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Stéphane Bouillon, prefecto de la región Auvergne-Rhône-Alpes. Jeff Pachoud (Afp)
Seguridad «excepcional» para asegurar una final sin incidentes
Final

Seguridad «excepcional» para asegurar una final sin incidentes

La mala relación entre el Olympique de Marsella y Lyon se suma al recuerdo de la sanción al Atlético provocada por el caso 'Santos Mirasierra'

Rodrigo Errasti Mendiguren

Enviado especial a Lyon

Martes, 15 de mayo 2018, 17:05

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A solo tres horas en coche al norte de Marsella se encuentra Lyon. Un viaje viable hasta para aventureros de última hora. La UEFA no olvida lo que sucedió en 2008, cuando miles de aficionados del Rangers (casi 100.000) viajaron en sus propios coches sin entradas desde Glasgow a Mánchester para la final entre los escoceses y el Zenit de San Petersburgo. La sensación de peligro fue constante hasta que con el pitido final se desató una batalla campal por la ciudad. El organismo europeo insistió en avisar de esta situación a la autoridades galas.

Por eso, esta vez habrá un dispositivo de seguridad «excepcional», en el que participarán 1.250 agentes de seguridad, anunció el lunes el prefecto de la región Auvergne-Rhône-Alpes. El día previo al partido se podía ver el inicio del despliegue del dispositivo, con agentes armados en las zonas más concurridas como la estación Part-Dieu, a la que llegaban miles de personas procedentes del aeropuerto en el tranvía ya que estos días hay paros y huelga en el sector del taxi.

La afición del Olympique de Marsella es la más temida de toda Europa, ya que sus ultras cuentan con decenas de incidentes en sus viajes por Francia y Europa. En marzo varios de sus aficionados agredieron a dos guardias de seguridad del estadio de San Mamés en Bilbao, a uno de ellos con un arma blanca. Y dos años antes, también en la capital vizcaína, un grupo de seguidores causó graves incidentes en pleno centro de la ciudad además de herir a tres personas, dos de ellas ertzainas.

A ello se suma la rivalidad entre el Marsella y el Olympique de Lyon, por lo que el dispositivo será «dos veces más importante que durante los partidos de la Eurocopa 2016», subrayó el prefecto Stéphane Bouillon. A las diez unidades móviles, compuestas por 1.250 personas entre policías, gendarmes y CRS, se unirán los policías municipales de Lyon y de Decines -donde se encuentra el Parc OL-, un helicóptero y dos cañones de agua, detalló el prefecto. «El objetivo es que la fiesta sea un verdadero éxito», añadió. Dentro del estadio habrá 1.100 vigilantes, 200 de ellos enviados por el Marsella y 20 por el Atlético. Las bebidas alcohólicas, los petardos y las bengalas estarán prohibidas. Alrededor de 35.000 entradas se vendieron entre marzo y abril, subrayó Bouillon. Los aficionados del Atlético compraron 10.500 (1.2000 se quedaron sin vender) y los del Marsella 11.500. La prefectura espera que lleguen a Lyon entre 2.000 y 3.000 aficionados del Marsella sin entrada. En Marsella se ha animado a sus hinchas a disfrutar del partido en el Velodrome. «Allí habrá difusión del partido y 45.000 plazas para que los marselleses tengan fiesta también en su estadio», continuó Bouillon.

Sin 'fan zones'

El principal objetivo del dispositivo de seguridad es que las aficiones del Marsella y del Atlético no se crucen. Pasarán la jornada en lugares diferentes, aunque esta vez no habrá las habituales fan zones y los autobuses que llevarán a los hinchas al estadio (los del Atlético optarán por el tranvía para hacer los 12 kilómetros que hay del punto de reunión céntrico de la plaza Carnot al estadio) tendrán una importante escolta policial. Dentro del OL Parc, los seguidores del Marsella estarán en la curva sur y los del Atlético en la norte. «Barreras y zonas de tapón se instalarán en el estadio para evitar que los grupos de aficionados se encuentren», detalló Bouillon. «No estará prohibido que vayan al centro de la ciudad, el dispositivo también evitará los problemas alrededor del estadio y la reventa ilegal de entradas. No podemos descartar que se produzcan peleas, pero vigilaremos de cerca y estaremos preparados para reaccionar», subrayó.

Desde ambos clubes se ha querido tranquilizar el ambiente. «No debe haber ningún incidente ni en el estadio ni fuera», dijo el presidente del Marsella, Jacques-Henri Eyraud. El mandatario incluso hizo las paces con Jean-Michel Aulas, su homólogo del Lyon, después de las sanciones disciplinarias ligadas al Marsella-Lyon de marzo tras un polémico 2-3 con tangana final en el vestuario. «Los dos estamos convencidos de que el espectáculo debe estar a la altura y no debe haber ningún incidente ni en el estadio ni fuera», añadió Eyraud, que niega que el canto de moda entre los aficionados marselleses que prometen «romper todo» en la casa de Aulas (previo a que meterse en la final), vaya a convertirse en una realidad. «Los he seguido por todos los sitios en Europa. Y los he visto en Francia también. Hay poca violencia por parte de nuestros aficionados», dijo antes de pedir a estos que se dirijan directamente al estadio sin pasar por el centro de la ciudad y que no viajen si no tienen entrada.

Santos Mirasierra, presente

Uno de los nombres del partido es el líder ultra del grupo 'Comando ultra 84' del Olympique de Marsella, Santos Mirasierra, que en 2008 fue acusado y detenido por lanzar una silla a un policía. «Es cierto que para defender a una chica que estaba sangrando empujé a un policía, pero en ningún momento lancé ninguna silla», recordó en Onda Madrid sobre un incidente por el que el Atlético fue castigado por la UEFA con un partido a puerta cerrada por «cometer graves violaciones en la seguridad que permitieron los incidentes». Esa sanción fue considerada injustificada por el club y alimentó un fuerte resentimiento hacia el máximo organismo del fútbol europeo.

El ultra admite que tuvieron problemas con los policías, pero en ningún caso con la afición madrileña: «Lo que pasó en el 2008 no fue con la gente del Atlético, no tenemos nada contra ellos, si no con la policía. Se está formando una película como si fuera a haber una guerra. Nosotros solo queremos vivir una fiesta. Los periodistas se encargan de tergiversarlo después», aunque reconoció que las diferentes ideologías puede provocar que haya peleas. «No me gustaría pero riesgo hay en todos los partidos. Las peleas se pueden dar en cualquier partido». El principal temor es que se produzcan enfrentamientos en la zona céntrica de la ciudad, mucho más difícil de controlar por las fuerzas de seguridad que los aledaños del estadio situado en un descampado a las afueras, en la localidad de Decines.

Iniciativa solidaria

Entre tanta tensión, habrá una iniciativa bonita: los jugadores del Marsella y Atlético saltarán al césped de la mano de 22 niños pertenecientes a familias con escasos recursos de la ciudad francesa sede del encuentro. La participación de los chavales en los minutos previos a la final se repetirá por tercer año consecutivo por iniciativa de la Fundación para la Infancia de la UEFA y la compañía FedEX Express, dentro de su colaboración en actuaciones que «utilizan el fútbol como plataforma para conectar a las personas con nuevas posibilidades». La ONG francesa 'Sport dans la Ville' seleccionó a los 22 niños que acompañarán a los jugadores en su salida al campo y el grupo recibió la noticia mientras hacía una visita al propio estadio junto al exjugador holandés Ruud Gullit, embajador de la final por parte de uno de los principales patrocinadores de la Europa League.

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