«Los primeros días de Estado de Alarma fueron desesperantes»
El asesor fiscal Félix Izquierdo reconoce que la situación ha pillado con el pie cambiado «a todos» y lamenta la falta de claridad en la legislación implementada en el último mes
Y de repente, llegó el Estado de Alarma. Aquel decreto, en vigor desde hace más de un mes, modificó sustancialmente hábitos, costumbres y procesos productivos, paralizando buena parte de la actividad económica del país. Los únicos que no han parado en todo este tiempo son los sectores declarados esenciales, incluidos el de la asesoría fiscal y laboral, ya que su trabajo sigue siendo necesario. De hecho, ahora quizá lo sea incluso algo más.
Así lo afirma Félix Izquierdo, responsable de la asesoría homónima, que reconoce que la declaración del Estado de Alarma pilló «a todos» a contrapié, por lo que ha sido necesario adaptarse a marchas forzadas. Y no está siendo fácil, a la vista de la avalancha legislativa con la que están teniendo que lidiar. Una avalancha que, a su juicio, no está siendo clara. «Muchas veces no sabemos a qué atenernos. Eso dificulta las cosas y nos obliga a leer y revisar cada nueva norma y lo que poco a poco va saliendo en la prensa para saber cómo hay que actuar».
Para muestra, un botón. «Literalmente hasta última hora, hasta el último día de plazo de presentación para domiciliación de impuestos no se publicó en el BOE la decisión de aplazar el pago de dichos impuestos». Buena parte de sus clientes, sin embargo, ya lo habían tramitado.
«Entendemos que la situación es nueva para todos, pero ha habido días que hemos recibido hasta cuatro o cinco comunicaciones diferentes de las mutuas» y así es imposible realizar un trabajo que ya era farragoso de por sí. «En los últimos años se han ido implementando muchas exigencias nuevas», complicando la labor a menudo «oculta» pero sin duda «necesaria» de las asesorías.
Además, esta situación ha llegado en un momento crucial del año para las asesorías. Y es que, en apenas unos días se han juntado las declaraciones trimestrales, con la campaña de la renta y, a mayores, con la tramitación de expedientes de regulación de empleo temporal (ERTE).
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En el caso de Izquierdo, ya ha tenido que tramitar unos cuantos, la mayoría de ellos de pymes y micropymes que han recibido un duro golpe a raíz de la expansión de la pandemia. En este sentido, abunda, se han presentado tantos expedientes por causa mayor (negocios obligados a cerrar por el Estado de Alarma) como por causas organizativas (desplome de la facturación).
«Es duro», explica Izquierdo, porque a pesar de que la facturación de las asesorías «seguramente se incremente», lo hará a costa de expedientes presentados porque sus clientes se han visto afectados directamente por la situación. Y eso, al final, «es desagradable»
Asimismo, reconoce, el «colapso» vivido por momentos no ha ayudado. «Los primeros diez días fueron desesperantes» a la hora de realizar trámites telemáticos. Demasiadas exigencias a la vez para un sistema que no daba a basto. Ahora, asegura, «la situación ha mejorado», pero algunos trámites siguen siendo complejos. Y todo ese desconcierto, añade, está impregnado con las dificultades intrínsecas del teletrabajo. «Hasta que no nos ha tocado hacerlo no me he dado cuenta de que no estábamos del todo preparados», reconoce al tiempo que confía en que la situación se vaya enderezando poco a poco. «Todos esperamos que esto pase lo antes posible»..