El Tubos Aranda conquista Pamplona tras un brillante recital

El Tubos Aranda regala una masterclass defensiva en forma de victoria. Los ribereños dominan con puño de hierro en su visita a Helvetia Anaitasuna y dan un paso de gigante de cara a la salvación gracias a un triunfo de quilates (22-32). Una actuación espectacular de Pau Guitart y de la línea defensiva sirvió en bandeja dos puntos que saben a gloria para dejar atrás la zona roja de la tabla.

Sublime y convencidos del plan de partido arrancaron los pupilos de Javi Márquez. Con Víctor Enebral como principal protagonista de los primeros diez minutos gracias a sus cuatro dianas, los ribereños apenas necesitaron tiempo para abrir brecha en el luminoso (3-7). Quique Domínguez trató de cortar la sangría de los locales con hasta dos tiempos muertos, pero resultó inútil. Pau Guitart arrancó su recital de paradas, y cuando la guitarra del catalán no sonaba, aparecían los platillos de la defensa para cortar de raíz las esperanzas navarras.

Tal fue el dominio de los burgaleses, que hizo falta una inferioridad en los últimos compases de la primera mitad para lograr romper una ventaja que alcanzó las ocho dianas (6-14). Tuvo que ser Ganuza quien evitara la goleada y sentencia visitante, aunque no por ello poco abultada a la conclusión del primer periodo (11-16). Treinta minutos sublimes de los de Javi Márquez que dejaron un claro mensaje: la seña de identidad de este equipo no sólo pasa por una buena defensa, sino por la comunión de cada alma que vive el amarillo en el pecho.

La vuelta de vestuarios agitó el avispero respecto a los anteriores treinta minutos. La garra y tesón de los blanquiverdes los acercó hasta los tres goles (13-18)… Pero a cambio de despertar al protagonista inesperado de la noche: Maxym Vyunyk. El arquero ucraniano, que ya había detenido un penalti en la primera parte, encadenó hasta cuatro más de manera consecutiva. Una cifra demoledora. Aplastante a niveles que resultaron imprescindibles para que el aviso local no pasara de una mera advertencia y sirviera de impulso para recuperar el dominio sobre el 40×20.

Rápidamente la reacción arandina surtió efecto y supo leer a la perfección las necesidades de un partido en el que el 7vs6 no funcionó para los locales. Tras verse superados por un Alberto Pinillos sensacional, los navarros se jugaron sus opciones de puntuar a una carta y poco a poco la ventaja escaló hasta los nueve goles (17-26). Lejos de conformarse, los ribereños continuaron con su ritmo de crucero en ambas áreas para cerrar el duelo en un contundente 22-32.

Dos puntos con sabor a gloria los que se lleva un Tubos Aranda que poco a poco va acariciando la salvación. El asalto a La Catedral deja consigo un regalo perfecto para celebrar mucho más que 25 años de historia… El verdadero premio de esta noche mágica en Pamplona se refleja en las casi cien sonrisas de los aficionados amarillos que se desplazaron hasta el Pabellón Anaitasuna.