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Por desgracia, cada vez se ven menos carritos con niños en los pueblos de la provincia. BC
La cigüeña viene con una pequeña ayuda

La cigüeña viene con una pequeña ayuda

Fresneda de la Sierra, Cascajares de Bureba o Merindad de Valdivielso son tres de los municipios burgaleses que entregan el 'Cheque Bebé'

César Ceinos

Burgos

Domingo, 17 de junio 2018, 11:44

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El 'Cheque Bebe' fue una ayuda que popularizó en el ámbito nacional el expresidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero y que, en líneas generales, entregaba 2.500 euros por cada nacido o adoptado. Solo estuvo en vigor desde verano de 2007 a finales de 2010, pero, en muchos casos, sirvió como ejemplo a otras instituciones que aprobaron normativas similares.

No obstante, hubo ayuntamientos burgaleses que, en un intento por luchar contra la despoblación, se adelantaron a la propuesta del presidente leonés y comenzaron a entregar una subvención que, pese a la crisis económica, los recortes y los techos de gasto de las administraciones locales, han mantenido desde entonces. Uno de los primeros municipios fue Merindad de Valdivielso, que en 2002 comenzó a entregar 540 euros por neonato. La norma se modificó en 2016 y, desde entonces, concede 900 euros en tres plazos.

El alcalde, Jesús Arce, explica que esta ordenanza pretende incentivar a las familias con niños a que permanezcan en cualquiera de los pueblos que conforman el Ayuntamiento que preside, así como animar a otras a que se instalen en ellos. «Casi todos los años damos una», comenta el regidor, sabedor también de que el dinero, aunque bien recibido, solo cubre una pequeña parte de los gastos. «Pagamos solamente los pañales», bromea.

Por su parte, la ordenanza aprobada en Fresneda de la Sierra Tirón, cuya última modificación aparece publicada esta semana en el Boletín Oficial de la Provincia, entrega 3.000 euros repartidos en tres anualidades de 1.000 euros a cada familia por cada nacimiento. «Pensábamos que era una buena ayuda para mantener población en pueblos sin industria, pero en más de diez años solo hemos concedido cuatro», explica el primer edil, Luis María Monje, quien, sin embargo, declara que es un dinero bien entregado, puesto que ha servido para ayudar a una pareja joven del pueblo. «Lo damos muy a gusto. Ojalá diéramos cuarenta cada año. El dinero ya lo sacaríamos de donde fuera», agrega.

Recientemente se ha sumado a esta lista Cascajares de Bureba. El primer edil, Rafael Cornejo, quiere dar la primera ayuda, puesto que aún no ha nacido nadie en la localidad desde que entró en vigor la norma. La aportación municipal, en este caso, es de 1.000 euros por el primer hijo, que ascenderá en 300 euros por los sucesivos vástagos. «Queremos motivar a las familias con esta ayuda», manifiesta mientras comenta que también esta buscando otros sistemas para atraer a gente.

Las características de estas entidades son muy parecidas, localidades pequeñas, con escasos jóvenes, elevado número de ancianos y alejadas de las ciudades. Por ello, la ilusión de los regidores también coincide. Quieren mantener el pueblo con vida. Saben que es muy difícil y que esta subvención no es suficiente, pero en la medida de lo posible contribuyen con las familias que traen un niño al mundo rural, algo que por desgracia escasea.

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