Miguel Ángel Benavente, presidente de FAE Burgos. BC
«Llevamos dos décadas de eternas promesas»
Entrevista a Miguel Ángel Benavente, presidente de FAE Burgos ·
El presidente de la patronal burgalesa considera que existe un agravio comparativo por parte de la Junta hacia Burgos y lamenta la falta de unidad de acción. Prevé un año complicado en materia económica
La economía se encuentra en un momento de gran incertidumbre derivada de la coyuntura internacional. Y las empresas burgalesas no están exentas de dicha incertidumbre. Así lo asegura el presidente de FAE Burgos, Miguel Ángel Benavente, quien lamenta la falta de iniciativa de las administraciones en el desarrollo de las grandes infraestructuras pendientes y avisa de las dificultades que puede haber a la hora de aplicar subidas salariales ligadas al IPC en los convenios. De estas cuestiones y muchas otras charla el máximo representante de la patronal burgalesa con BURGOSconecta.
Pregunta.- Pandemia, crisis de microchips, guerra en Ucrania, inflación, incremento de costes, rotura de las cadenas de suministros, incremento de tipos de interés... ¿Estamos ante la tormenta perfecta?
Respuesta.- La verdad es que si alguien escribiese el guión de una película de terror, tenemos en la coctelera todos los ingredientes. Veníamos de una pandemia de la que España aún no se había recuperado económicamente y nos encontramos de frente con una crisis energética producida por una muy mala planificación de la Unión Europea y con la invasión de Ucrania por parte de Rusia. A eso se le añade un problema, y es que nuestro barco no está dirigido por el mejor capitán, lo que ayuda a acentuar más la crisis. Por ejemplo, España tenía un gran acuerdo con Argelia para el suministro del gas, y ahora, cuando más necesitábamos dar seguridad al suministro, lo ponemos todo patas arriba por decisiones políticas. Si a eso le añades que tenemos un Gobierno que tiene el gasto por bandera, sí, quizá estemos ante la tormenta perfecta.
¿Se avecina recesión?
Quizá no queramos oírlo, pero sí, estamos en riesgo de recesión. En el último trimestre apenas se ha crecido y las previsiones indican que para el cuarto trimestre podríamos entrar en crecimiento negativo. Nuestras empresas son fuertes, pero llega un momento en el que esa fortaleza acaba cediendo. Ahora mismo, muchas empresas tienen que devolver o renovar los créditos ICO, y con los tipos de interés que se han marcado, se van a encarecer. Además, los costes energéticos se han multiplicado por cuatro y la cuenta de resultados de aquellas empresas en las que el consumo de electricidad y gas sea importante se van a resentir mucho.
«Quizá no queramos oírlo, pero estamos en riesgo de recesión»
¿El sobrecoste de la energía es el problema más complejo al que se enfrentan las empresas burgalesas?
Ahora mismo sí, sin duda. Antes hemos pasado momentos complicados, derivados de la escasez de materias primas, la exagerada subida de precios de las mismas o la falta de componentes. Pero en esos casos, la situación se ha ido toreando más o menos, ya que existen algunos mecanismos para afrontar este tipo de circunstancias, incluso parando la producción de manera puntual. Pero para afrontar el incremento de precios de la energía no hay mecanismos posibles a corto plazo. Algunas empresas de Burgos son intensivas en consumo y varias se han llegado a plantear parar temporalmente la producción porque se veían incapaces de asumir ese sobrecoste. Y algunas de las empresas que han seguido trabajando van a tener pérdidas en el ejercicio únicamente por el incremento de precios de la energía. En este escenario, llegará un momento en el que las empresas no podrán resistir y eso se traducirá en desempleo.
¿Cómo afecta la inflación en el tejido empresarial burgalés?
Además del incremento de costes en los suministros, tenemos un problema añadido, ya que hay muchos convenios que están indexados al IPC, incluido el del Metal, que es el más importante. Esa puede ser la gota que desborde el vaso para muchas empresas. Tenemos que ser muy conscientes, tanto los sindicados como Femebur, de que esta inflación no la pueden soportar exclusivamente las empresas. Ellas también son paganas de la inflación como son los propios trabajadores. Hay que tener planteamientos abiertos, porque si no, podremos generar un gran problema de productividad y competitividad. No olvidemos que en convenio del Metal de Burgos ya es el tercer o cuarto más caro de España.
Negociación colectiva
¿Prevén un 'año caliente' en la negociación colectiva?
Sin duda, el escenario no es el mejor. Entiendo que la situación es tensa y las familias tienen malestar ante el incremento de precios en el supermercado, pero quizá no haya que dirigir la mirada hacia las empresas, que está sufriendo las mismas consecuencias. Quizá hay que mirar al que realmente se está beneficiando de esta situación, que no es otro que el Gobierno, que está recaudando 32.000 millones de euros a mayores y que se niega a deflactar el IRPF para compensar esa inflación. Espero que haya coherencia y mantengamos esa paz social de la que presumimos siempre los burgaleses. Serán negociaciones duras, pero confío en que sean negociaciones inteligentes. En decisiones importantes como estas nos podemos jugar el futuro para muchos años.
«La inflación no la pueden soportar exclusivamente las empresas»
De momento, la economía burgalesa aguanta el tipo. ¿Qué ánimos notan de cara al último trimestre del año?
Este ejercicio, mal que bien se va a pasar, aunque depende de los sectores. En términos generales, la industria va a hacer un ejercicio razonablemente correcto por la inercia de los primeros meses del año. El temor ahora es ver cómo arrancamos el año. Empezamos de cero, con una notable carga impositiva y con una inflación que nos va a hacer muchísimo daño, ya que no vamos a poder repercutir esos costes sobre los productos y las empresa van a dejar de generar beneficios. Además, no podemos olvidar la enorme deuda que tiene el Estado. Hasta ahora, el BCE ha estado adquiriendo esa deuda, incluso a tipos negativos, pero ahora los intereses van a tener que ir al 2% o 3%, por lo que la partida de se va a disparar. Eso, sumado al gasto expansivo de este Gobierno, va a tener consecuencias, antes o después. No podemos estar endeudándonos toda la vida. El BCE empezará a decir que cada uno debe vivir de acuerdo a sus posibilidades y probablemente habrá que tomar medidas duras. En ese sentido, este país va camino de hacer crac. Y todo eso, sin hablar de los temas políticos, que van a enturbiar aún más la democracia liberal.
¿Qué sectores económicos de Burgos están en una situación más débil?
Habitualmente es el sector servicios el que más sujeto está a la coyuntura económica. Al final, es un sector que no tiene el control de la situación y depende mucho de lo que tenga alrededor. Si la gente está en la calle y hay alegría, se gasta, pero si la situación general no es buena, hay menos movimiento. Y tenemos que recordar que es el sector que más empleo genera, con alrededor del 60% del total. La situación de la industria es diferente, sobre todo en el caso del sector agroalimentario, que está atravesando un buen momento y tiene una gran capacidad de adaptación. La duda, ahora, es cómo va a responder la industria del automóvil, que no deja de ser una de las grandes bazas de la economía burgalesa. Ahora mismo hay muchas incertidumbres derivadas de la 'transición ecológica', que no se muy bien dónde nos va a llevar. El papel lo soporta todo, pero la realidad es tozuda y no creo que para el año 2035 estemos en condiciones para que no se puedan vender coches de combustión. Creo que son plazos imposibles de cumplir.
Paradógicamente, los datos de empleo son muy buenos e incluso está costando encontrar personal en algunos sectores. ¿A qué se debe?
Es algo que no se termina de entender demasiado bien. Desde hace ya un tiempo había problemas para encontrar personal cualificado en algunos sectores, pero últimamente estamos viendo que incluso hay problemas para encontrar personal no cualificado. En muchas ocasiones, sólo hace falta tener ganas de trabajar y adaptación, pero tampoco se ve que haya mucho afán por conseguir esos puestos. Quizá, esto es una consecuencia de otro problema más importante que hay en el trasfondo, que es la economía sumergida. El que la practica se encuentra muy cómodo, ya que no tiene que rendir cuentas ante la voracidad de Hacienda y la inspección no se centra en él, sino en los que se anuncian en las páginas amarillas, que son los que están totalmente vigilados.
¿Está aprovechando Burgos los fondos de recuperación europeos?
No lo sé, la verdad. De entrada, creo que los famosos Perte no se han sabido explicar. Ha habido mucha incertidumbre en cuanto a los fondos que se podían recibir, el destino de los mismos o la inversión que deben acometer las empresas. Cuando no se tienen claras esas cosas, el empresario prefiere quedarse como está y no arriesgarse a meterse en inversiones que no sabe qué resultado van a aportar.
Infraestructuras
Ya tenemos sobre la mesa los borradores de los presupuestos estatales y autonómicos. Echan en falta algunas cosas, ¿verdad?
Por supuesto. Y no es una cosa de este año. Llevamos dos décadas de eternas promesas. No se ha recuperado ninguna de las grandes inversiones que se paralizaron a raíz de la crisis de 2008. Burgos no está siendo muy afortunada en el reparto de los presupuestos y cualquiera de las infraestructuras que estábamos reclamando hace 15 años siguen paradas. ¿Cuántos años llevamos con el Ave a Vitoria? ¿Y con la A-12 o la Autovía a Aguilar? Tenemos el ejemplo de la Ap-1, que desde que se abrió no ha recibido inversiones, mientras su alternativa sigue siendo de un carril por sentido. Aquí nos hemos quedado con una autovía con un tráfico que no se soporta y que es peligrosa y con una nacional cuyo trazado es de hace 50 años. Y mientras las infraestructuras en Burgos permanecen paradas, en otros territorios siguen evolucionando.
Uno de los proyectos que más tiempo lleva en espera es el Parque Tecnológico, que se ha vuelto a presupuestar. ¿Confían en que sea finalmente una realidad en 2024?
Yo ya no hago ninguna apuesta. Supongo que algún día, más tarde que pronto, lo tendremos, pero a mí ya no me preocupa que se acabe pronto. Lo que más me preocupa ahora es que después de todo este tiempo no se sepa qué actividad se le va a dar. Las previsiones que podríamos tener las empresas hace 20 años se han quedado totalmente obsoletas. Ahora lo que hay que exigir es que la administración busque contenido a esa infraestructura.
«Lo que más me preocupa ahora del Parque Tecnológico es que después de todo este tiempo no se sepa qué actividad se le va a dar»
¿Nota algún agravio comparativo en materia de inversiones?
Esta es una comunidad compleja, con nueve provincias con sus diferencias y dificultades propias, pero Burgos es, por méritos propios, la capital industrial de Castilla y León. Y si hay un alumno aventajado no se le puede castigar por serlo. Lo que no se puede hacer es impedir que la industria llegue. Imagínate que mañana se desarrolla una nueva consejería en la Junta y alguien dice que como Valladolid ya tiene todas las demás, esta se debe ir a Ávila. Eso es lo que está haciendo la Junta en el caso de la industria. Está tratando de centralizar la actividad en una sola provincia, en la que además ya hay un montón de funcionarios que cobran todos los meses. Ahí están los datos. En IRPF Vallaolid gana por goleada, mientras que en Sociedades o IVA, Burgos está por encima.
De hecho, recientemente se han anunciado dos grandes inversiones industriales en Valladolid. ¿Cómo va a afectar a Burgos?
Está claro que lo mejor para Burgos hubiese sido que se instalaran aquí, por el empleo que se genera, pero siempre que haya una industria grande cerca, es beneficioso para los proveedores TIER-1. En todo caso, si la decisión de dónde instalarse surge del propio empresario, no hay nada que discutir. Pero si una empresa quiere instalarse en España, normalmente pasa por el Ministerio o por la Junta, y si la administración ya le dirige a algún sitio, está claro que condiciona. Alguien de la administración debería informar de por qué se toman algunas decisiones. No hay transparencia en ese sentido y eso nos serviría para saber el nivel de competitividad que tenemos en el territorio y mejorar en ese sentido. Me temo que estas decisiones, en una gran mayoría, no se toman por criterios empresariales, sino por otros intereses.
¿Considera que esa es la razón fundamental por la que a Burgos le está costando desde hace décadas atraer grandes inversiones?
Yo creo que sí. No veo otra explicación. Si tú pasas por una calle con dos bares, uno vacío y el otro lleno, te metes en el que está lleno. Esto es lo mismo. ¿Dónde te vas a implantar? Pues donde ya haya mucha industria, porque todas tus necesidades van a estar cubiertas. Me da la sensación de que piensan que como Burgos ya tiene mucha industria, hay que repartirla. Y yo entiendo que la Junta tiene que jugar con los intereses de toda la comunidad, pero quizá sea más inteligente especializar cada provincia en determinados sectores. Todos no podemos tener de todo, pero estamos viendo que siempre hay uno que se beneficia.
«La Junta está tratando de centralizar la actividad en una sola provincia»
En todo caso, la comercialización de Villalonquéjar va como un tiro y Burgos se está quedando sin suelo industrial. Esa es una buena y una mala noticia.
Efectivamente. Hay que ser previsores. Los desarrollos urbanísticos no se hacen en dos días y si las administraciones tienen que endeudarse, que sea para este tipo de cuestiones, para prever ese tipo de desarrollos. Parece que con lo del CAE ganaremos espacio, pero debería haber una planificación del desarrollo industrial. Y no sólo por el espacio, sino en general. ¿Dónde queremos que esté Burgos dentro de 15, 20 o 50 años? Eso es lo que nos falta y considero que ese trabajo lo debería hacer el Ayuntamiento. Yo entiendo que las administraciones están dirigidas por personas que pertenecen a un partido político, pero lo ideal sería que trabajaran como si fuera el consejo de administración de una empresa, con un único interés: Burgos. Si cualquier consejo de administración viviera las situaciones que se viven en el Pleno del Ayuntamiento, la empresa se iban a pique en tres meses. Hay que cambiar el chip. Todos debemos remar en pro de Burgos.
¿Qué le parece que la Junta haya puesto en tela de juicio el Diálogo Social?
El Diálogo Social es una herramienta que ha funcionado muy bien en Castilla y León. Quizá, lo que pasa es que los nuevos miembros del Gobierno no conocen en profundidad la labor que hace la patronal. Nosotros vivimos de las cuotas de nuestros asociados, pero prestamos muchísimos servicios de manera gratuita que sin la aportación económica del Diálogo Social deberíamos ofrecer cobrando. Al final, FAE está en más de 200 comisiones, y lo hacemos, además, por mandato legal. No hay que olvidar que las patronales y los sindicatos son agentes sociales, tal y como recoge la Constitución y el Estatuto de Castilla y León. Ese dinero no se tira, desde luego. Además, el hecho de que existan acuerdos entre la administración, la patronal y los sindicatos ayuda a mantener la paz social, y eso es muy importante. El Gobierno sabrá lo que quiere hacer y las consecuencias que tendrán sus decisiones.
«El Diálogo Social es una herramienta que ha funcionado muy bien en Castilla y León»
¿Confían en que se recupere el clima de concordia en este sentido?
La verdad es que sí. No habría que romper lo que ha funcionado.
Relevo
Lleva casi doce años al frente de FAE y a este mandato se presentó con la intención de que fuera el último. ¿Ya está en marcha el relevo?
Uno no puede ser eterno. Está claro que es necesario hay que dar paso a nuevos aires. Es bueno que se refresquen las cosas, pero aún tengo tiempo de mandato por delante y todo lo que está pasando apenas te deja ver más allá del día siguiente. No salimos de una y nos metemos en otra, pero cuando llegue el momento, habrá que empezar a mover ese relevo.
Y mientras tanto, mantiene en marcha otros proyectos, incluido el del Burgos CF. ¿Cómo de importante es el proyecto para la ciudad?
El deporte es una herramienta que genera muchos estados de ánimo. En estos momentos de incertidumbre, en los que mucha gente lo está pasando mal, es importante que puedan evadirse. Y el fútbol es el deporte que más entusiasmo genera. Si de algo estamos satisfechos es de la buena temporada que se está haciendo, por la ilusión que se transmite a los aficionados. Además, el deporte es un gran escaparate. Tenemos una grandísima ciudad que vendemos poco. Quizá es nuestro carácter.
«Tenemos una grandísima ciudad que vendemos poco»
¿Vendemos poco la ciudad? ¿Hay poca unidad de acción?
Yo creo que sí. Quizá sea nuestro carácter. Además, tendríamos que tener una planificación concreta. No hace falta tener sobre la mesa 14 iniciativas. Nos basta con tres o cuatro grandes líneas, pero muy bien trabajadas y planificadas y apostar por ellas con todo. En este caso, echo en falta el Plan Estratégico, en el que había mucha gente que colaboraba de manera altruista y decidieron cargárselo.
¿Tendríamos que dejar de hacer la guerra por nuestra cuenta?
Sin duda. Hay que dejar de lado los intereses políticos y personales en favor de los intereses de Burgos.
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