiciales en un deporte pequeño como este. Además, la anterior crisis provocó la desaparición de varios clubes campeones y dejó muy tocados al resto. Ahora, la crisis de la covid parece que va a ser muy dañina la próxima temporada.

Lo que tenemos que hacer es dar una vuelta de tuerca a la situación. Hay que modernizar el deporte. Tenemos que apostar por el marketing y por profesionalizar las estructuras. Eso es lo que hizo Francia hace unos años y ahora el balonmano francés es un referente. Tenemos que dejar de mirar el cortoplacismo.

Sin embargo, para conseguir todo eso es imprescindible el apoyo de las empresas y hoy en día es complicado encontrar patrocinios de nivel, ¿no?

El problema es que quizá se sigue buscando el patrocinio tradicional, ese en el que una empresa más o menos grande ponía el nombre y la camiseta. Pero las empresas han cambiado, el mundo es diferente. Ya no se pueden hacer los mismos patrocinios de hace 20 años. Los clubes tienen que empezar a trabajar en ese escenario y profesionalizar sus estructuras. Al final, el que tenga paciencia será quien consiga el éxito futuro. Pero entiendo que es una decisión complicada de tomar. Además, los líderes de los proyectos deben ser personas que sepan de este deporte.

Está claro que la pandemia ha repercutido muy negativamente en el deporte, pero ¿nos está dejando alguna enseñanza?

Sí, nos está dejando algunas buenas conclusiones. La primera es que creo que hemos aprendido a valorar el deporte. Además, a mí me gustaría pensar que también hemos aprendido la importancia de hacer las cosas bien. Con un golpe tan terrible como este, los clubes que van a sobrevivir y salir más fortalecidos son los que ya venían haciendo las cosas de manera seria. Pongo el ejemplo del UBU San Pablo. El año pasado, cuando estalló la pandemia, hubo muchos clubes de muchas disciplinas que no pudieron acudir a los ERTES porque parte de los salarios se pagaban en dietas o cosas similares. Sin embargo, los clubes que tenían todo en regla sí han podido acceder a esas ayudas y sobrevivir. En Primera Nacional, los únicos que pudimos hacerlo fuimos nosotros. Eso dio una protección inmensa a los trabajadores. Me gustaría creer que hemos avanzado en eso. No sé muy bien si es un deseo más que una realidad, pero creo que en todo caso es una enseñanza.

Volviendo al aspecto deportivo, lo ideal sería estar peleando un ascenso con público en El Plantío, ¿no?

Sin duda. Es la gran pena de esta temporada. Tenemos un club que debuta en la categoría, con un equipo en constante crecimiento y sólo unos días y unas pocas personas lo han podido disfrutar. Es el año de la ilusión, en el que se ha empezado a ver un nivel de balonmano altísimo y es una verdadera pena que la gente no haya podido acompañarnos hasta ahora como todos quisiéramos. Sin embargo, aquí también podemos sacar una enseñanza. Y es que, el club ha hecho un esfuerzo extraordinario por ofrecer streaming de calidad para que la gente pueda disfrutar de los partidos desde casa. Eso sí, esperemos que en los próximos partidos podemos contar con público.

Ahora mismo, muchos clubes de Burgos, incluido el suyo, están haciendo encaje de bolillos para poder entrenar y jugar en las instalaciones municipales ¿Echa en falta mayores opciones?

Sí. Además, a nivel político son conscientes de la situación. Ahora mismo, tenemos una problemática con el uso de las instalaciones que todos, con buena voluntad, estamos intentado sobrellevar. En nuestro caso, hay días que tenemos que entrenar fuera de El Plantío, en una instalación que tiene goteras, y algunos entrenamientos en El Plantío son en horarios que no son los mejores.

Además, yo, que vengo de fuera y mi visión es quizá más independiente, veo que el deporte burgalés está creciendo de una manera increíble. Y eso es algo que hay que aprovechar, ya que hay un potencial tremendo en el ámbito del turismo deportivo. Hay que ir dando pasos poco a poco, tanto los clubes, que están haciendo un trabajo magnífico, como el Ayuntamiento, que tiene que ir dando pasos para tener unas instalaciones acordes a las categorías en las que se está jugando y las expectativas que se generan.