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Cuando el frío arrecia en Burgos arrecia de verdad. Y el Recoletas Burgos Caja Rural pasa por su particular ola de frío en los últimos encuentros de la Liga de División de Honor de Rugby. Con las últimas derrotas, Aparejadores habí caído hasta la quinta posición de la tabla y el partido ante Silicius Alcobendas se prestaba a ser el remedio para calentar el alma y la clasificación.
Recoletas Burgos Caja Rural
Bernardo Vázquez, Agustín Gil, Tomás Domínguez, Sacovechi, Ruan Snyman, Nicolas Moleti, Molina, Boronat, Valentín Bustos, Nico Rocaries, Dorigón, Martín Sorreluz,Iñaki Mateu, Rascón, Facu López, Casteglioni.
32
-
25
Silicius Alcobendas Rugby
Antonio, Carva, Adrián, Román, Fauda, Guirao, Álex, Bauti, Diego, Citta, Weiss, Roy, Alfaro, Aarón, Xabi.
El encuentro comenzó alocado y en las primeras jugadas el oval voló de un lado al otro del campo. Pero en uno de estos movimientos Alcobendas encontró una autopista desde el centro del campo para, en tres movimientos, colocarse sobre la línea de fondo. El cronómetro decía que era el minuto 3 y Román Salvador ponía el 0-5. Agustín Cittadini transformó el tiro a palos y los madrileños se pusieron 0-7 en el marcador.
El partido entró en un ritmo frenético en el que los locales no terminaron de sentirse a gusto. El Alcobendas amenazaba con velocidad y el peligro se notaba en cada jugada. A pesar de ello, Recoletas Burgos no perdió la cara al encuentro y empujaba buscando ganar cada centímetro de verde.
Sin embargo, fue el empuje de los madrileños el que obtuvo premio. Con el Recoletas defendiéndose prácticamente desde la línea de ensayo, los madrileños lograron dar salida al oval para que Manuel Alfaro lograra el segundo ensayo del partido (0-12). No tuvo ningún problema para transformar el tiro a palos Cittadini (0-14).
Burgaleses y madrileños quisieron hacerse con el control del oval. Unos para intentar recortar distancias, otros para sentenciar el encuentro por la vía la rápida. El hundimiento de una melé por parte del Recoletas Burgos Caja Rural fue sancionado con un puntapié de castigo, la queja de uno de los jugadores locales (dijo «la concha de la Lora») fue tomada por el colegiado como un exabrupto que castigó con un acercamiento de diez metros del oval antes del tiro a palos. Y Cittadini, al que se lo habían puesto muy fácil, no falló (0-17).
El partido parecía bastante encaminado para el Alcobendas, pero los de José García no se rindieron. Tras superar la línea de 22 los gualdinegros acecharon la defensa madrileña. El ensayo se intuía pero no llegaba. La jugada se prolongaba en el tiempo, pero los locales no desistían. Y tanto fue el cántaro a la fuente que al final acabó por romperse y el ensayo llegó por parte de Ruan Snyman (5-17). No pudieron los burgaleses transformar el tiro a palos, por lo que la jugada terminó con este resultado.
En el juego abierto dominaba el Alcobendas, que quería hacerse con los últimos minutos de la primera mitad. Al filo del descanso pudieron ampliar su ventaja con un golpe de castigo que transformó Cittadini. Con el 5-20 en el electrónico ambas escuadras se fueron a vestuarios.
En la reanudación, el Recoletas Burgos salió desatado al verde del Bienvenido Nieto. Con más empuje y velocidad, el Alcobendas se vio encerrado en su propio campo. Sebastián Dorigón recortó distancia con un puntapié de castigo (8-20) y los burgaleses siguieron apretando. El Recoletas apretaba mientras el Alcobendas se aculaba en su campo. Además, los visitantes se quedaron con uno menos por la amarilla a Antonio Costa por meterse en la maul. Era el minuto 47.
Los locales recortaban metros y tras una jugada larguísima de pick and go llegó un nuevo ensayo a manos de Bernardo Vázquez que puso el 13-20 y devolvió el calor al cuerpo de los burgaleses. Sebastián Dorigón transformó el tiro a palos y el 15-20 puso más nerviosos a los visitantes.
Los de José García no dejaban de presionar y llevaron su juego a la 22 mientras el Alcobendas trataba de dar un paso al frente. Pero no conseguían salir de ahí y en apenas 17 minutos el Recoletas Burgos empató el encuentro a 20 con un ensayo después de una maul que avanzó hasta la línea de fondo. Molina puso el 20-20 y Sebastián Dorigón se puso por delante gracias a la transformación a palos (22-20).
El Alcobendas estaba tendido sobre la lona como un boxeador noqueado. Y, aunque dio alguna señal de levantarse, Molina le devolvió al suelo. Fue en una jugada en la que la defensa visitante falla. Molina se hace con el oval, amaga el pase y obliga a su defensor a moverse, pero se queda con el oval y tras el engaño corre hasta la línea de fondo para poner el 27-20. Sebastian Dorigón lo tiene sencillo para transformar el lanzamiento a palos y poner la calma en el verde (29-20).
Dorigón transformó un puntapié de castigo que buscaba ser definitivo (32-20), pero apenas un par de minutos después el Recoletas se quedó con uno menos por la amarilla a Molina tras no retroceder y placar a un jugador de Alcobendas cuando el árbitro había indicado golpe de castigo.
A pesar de ello, Recoletas Burgos llevó el partido donde quería, a campo contrario, para evitar sufrir. Sin embargo, no pudieron evitar que en los últimos cuatro minutos de partido el Alcobendas apretase y dos salidas desde atrás pusieran el 'uy' en la garganta de los aficionados locales. Los locales se defendían con uñas y dientes, mientras que Alcobendas empujaba. Y tanto empujó que metió al Recoletas debajo de palos y consiguió así un último ensayo con el tiempo cumplido (32-25). No había tiempo para más y con un último tiro a palos que no entró el Recoletas pudo celebrar la victoria para calentar de nuevo la parte alta de la clasificación.
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