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Playa de Isshiki.
Tokio y sus playas, el lado menos conocido de la capital nipona

Tokio y sus playas, el lado menos conocido de la capital nipona

Además de la tradición y la modernidad de las calles, los rascacielos o su exquisita gastronomía, también es posible darse un chapuzón en sus playas

Álvaro Romero

Jueves, 22 de agosto 2019, 07:44

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La capital nipona se localiza en la zona central de la isla más grande de Japón, conocida como Honshsu, concretamente en la comarca de Kanto. Tokio se muestra como una ciudad viva en la que, además de visitar los principales atractivos turísticos como templos y parques, también se puede disfrutar de otros planes diferentes tanto culturales como de ocio. Entretenimiento y diversión para todos los públicos, con gustos dispares y diferentes edades.

A pesar de ser una característica poco conocida y valorada entre los turistas, Tokio tiene playa. Además de la tradición y la modernidad de las calles, los rascacielos que parecen tocar el cielo y su exquisita gastronomía, conocida en todo el globo; también es posible darse un chapuzón en su litoral, bañado por las intensas aguas del Pacífico norte.

En Tokio si hay playa

Esta urbe japonesa cuenta con varias zonas donde descansar disfrutando de un baño en la Bahía de Tokio, donde se encuentra el Parque Kasai Kaihin, y las islas Niijima y Shikinejima. Rincones espectaculares que merece la pena conocer.

La mayoría de las playas vírgenes de la región están a una o dos horas de la capital, en Chiba y Kamakura. La bahía de Tokio, a escasos minutos del centro, también ofrece lugares de playa, entre los que se encuentran los parques Kasai Rinkai, Shiokaze, Odaiba Seaside y Jonanjime Seaside. En todos ellos, el visitante tiene la oportunidad de disfrutar, además de tomar el sol, de otras actividades, como por ejemplo, observar las aves que sobrevuelan las aguas y contemplar las agradables vistas del entorno.

Además, a tan solo una hora en coche, dirección sur, se abre ante las aguas del Pacífico el arenal de Isshiki, conocido popularmente como la playa imperial, famosa por ser el destino veraniego preferido por el emperador durante el siglo XIX. Además está considerada como una de las mejores playas de Japón, gracias a la calidad de sus aguas, su arena y la belleza del entorno.

Por otro lado, las islas paradisiacas de Niijima y Shikinejima, que pertenecen a Tokio, se caracterizan por sus aguas cristalinas, la riqueza natural que las rodea y las variadas actividades que se pueden realizar en su entorno. Se encuentran a 160 kilómetros al sur de la capital y se puede llegar a ellas vía aérea en tan solo 35 minutos, desde el aeropuerto de Chōfu, o por mar en ferry rápido desde el embarcadero de Takeshiba en trayectos que duran alrededor de dos horas y media. Además, también se encuentran comunicadas entre sí por el ferry Nishiki en un corto trayecto de 10 minutos.

Disfrutando de la gran ciudad

Entre baño y baño merece la pena conocer la gran metrópoli de Japón, considerada como una de las ciudades más importantes del mundo. Pasear por sus calles es una fuente de inspiración tanto por los contrastes entre tradición y modernidad como por la amabilidad de sus gentes.

Todo recorrido para conocer Tokio debe pasar por el Templo Sensoji, uno de los iconos más reconocibles de la urbe. Se trata del lugar de culto budista más longevo de la zona. Capaz de captar todas las miradas y los objetivos de las cámaras, su belleza queda fuera de toda duda. Es recomendable dar un paseo por la zona de Asakusa, un barrio coqueto lleno de tradición y arquitectura tradicional.

Tampoco puede faltar en este itinerario el famoso cruce de Shibuya, uno de los pasos de peatones más abarrotados del mundo. Turistas y locales parecen llevarse en volandas los unos a los otros. Desde los edificios cercanos se puede ver en altura, las vistas son maravillosas y se aprecia a la perfección la cantidad de gente que allí se acumula.

La sorprendente calle Takeshita no pasa desapercibida, en el barrio de Harajuku, se presenta como un lugar repleto de tiendas de todo tipo, desde ropa hasta regalos, pasando por suvenires, música, tecnología, juegos y todo tipo de objetos frikis.

Otros barrios a tener en cuenta son el de Akihabara y el de Shinjuku. El primero de ellos de ambiente electrónico, donde la cultura anime y manga alcanzan su máximo apogeo. El segundo, por su parte, se consolida como uno de los más característicos de la ciudad, con la zona de Kabukicho, las callejuelas de Golden Gai y la hermosa calle de Omoide Yokocho como lugares destacados.

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