Luis I y Luisa Isabel de Orleans se casaron siendo adolescentes en Lerma en 1722. BC

La boda de unos adolescentes en el Parador de Lerma hace 300 años

Francia y España acordaron a principios del siglo XVIII algunos matrimonios concertados. Tras intercambiarse las princesas en el río Bidasoa, el adolescente y heredero de 15 años Luis I se casó en Lerma con Luisa Isabel de Orleans, de 12. Una fiesta de ostentación y lujo que abrió el palacio ducal tras casi 100 años cerrado

Domingo, 24 de abril 2022, 10:02

El río Bidasoa, frontera natural entre Francia y España, fue testigo de algunos intercambios de princesas. Literalmente, para que España y Francia mantuvieran buenas relaciones y zanjaran sus constantes litigios, se optaba por la colaboración mediante el intercambio de princesas y los matrimonios de conveniencia. Así acabamos con una boda entre dos adolescentes en el palacio ducal de Lerma, actual Parador, hace ahora 300 años.

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En el primer tercio del siglo XVIII, en Francia reinaba Luix XV, pero todavía era un niño y la regencia la ocupaba Felipe II de Orleans. En España reinaba Felipe V, el primer Borbón y nieto de Luis XIV a su vez. Los dos países buscaban mejorar sus relaciones, así que optaron por unir sus coronas mediante el trapicheo de princesas para cerrar matrimonios de conveniencia.

Así, Francia y España acordaron el enlace de la infanta española Mariana Victoria (4 años), hija mayor de Felipe V y de su segunda mujer, Isabel de Farnesio, con el también niño Luis XV. Además, se acordó el matrimonio entre Luis I, hijo del rey de España, y la francesa Luisa Isabel de Orleans, hija del regente Felipe II de Orleans, que buscó un futuro ventajoso para su hija.

Carta de Felipe V a la ciudad de Burgos participando haberse celebrado en Lerma, el 20 de enero, los desposorios del príncipe Luis, su hijo, con la Princesa de Orleans. ARCHIVO MUNICIPAL DE BURGOS

40 vestidos y clases de español

Nacidos en 1707 y en 1710, cuando se casaron en el palacio Ducal de Lerma en 1722, Luis I tenía 15 años y Luisa Isabel de Orleans tenía 12. Así, Lerma acogió el enlace de conveniencia de dos adolescentes que tenían la responsabilidad de mejorar las relaciones de sus países.

El padre de Luisa Isabel de Orleans, el regente de Luis XV, se esforzó por dar a la boda el máximo relieve. Se confeccionó un rico ajuar para la novia y se le enseñó español. Como se leía en la Gazeta de Madrid del 18 de noviembre de 1721: «[...] se han hecho también 40 vestidos para la señora princesa de Montpensier, de muy ricas telas, que valdrá a 500 libras la vara de algunas de ellas; y los diamantes que el Rey (Luis XV) tiene destinados para regalarla, importará 8.000 libras, y el señor duque de Orleans hasta 5.000 y un maestro de lenguas va dos veces al día al Palacio Real, para enseñar la lengua española a esta Princesa».

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El intercambio de princesas se realizó en la frontera hispano-francesa, en la isla de los Faisanes en el río Bidasoa el 9 de enero de 1722. Luisa Isabel se entrevistó con su futuro esposo, Luis I, por primera vez de incógnito en la localidad burgalesa de Cogollos, cerca de Lerma, el 19 de enero, y el encuentro oficial se produjo en la villa de Lerma el 20 de enero de 1722. La misa de velaciones se ofició al día siguiente.

Palacio ducal de Lerma, actual Parador. GABRIEL DE LA IGLESIA

Cien años cerrado, reabierto para la boda

El palacio Ducal de Lerma comenzó a construirse en 1601 por encargo del duque de Lerma. Con la caída en desgracia del duque de Lerma y su posterior fallecimiento en 1625, el palacio se cerró.

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Volvió a abrirse casi cien años después por un acontecimiento de altura, este enlace adolescente. La boda del heredero al trono de España, Luis I, con Luisa Isabel de Orleans, nieta del mismísimo Luis XIV de Francia, el 'Rey Sol'.

El padre de Luisa Isabel de Orleans quiso dar publicidad al matrimonio y allí acudieron todos los invitados a hacer ostentación de lujo y riquezas. La villa de Lerma lució sus mejores galas para la ocasión, recobró por unas horas el esplendor pasado. Según las crónicas hubo, incluso, fuegos artificiales para rematar el gran baile que se prolongó hasta pasada la media noche para festejar el casamiento.

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Un matrimonio que se esperaba feliz, pero fue todo lo contrario. El reinado de Luis I y Luisa Isabel de Orleans no superó los 200 días. Se convirtió en el rey más efímero de la historia de España. Por su parte, Luisa Isabel de Orleans y Borbón es una de las reinas más complejas y con una vida trágica.

Un matrimonio corto e infeliz

Se ha determinado que sufría trastorno límite de la personalidad, patología mental que en el siglo XVIII no era tratada como tal. Su marido llegó a encerrarla algunas semanas en sus aposentos por miedo a su comportamiento estrafalario, llamativo y poco decoroso.

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Aún así, los nuevos reyes se dedicaron al oficio de reinar, pero no eran ellos quienes llevaban las riendas del gobierno. Seguían bajo la tutela de Felipe V e Isabel de Farnesio. Tampoco tuvieron tiempo para asumir plenamente la corona. Luis I enfermó de viruela el 15 de agosto de 1724. El día 30, cuando su enfermedad agravó, firmó un acta para devolver a su padre todo lo que había recibido de él. El 31 de agosto de 1724 falleció. Luisa Isabel, pese a la fama de frívola y extravagante que tenía en la Corte, se mantuvo al lado de su esposo durante la enfermedad, cuidando personalmente de él y llegando a contraer viruela también. La pareja real, esos jóvenes que se casaron siendo adolescentes en Lerma, no tuvo hijos.

Comenzó para la joven viuda una vida de tristeza, soledad y de falta de adaptación. Vivió apartada en la Corte española por imperativo del luto. Fue devuelta a Francia en marzo de 1725 para no regresar nunca. En la Corte francesa tampoco encontró su lugar. Se trasladó a París desde donde reclamó el pago de una pensión como reina viuda y solicitando una ayuda de la familia Real española que nunca fue escuchada. En 1742 falleció en el palacio de Luxemburgo. No había cumplido los 32 años.

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