La patronal del metal considera «inasumibles» las exigencias de los sindicatos para el nuevo convenio

La propuesta inicial elevada por los sindicatos mayoritarios para negociar el nuevo convenio del metal es «un disparate» a ojos de la patronal del sector, que entiende que aplicar subidas salariales del 3% es totalmente «inasumible» vista la situación que atraviesa actualmente la economía burgalesa.

Así, y a la espera de detallar su particular punto de partida, que se decidirá este mismo martes, la Federación de Empresarios del Metal (Femebur) adelanta que no va a aceptar las numerosas exigencias puestas sobre la mesa por CCOO y UGT, que una vez más han unido fuerzas en la negociación. Y es que, tal y como asevera Esteban Pérez, vicepresidente de la patronal del sector, «el coste sería de tal magnitud que resulta totalmente inasumible para cualquier empresa»,

Y es que, al margen de la subida lineal del 3%, los sindicatos también exigen rebajar la jornada anual hasta las 1.712 horas, lo que supone una significativa reducción respecto a la jornada actual, establecida en 1.722 horas para los contratos a jornada continua y las 1.736 horas a jornada partida.

Esos dos son sin duda los puntos que mayor conflicto pueden generar en una negociación de la que están pendientes cerca de 20.000 trabajadores de la provincia. Sin embargo, desde la patronal insisten en que «el margen de negociación hoy en día es muy estrecho». No en vano, el sector arrastra ahora mismo una gran «incertidumbre» y, además, el convenio anterior ha obligado a muchas empresas a ajustarse el cinturón. «En algunos momentos hemos acudido a los sindicatos para renegociar las condiciones en casos de necesidad y se han remitido a lo que acordamos en el convenio. Ahora el margen es más estrecho», subraya Pérez.

En este sentido, añade, el sector cuenta en Burgos con unas buenas condiciones en comparación con el resto de provincias. «Tenemos una de las jornadas más bajas de toda España y salarios más altos que la mayoría». De hecho, el convenio de Burgos está muy por encima en varios aspectos que el convenio estatal firmado en 2019.

Ante esta situación, Pérez advierte que la situación no da para muchas alegrías. En principio, la idea de la patronal pasa por acordar un convenio a medio plazo (tres o cuatro años) que garantice la «paz social» de la que ha hecho gala en los últimos años el sector.

A partir de ahí, será la capacidad de negociación de unos y otros la que marque el futuro del sector para los próximos años. De momento, las piezas se están comenzando a colocar en el tablero. «Entiendo que la propuesta de los sindicatos es una postura de inicio en la que han planteado máximos» para mantener algo de margen, sostiene Pérez, quien aventura una «negociación complicada».