Asaltan estancos de Burgos y Palencia con un coche robado y lo queman en un pueblo de Valladolid
La Guardia Civil centra la investigación en miembros de la banda que presuntamente ayudaron a escapar de la cárcel de Villanubla a un narco extremeño
Madrugada de asaltos en localidades de Valladolid, Palencia y Burgos la del pasado lunes. Los llevados a cabo en los municipios palentinos y burgaleses, al parecer, con un nexo común y unos mismos autores; en cambio el de Valladolid, en un restaurante de Mojados, perpetrado por otras personas, según las primeras hipótesis de la Guardia Civil. Eso sí, todo se encuentra bajo investigación y con unos sospechosos conocidos por los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado: miembros de la banda que presuntamente ayudaron a escapar de la prisión de Villanubla al narco extremeño Ángel Benito el pasado 14 de febrero.
De momento, los agentes trabajan con varias certezas como las de los al menos cuatro locales asaltados en el sur de Palencia y Burgos, estancos en esta última provincia de Estépar, Lerma y Castrillo de la Vega. Tras dar los golpes de madrugada, los sospechosos, según agregan fuentes del caso, pusieron rumbo hasta Valladolid para quemar el coche con el que habían ejecutado los robos anteriores. En esta ocasión, un BMW, también sustraído, y que prácticamente le redujeron a cenizas tras prenderle fuego para eliminar posibles pruebas.
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Una nueva noche delictiva que se mezcla con el robo al restaurante El Cossío de Mojados. Allí, también de madrugada, forzaron la puerta para llevarse la recaudación de la máquina tragaperras, si bien este robo aún no se le atribuye a la banda vallisoletana.
Desde que salieron de prisión los exreclusos que supuestamente ayudaron en el plan de huida de Ángel Benito, los asaltos han crecido en el mundo rural. Cinco meses de delincuencia organizada de un grupo de entre 5 y 8 personas y que han sembrado de pánico a empresarios de pequeños negocios.
Todo ello con un 'modus operandi' tan viejo como efectivo para sus intereses. Empiezan con el robo de un coche, casi siempre del grupo Volkswagen, para continuar con una ronda de asaltos en rutas aleatorias y que se extienden más allá de los límites de la provincia. De hecho se les conoce golpes en las provincias de Zamora, León, Palencia, Burgos y Valladolid.
Hay análisis y vigilancias antes de dar los palos que hasta el momento, según las investigaciones de la Guardia Civil, les dejan suculentos botines como los 60.000 euros en tabaco de un estanco de Alaejos, 25.000 euros en perfumes de una peluquería de Laguna y recaudaciones de máquinas tragaperras, entre otros aspectos. Y la suma sigue en aumento a falta de concretar las cantidades de la madrugada de este lunes.
En la madrugada del lunes también robaron en el restaurante El Cossío de Mojados
El incremento de la delincuencia obligó a la Guardia Civil a montar un operativo para darles caza. Con la sospecha de quién estaba detrás de los mismos, balizaron coches, además de completar vigilancias nocturnas. Querían desarticular la banda y lo consiguieron tras ser detenidos gran parte de los implicados, si bien quedaron en libertad y tras esa decisión judicial, los mismos implicados, al parecer, han seguido con los robos en la provincia.
Ya apuntaba en marzo la Guardia Civil que dentro del entramado se podían encontrar los exreclusos de Villanubla que ayudaron al narco extremeño, todos ellos miembros pasados de innumerables versiones de la catalogada popularmente como la banda del BMW, si bien ese término no figura en la amplia documentación aportada al Juzgado de Instrucción número 6 por parte de la Benemérita.
Es más, la Guardia Civil tiraba de números en sus primeros informes de este año para recalcar los centenares de robos con fuerza cometidos en Valladolid por este grupo. «Podríamos hablar de más de medio centenar de coches robados del grupo Volkswagen... Pudiéndose valorar sus daños en miles de euros en establecimientos, vehículos e infraestructuras», se agrega en los primeros atestados.
El seguimiento a uno de esos coches geolocalizados por la Guardia Civil empezó a dar resultados porque hasta una finca en la calle Milagros en la capital vallisoletana iban asiduamente los investigados. Fue el inicio de una doble operación que acabó con seis detenidos y con el desmantelamiento, según afirma la Guardia Civil, de dos grupos criminales. Detrás dejaron un sinfín de robos con fuerza, tanto de vehículos como de negocios, daños y atentados a la autoridad.
Sobre esto último, los agentes son tajantes. «La sensación de impunidad con la que actúan está poniendo en grave peligro a los agentes», agregan en los informes. Sobre todo tras la persecución por muchas de las carreteras de la provincia que acabó en Arroyo tras embestir a un coche de la Guardia Civil y acabar empotrado contra un vehículo particular.