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El ministro de Exteriores iraní, Javad Zarif. Reuters
Zarif, el «estúpido idealista» que deja de ser la cara amable de Irán

Zarif, el «estúpido idealista» que deja de ser la cara amable de Irán

Después de seis años al frente de la diplomacia, presentó a través de Instagram su dimisión como ministro de Exteriores

mikel ayestarán

Corresponsal. Jerusalén

Martes, 26 de febrero 2019, 20:56

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Después de seis años al frente de la diplomacia de Irán, Javad Zarif (Teherán, 1961) presentó a través de Instagram su dimisión como ministro de Exteriores. Una despedida que, a falta de ser aceptada por el presidente, Hasán Rohani, llega en un momento especialmente delicado para la república islámica.

Pese a cumplir el pacto nuclear, según los sucesivos informes de la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), el país vuelve a sufrir las sanciones de Estados Unidos y está en el punto de mira de Donald Trump y sus grandes aliados regionales, Israel y Arabia Saudí. La despedida de Zarif eclipsó la primera visita a Teherán de Bashar Al Assad desde que estalló la guerra en Siria, la gota que parece colmó el vaso de la paciencia de un diplomático que fue excluido de los encuentros con el presidente sirio.

Los sectores más radicales del régimen islámico aplaudieron el adiós de quien fue el arquitecto y máximo defensor del pacto nuclear. El 27 de octubre de 2013 Zarif culminó una carrera de fondo contra esos sectores radicales de la república islámica y dio inicio a lo que el Líder Supremo bautizó como un momento de «flexibilidad heroica» por parte de Irán.

El ministro de Exteriores se sentó cara a cara con el secretario de Estado, John Kerry, para protagonizar la reunión al más alto nivel entre Irán y Estados Unidos desde el triunfo de la revolución islámica. La cita fue en Nueva York, una ciudad que conoce bien este diplomático que viajó en 1977 a Estados Unidos para estudiar Relaciones Internacionales en la Universidad de San Francisco y doctorarse posteriormente en Derecho Internacional por la Universidad de Denver.

Entre 2002 y 2007 fue el enviado de Teherán a la ONU y en esos años tuvo la oportunidad de conocer en persona a las primeras figuras de la política estadounidense como al vicepresidente en la era de Barack Obama, Joe Biden, que le definió como «un diplomático pragmático, no dogmático, que puede jugar un rol importante a la hora de resolver diferencias con Irán de forma pacífica». Pero el contexto no era el mejor y las palabras de Biden chocaron con la política del entonces presidente George Bush que colocó al Irán reformista de Mohamed Jatami en la lista del 'Eje del mal'.

Después llegó la era Ahmadineyad y el diplomático, autor de numerosos libros de política internacional, permaneció en segundo plano hasta la victoria electoral de un Rohani que no dudó en acudir a él para encomendarle su proyecto de acercamiento a Occidente y otorgarle la responsabilidad de la negociación nuclear, la llave para poner fin a unas sanciones que ahogan al país asiático.

«Estúpido idealista que no ha logrado nada en su carrera diplomática pese a hacer concesiones, así es como me ven en Teherán», confesaba Zarif en 2007 a The Washington Post antes de abandonar la ONU, una definición que pese al trabajo realizado en los últimos años parece sigue vigente entre los sectores ultraconservadores que le echan en cara que pese a que Irán cumple lo pactado en 2015, Donald Trump ha roto el pacto para volver a imponer sanciones.

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