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Los mejores destinos europeos para disfrutar de la Navidad en familia

Los mejores destinos europeos para disfrutar de la Navidad en familia

Diversión, actividades e ilusión para todas las edades en los enclaves más navideños del viejo continente

Álvaro Romero

Jueves, 22 de noviembre 2018, 12:42

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El continente europeo se engalana para recibir la Navidad, una de las épocas del año más esperadas y celebradas, especialmente por los niños. Se respira felicidad e ilusión entre las calles, decoradas con luces de colores. Las plazas, por su parte, albergan coquetos mercadillos navideños donde poder adquirir adornos, objetos artesanales y dulces típicos. Aromas a caramelo, garrapiñados y comida tradicional embaucan el ambiente.

Durante este periodo se multiplican las actividades para realizar en familia, centradas especialmente en el disfrute de los más pequeños. Todo ello pese al frío que cada año se hace fuerte en esas fechas, sobre todo en el norte y centro de Europa. Las nieves también hacen acto de presencia y embellecen, aún más si cabe, unos rincones a los que el tapete blanco que tiñe tejados y suelos les sienta realmente bien.

Cada región afronta la Navidad «a su manera» siguiendo tradiciones y costumbres. En algunas zonas llega Papá Noel, en otras los Reyes Magos, y en las casas más afortunadas lo hacen ambos. Lo importante es que no falten los regalos, la ilusión y las sonrisas en las caras de los niños. Hacer una escapada al corazón de los Pirineos, conocer el mercadillo navideño más bonito del mundo, visitar a Papá Noel en su propia casa o viajar al parque temático más deseado por los peques, son algunos de los mejores planes posibles para disfrutar de una Navidad diferente.

Rovaniemi, en la casa de Papá Noel

Rovaniemi se erige como la capital de la Laponia Finlandesa y residencia oficial de Santa Claus. Siendo el mayor núcleo poblado del Círculo Polar Ártico y un destino en alza los últimos años, en especial cuando llegan las fiestas navideñas. Allí se pueden realizar multitud de actividades turísticas, la mayoría enfocadas la nieve, la naturaleza y, sobre todo, a Papá Noel. Incluso disfrutar de la gastronomía local, degustar carne de reno, oso o pescado fresco.

Hasta allí llegan, cada año, millones de cartas con las peticiones de niños de todos los países del mundo y se gestionan para hacerles llegar sus regalos. Además de conocer a Papá Noel, es posible visitar granjas de renos, pescar en el hielo, realiza una travesía con Huskies o incluso, ver las auroras, uno de los espectáculos más bellos de la naturaleza.

Nüremberg, el mercadillo navideño por excelencia

Alemania es la cuna de los mercados de Navidad, desde allí la tradición se fue extendiendo y los países vecinos adoptaron el formato. El de Nüremberg lleva celebrándose desde 1628, fecha que le coloca como el más antiguo del mundo. Sus vecinos lo esperan con entusiasmo y orgullo pues está considerado como uno de los más bonitos y populares del país.

Decenas de casetas que se integran a la perfección con el ambiente medieval que allí se respira, calles empedradas y muros con siglos de historia. Además, se pueden degustar todo tipo de productos locales, sus típicas galletas y cómo no, salchichas alemanas y Glüwein, vino caliente alemán muy consumido en el centro y norte de Europa durante las épocas de frío.

Disneyland, la Navidad soñada por los peques

El parque temático francés se posiciona a la cabeza de los destinos preferidos por los niños para pasar las vacaciones de Navidad, les sobran razones, situado en la periferia de París se viste de gala para enamorar a los más pequeños. La joya de Disney consigue transmitir un ambiente festivo para toda la familia gracias a personajes como Mickey Mouse, Pluto, Olaf o Buzz Lightyear, entre otros muchos.

Como cada año cuenta con un gigantesco árbol navideño, un alumbrado fascinante, conciertos y espectáculos. Todo ello sin olvidar la cabalgata, el mercadito y la fiesta de Nochevieja, donde celebrar el fin de año y la entrada a 2019 de la forma más mágica posible. 

Andorra, en el corazón de los Pirineos

La cordillera pirenaica supone un entorno extraordinario para celebrar estas fechas y Andorra, «el país de los Pirineos», el lugar perfecto. Rodeado de cumbres, la nieve forma un precioso tapete blanco que adorna el paisaje y ofrece un sinfín de opciones. Viajar en familia hasta allí resulta todo un acierto.

La diversión está asegurada con las numerosas posibilidades que ofrece, actividades en contacto con la naturaleza, para conocer el terreno, la fauna y la flora local. Descender en tubbys (rosquillas gigantes), montar en trineos tirados por huskies, visitar el parque de animales de Naturlandia o realizar termoludismo en el complejo de Caldea, son solo algunas de ellas.

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