El Mirandés no logra ponerse a soñar

El Mirandés se puso al día sin lograr la victoria que precisaba para situarse a dos de los puestos de que dan derecho a jugar la fase de ascenso A ocho puntos de Rayo Vallecano y Sporting se queda el equipo rojillo, que no hizo méritos para superar al Tenerife, asentado en la zona media de la tabla. Nadie pudo ganar un trámite plomizo.

El Tenerife controló de inicio el partido porque supo desactivar la circulación de la pelota por parte del Mirandés y le invitó al error. Padeció un calvario el cuadro de José Alberto para juntar pases y cabe darle mérito al rival, valiente para acudir a campo contrario, atrevido para subir líneas. Partió con las ideas claras el Tenerife, acertado además para plasmarlas y generador de opciones de gol que le dieron vidilla. Manu Apeh ejerció de estilete y dolor de cabeza para la zaga del Mirandés. También lo hizo Nono, un agitador complicado de detectar.

Sumido en la espesura, el Mirandés intentó entrar en el partido. Lo hizo en una acción ya transcurrida casi la mitad de la primera parte en la que por primera vez pudo tocar la pelota con continuidad y agruparse en el terreno de su oponente. Allí el lateral Víctor García encontró una ventaja para adentrarse por el flanco derecho y sacar un buen centro que Meseguer cabeceó cerca del palo derecho de la meta defendida por Dani Hernández.

Pudo ser un punto de inflexión en el partido, pero, en realidad, fue la única incursión con peligro del Mirandés en bastantes minutos, por más que se atisbase peligro cada vez que Cristo González se manejaba cerca del área de la escuadra visitante. Apuntó mucho y concretó poco y además el control nunca dejó de tenerlo el Tenerife, que pudo marcar en una acción al filo del descanso que tiñó el partido de polémica.

Ocurrió que en un balón frontal al área el meta Raúl salió al despeje y atropelló a su compañero Vivian. Los dos quedaron desplomados sobre el césped y el colegiado hizo sonar su silbato en aplicación de la normativa que le obliga a detener el juego cada vez que algún jugador sufre un golpe en la cabeza. Pero un segundo después de que pitase, Aitor Sanz remató y marcó gol. El Tenerife se quejó amargamente, pero no hubo caso y el asunto se zanjó con amonestaciones para Vada y Carlos Ruiz y con expulsiones para el técnico Luis Miguel Ramis y su segundo, José Manuel Gil.

El regreso de los vestuarios fue anodino. El Mirandés vivió algo mejor porque se sintió menos apretado por su rival. Sin embargo, tampoco tuvo lucidez como para profundizar y poner en apuros a Dani Hernández. Si acaso en un par de disparos lejanos bien resueltos por el portero visitante. Los cambios y el paso de los minutos igualaron aún más la liza. Ramis, desde la grada, decidió que se modificase el frente de su ataque y buscó la movilidad. Nono abandonó la banda para centrar su posición y jugar entre el centro del campo y la zaga del Mirandés en la idea de generar algún incendio en un partido plano. Estuvo firme el cuadro de Anduva. No supo ganar el partido, pero al menos no lo perdió.