El campo de ensayo agrícola de UPA en Burgos demuestra incrementos en el rendimiento del trigo y la cebada
El campo de investigación ha desarrollado su segunda campaña en Rabé de los Escuderos con variedades R1, R2 y R3 y los resultados muestran incrementos de productividad entre el 8 y el 12 por ciento
El campo de ensayo desarrollado como iniciativa de UPA Burgos en Rabé de los Escuderos ha concluido su segunda campaña. El objetivo es estudiar las semillas, las variedades, el suelo para trabajar contra el cambio climático y lograr una mayor productividad para los agricultores. Para afrontar esta segunda campaña del campo de ensayo, Carolina Ramos, técninca agrícola de UPA Burgos, responsable de este campo, explica que se ha puesto en contacto con los agricultores de la zona porque «las variedades de semilla, sobre todo las R3, hay que conseguirlas por parte de los agricultores».
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Estos campos de ensayo también se están desarrollando en Ávila y Palencia, además de en Burgos. «Conseguimos 21 variedades de trigo y 27 de cebada, entre R1, R2 y R3», apunta Ramos. Así, se ha desarrollado una campaña de ensayo más con semillas R1, R2 y R3 y sus resultados han sido muy instructivos en cuanto a rendimientos, resistencia a enfermedades, dosis de siembra y nivel de germinación en las distintas parcelas y, por tanto, de productividad.
Semillas R1, R2 Y R3
R1, R2 y R3 son las réplicas de las semillas. R1 es la semilla certificada, la primera réplica tras sembrar la semilla certificada es la que se conoce como R2. La segunda réplica ya es la R3. Se parte de una semilla certificada que, en teoría, está preparada para adaptarse mejor al medio, al cambio climático, las heladas, las sequías, las lluvias torrenciales.
Conclusiones y reticencias
En este campo de ensayo de Rabé de los Escuderos los datos directos han conseguido concluir que, en este segundo año, los rendimientos han crecido en las semillas R1 y R2 en comparación con las R3. Y este crecimiento de la productividad se ha apreciado más en trigo que en cebada. En trigo ha habido un crecimiento del rendimiento del 12 por ciento y en cebada ha aumentado un ocho por ciento, según apunta la responsable del campo de ensayo.
Detrás del campo de ensayo está la pretensión de UPA de que los agricultores burgaleses se adapten al cambio climático. Las semillas certificadas han demostrado que con ellas se emplea menos dosis de siembra, resisten mejor las diferencias extremas de temperaturas y enfermedades. Tienen mayor capacidad de germinación, que se reduce tras la segunda siembra. Pero estas afirmaciones hay que demostrarlas a pie de campo y eso es lo que se hace en este campo de ensayo de Rabé de los Escuderos. Se ha hecho durante dos campañas, se hará una tercera y esperan alargarlo hasta las cinco porque, como señala Carolina Ramos, es el tiempo necesario para sacar conclusiones concluyentes.
«Queríamos hacer un pequeño estudio para conocer las variedades que mejor se adaptan en una determinada zona con un rendimiento medio normal. Queríamos comprobar si verdaderamente había diferencias entre R1, R2 y R3. Queríamos comprobarlo con un ensayo rural», explica Ramos.
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La técnica agrícola de UPA explica que ha podido comprobar que la semilla R1 es «mucho más productiva». «Los agricultores tienen reticencias porque lo ven caro, hay que hacer una inversión inicial, pero estamos demostrando que utilizando semillas certificadas se necesita menos dosis de siembra y se tiene más producción. La inversión se compensa de sobra con la productividad», aclara Ramos.
Investigación e innovación
En agricultora se trabaja mucho por la experiencia, por lo que han hecho los antepasados o el vecino. Pero estos estudios son fundamentales ahora mismo, en un contexto de cambio climático y condiciones extremas. «La investiación es muy imoprtante, dependemos mucho del clima en agricultura», explica Ramos. Todos saben que con una buena materia prima se obtiene buena producción pero hay más. Qué materia prima hay que elegir en función del clima o del suelo, cuál es la mejor, qué variedad se dará mejor una zona, qué variedad se adapta mejor a la climatología, cuál aguanta mejor las condiciones extremas. La única manera de luchar contra la climatología extrema es a través de la investigación y de las semillas porque de ahí parte la producción.
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«La única forma que tenemos de afrontar el cambio climático es apostando por la semilla certificada, las nuevas tecnologías y la formación. Hay que hacer estudios y sacar conclusiones y eso es lo que se hace en el campo de ensayo», explica Carolina Ramos.
Divulgación y enseñanza
«Todo esto exige una inversión, pero luego es rentable porque utilizas menos semilla y, además, recoges más. Si con menos, coges más, está claro. Pero a los agricultores les cuesta asimilarlo», reconoce la técnica agrícola. La incorporación de las nuevas tecnologías está calando, pero los resultados de los campos de ensayo deben comunicarse de forma adecuada para que calen en los agricultores y se ponga en práctica lo aprendido.
Todos los años, cuando llega la época de siembra, UPA imparte charlas sobre los beneficios de las semillas R1. «Hablamos de tarifas, explicamos estudios. Lo que más interesa es saber qué variedad es mejor». Carolina desarrolla este campo de ensayo en su explotación agrícola. «Lo que intento es demostrar que en una zona media como es mi explotación con unos 3.500 kilos de media, qué variedad va mejor haciendo lo mismo para todas».
Ramos reconoce que los agricultores de UPA en Burgos sí reciben con confianza los resultados del campo de ensayo, sobre todo, porque lo pueden ver. El año pasado se les enviaron vídeos y fotografías. Este año han podido visitar el campo de ensayo. «Ven que no amoldamos la parcela a la variedad, se echa lo mismo en el campo de ensayo que en el resto de explotación, el tratamiento de malas hierbas y fitosanitarios es para toda la explotación por igual».
Futuro
Carolina Ramos tiene claro que, cuantos más campos de ensayo se hagan y más investigación se realice, mejores rendimientos tendrán los agricultores burgaleses. Poder llegar a hacer una previsión climatológica para optar por las variedades es otro paso para aumentar el rendimiento. Por ello, la previsión es que el campo de ensayo tenga continuación en una tercera campaña. «Hay que hacer estudios, como mínimo, durante cinco años para obtener conclusiones concluyentes», apunta Ramos.
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