Borrar
Dolmen de El Moreco, entre Gredilla de Sedano y Huidobro. JCR
Burgos Misteriosa

La enigmática luz del sol que se veneraba en Burgos

Megalitos mágicos que anuncian la fiesta del sol de invierno, retablos que se iluminan con la última luz del día creando pequeños milagros de luz… Toda la vida de todas las culturas ha rendido culto al sol. Hasta el nacimiento de Jesús y de Juan Bautista se celebran en los solsticios

Sábado, 28 de diciembre 2024

El culto a la luz ha sido siempre una constante en toda las culturas. En muchos lugares del mundo quedan vestigios de ese culto al sol invicto. En la provincia de Burgos hay lugares de culto al sol primitivos que hace de la provincia un lugar mágico. Este trozo tierra tiene el privilegio de ser un lugar de poder de primer orden. Entre ellos la cultura megalítica.

En la Europa insular, al sur de Inglaterra, el referente mundial de la cultura megalítica es Stonehenge, Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, cerca de Amesbury, en el condado de Wiltshire. Un extraordinario lugar de misterio. Los megalitos burgaleses no son tan famosos, pero están a la altura histórica y mistérica de los yacimientos ingleses.

En muchos de los dólmenes de la provincia, al amanecer en la segunda quincena de diciembre y primeros días de enero, justo al salir el sol, el primer rayo se cuela por el corredor de los dólmenes hasta iluminar la cámara funeraria. Es un lujo, un milagro, un regalo de la naturaleza y de las fuerzas sobrenaturales.

¿Qué extraña sabiduría tenían aquellos burgaleses de hace 6.000 años? ¿Qué conocimientos tenían de astrología? ¿Qué culto tenían al sol, a la luna, a las estrellas? Entre Las Merindades, el Valle del Ebro y el del Rudrón o en la comarca de las Tierras de Lara se unen una región con la mayor concentración de dólmenes y túmulos funerarios prehistóricos de Europa, datados entre el Neolítico y Edad de Bronce.

Los solsticios y los equinoccios marcan ese paso de las estaciones, -el yin y el yang de los chinos- incluso el I Ching oriental. Y las costumbres paganas imbricadas en las cristianas que dan como resultado las celebraciones que tenemos en la actualidad. Las religiones se entremezclan porque la base mítica de cada una de ellas es la misma.

En la provincia se mezcla naturaleza y espiritualidad en un territorio salpicado de megalitos. El norte de Burgos en especial. El Valle de Sedano, La Lora, Las Merindades. El paso de la luz por el túnel del dolmen de La Cabaña en Sargentes de la Lora; o en el Moreco, entre Gredilla de Sedano y Huidobro, La Cotorrita, Las Arnillas o lo de Hortigüela o Cubillejo y Mazariegos…

Dólmenes en Burgos

En este monumental dolmen -palabra que significa mesa de piedra- podemos diferenciar los distintos elementos que componen estas construcciones, realizadas mediante grandes bloques de piedra u ortostatos. Están formados por tres partes diferenciadas: cámara, de forma circular o poligonal, donde se entierran los cadáveres; pasillo o corredor de acceso y túmulo, amontonamiento de piedras y tierra que tapa la estructura.

Todas las culturas celebran la noche del 24 al 25 de diciembre. Es el 'sol invicto'. La llegada de la luz. Los días poco a poco empiezan a tener un poco más de luz a partir de esa fecha. Es el solsticio de invierno. En las antípodas del año, el solsticio de verano se celebra el 24 de junio, fecha que los evangelios fijan como la del nacimiento de Juan Bautista, el precursor de Jesús. Desde esa fecha del 24 de junio, el sol se va retirando poco a poco, tras ser el día con más luz del sol sobre el Hemisferio Norte.

Los evangelistas Lucas y Mateo relatan que Jesús nació en un pesebre en el pueblo de Belén. Pero no dicen el día en el que nació. Lo que es seguro es que la fecha del nacimiento nunca fue el 25 de diciembre. La fuente más antigua que se conoce en la que ya se empezó a celebrar en esa fecha es en un libro de Hipólito de Roma, escrito a principios del siglo III. Y el emperador Constantino lo oficializó. Habrá que irse hasta el siglo XVI cuando el calendario gregoriano date el natalicio del Hijo de Dios en esa fecha.

Es curioso porque el cristianismo primitivo, incluso el de estado con Constantino, rechazó la fiesta pagana del sol invicto. Un culto al sol asociado a Apolo. Sin embargo, el mismo emperador que hizo del cristianismo la religión de estado mandó acuñar sus monedas con la deidad. Y decretó que los domingos eran día de descanso dedicado a honrarlo, como si nos encontráramos en los inicios del Génesis.

Y no sólo al sol de invierno, también al de verano. Existían fiestas asociadas al solsticio de verano, las brumales y las saturnales. De hecho el culto a Saturno estaba fijado en torno al sol, al de invierno y al de verano. Las saturnales eran fiestas ligadas a las cosechas y a las siembras. Era momento, como lo son las navidades, de reunirse en familia, estrenar ropajes y hacer regalos.

Con todas esos condicionantes, la fecha de la Navidad, del nacimiento de Jesús de Nazaret, se fijó, por decreto del papa Julio I, el 25 de diciembre. Pero Jesús, dice la historia, nació en primavera, en un momento en que los pastores tenían rebaños al aire libre, algo imposible en invierno en Palestina.

Misterio en la Cartuja de Miraflores

No sólo los pobladores de hace 5.000 años ya daban culto al sol. En los días previos al solsticio de invierno, un rayo de sol penetra por el gran óculo que preside la fachada de la iglesia de la Cartuja de Miraflores y recorre en diagonal toda la superficie del retablo esculpido por Gil de Siloé.

El espectáculo es sublime. El sol asciende muy despacio. Durante unos instantes el sol se para en la gran rueda central de ángeles que preside el retablo. Gil de Siloé sabía en qué sitio tenía que colocar esa circunferencia y con una clara intencionalidad diseñó ese retablo en el solsticio de diciembre de 1499. El conocimiento de la astronomía es esencial en los constructores de templos. Si en los megalitos la luz del sol invicto penetra y crece llega del este, la de los templos es del oeste. La disposición que Simón de Colonia hace del monasterio estaba clara y la ubicación del retablo y del ventanuco por el que penetra la luz, la genial idea de Gil de Siloé.

Esta funcionalidad es exclusiva para registrados.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios

burgosconecta La enigmática luz del sol que se veneraba en Burgos