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Macron entrega el bolígrafo a su mujer, Brigitte, para que firme en el libro de visitantes de honor a su llegada a Lituania. REUTERS

Macron saca músculo diplomático

El presidente multiplica sus gestiones en los conflictos internacionales, pero convence menos en Francia, donde ya encaja tres derrotas electorales

beatriz juez

París

Lunes, 28 de septiembre 2020, 21:51

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En Francia, el presidente Emmanuel Macron encaja derrota tras derrota electoral, pero en el tablero internacional saca músculo diplomático. De la Unión Europea al Líbano, pasando por Mali, el Sahel, Bielorrusia o la crisis del Mediterráneo entre Turquía y Grecia, el jefe del Gobierno galo multiplica sus intervenciones internacionales y es incluso solicitado para mediar en crisis.

Macron ganó las elecciones presidenciales en mayo de 2017 con el 66,1% de los votos frente a la líder ultraderechista Marine Le Pen y después las legislativas. Pero desde entonces su partido, La República en Marcha, solo recibe varapalos electorales. Su lista quedó segunda en las elecciones europeas de mayo de 2019 por detrás de Reagrupación Nacional (ex Frente Nacional) de Marine Le Pen. El pasado junio, perdió en los comicios municipales, marcados por una fuerte abstención y el avance de los Verdes. Este domingo se celebraron elecciones al Senado y el partido de Macron volvió a perder. El grupo de La República en Marchá será el cuarto en número de escaños, por detrás de los conservadores y los socialistas.

Su popularidad en Francia también cojea. Debe lidiar con la crisis sanitaria, económica y social derivada del covid-19. Actualmente solo el 36% de los franceses están satisfechos con su trabajo.

La disidente Tijanóvskaya se reúne hoy con el líder galo para pedirle su mediación en Bielorrusia

Sin embargo, en el plano internacional Macron acapara los focos. Junto a la canciller Angela Merkel, arrancó en mayo el motor franco-alemán para relanzar la economía europea. Este verano ha estado muy ocupado con varias crisis internacionales: desde el Líbano, donde intenta impulsar un acuerdo para reformar el país después de la explosión que dejó 192 muertos en Beirut el 4 de agosto, hasta las tensiones entre Turquía y Grecia en el Mediterráneo Oriental, pasando por la lucha contra el terrorismo en el Sahel, el golpe de Estado en Mali, la muerte de seis cooperantes franceses en Níger y la resolución del conflicto migratorio en Lesbos tras el incendio de un campamento de refugiados. Francia ya ha asumido la acogida de 500 menores.

Mediador ante Putin

Macron también se mostró dispuesto este verano a dar asilo y asistencia médica al opositor ruso Alexéi Navalni después de que fuera envenenado, y ha jugado sus cartas en Bielorrusia. El presidente, que inició ayer una visita de Estado a Letonia y Lituania, tiene previsto reunirse hoy con la líder opositora Svetlana Tijanóvskaya, quien le ha pedido que haga de «mediador» en la crisis política de su país, con la esperanza de que logre convencer al ruso Vladimir Putin para que se sume al diálogo.

Muchos de estos esfuerzos en el tablero internacional han resultado, sin embargo, infructuosos hasta ahora. Los dirigentes del Líbano han incumplido el compromiso para formar un Gobierno reformista, lo que llevó a Macron el domingo a acusarles de «traición colectiva». El supuesto envenenamiento de Navalni y la tensión en Bielorrusia ponen en duda además los planes franceses para mejorar la cooperación con Rusia. Y en el conflicto entre Grecia y Turquía, la Alemania de Merkel ha optado por una línea de diálogo, mientras que Macron se inclina por la confrontación con Recep Tayyip Erdogan. Su voluntad de que Francia ejerza un papel de potencia de equilibro en el mundo post-covid no es tan sencilla como a él le gustaría.

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