Burgos, una provincia cada vez más despoblada y envejecida
Burgos perdió en 2021 un total de 1.010 habitantes, a pesar de la llegada de más inmigrantes. La población mayor de 65 años ya supone casi la cuarta parte del total
La provincia de Burgos cada vez está más despoblada y envejecida. Y es que, lejos de revertir la dinámica en la que entró hace más de una década, la provincia está profundizando en ella, tal y como reflejan todos y cada uno de los informes que se han ido conociendo en los últimos años.
El último en corroborar este fenómeno es el padrón continuo publicado este martes por parte del Instituto Nacional de Estadística (INE), que refleja un nuevo descenso de la población total y un sensible envejecimiento de la misma. De acuerdo a los datos del INE, correspondientes a principios del año pasado (la estadística oficial se comunica con un año de retraso), la provincia contaba con 355.045 habitantes, lo que supone un descenso de 1.010 vecinos respecto a los datos definitivos registrados un año antes.
Se trata de la cifra más baja de las últimas dos décadas y se sitúa en el nivel de 2003. En aquel momento, la provincia estaba aprovechando la bonanza económica para incrementar su población, que tocó techo en 2011 con 375.657 habitantes. A partir de entonces, la tendencia cambió radicalmente y aún hoy continúa a la baja. En poco más de una década, Burgos ha perdido más de 20.000 habitantes.
Más extranjeros
Y eso a pesar de la llegada de extranjeros. En este caso, el techo también se alcanzó en 2011, con 34.853 ciudadanos de origen extranjero, pero la crisis repercutió negativamente en este colectivo y, en apenas 6 años, su presencia se vio minimizada.
Sin embargo, el número de extranjeros en Burgos ha vuelto a crecer desde 2017 y de acuerdo a las últimas cifras oficiales, ya son 29.635, casi un millar más que un año antes.
Envejecimiento
Pero más allá de las cifras globales, ya preocupantes de por sí, llama poderosamente la atención que la paulatina pérdida de población de Burgos, cimentada en la significativa reducción de habitantes de origen nacional, viene acompañada de un proceso de envejecimiento que se antoja imparable. De acuerdo a los últimos datos del INE, en la provincia ya hay 87.541 vecinos mayores de 65 años, lo que supone un significativo incremento del 1,7% (1.478 habitantes) respecto al año anterior.
Y no es una circunstancia coyuntural, sino totalmente estructural. No en vano, en 1998, cuando comienzan los registros oficiales del INE, Burgos contaba con 71.251 vecinos con más de 65 años. Desde entonces, su presencia ha aumentado en un 22,8% y este colectivo de edad ya supone casi la cuarta parte de la población total de la provincia (un 24,65%).
Evidentemente, este incremento viene de la mano de una más que significativa caída de la natalidad, una tendencia que también parece haberse asentado con fuerza en Burgos en los últimos años.
La situación que arrastra la provincia, en todo caso, no es exclusiva, sino compartida por buena parte de la España interior, que padece unos síntomas muy similares a los de Burgos. Mientras tanto, la periferia y las grandes capitales están consiguiendo compensar esa despoblación, hasta el punto de que España ha vuelto a ganar población en los últimos años. Es más, los 47.475.420 de habitantes que refleja el último padrón de carácter oficial es la cifra más alta de la historia.
