La cismática Isabel Jiménez dice que a Iceta «no le ha salido como esperaba» el proceso de Belorado

Las exmonjas de Belorado rompieron con Roma y la Iglesia hace casi un año. Ahora, una de las cismáticas, sor Isabel Jiménez, recapitula y cuenta cómo han vivido este periodo y lo que opinan sobre el arzobispo de Burgos y las denuncias cruzadas.

La exclarisa Isabel Jiménez, una de las dos firmantes de la ampliación de la denuncia contra el arzobispo de Burgos y Comisario Pontificio, Mario Iceta, ha asegurado en una vídeo-entrevista que desconoce si en la Iglesia del Vaticano II y el Arzobispado de Burgos tienen miedo a su respuesta sedevacantista y de fuerza. Eso sí, entiende que «no les ha salido como esperaban» y que se han «sorprendido» de la capacidad de reponerse a la situación «y de buscar nuevas vías», como el restaurante de Arriondas.

Jiménez ha apuntado en su testimonio que cree que la situación tiene «todavía un gran recorrido», pero sabe también que desde la Comisión Pontificia «van a seguir tocando todas las teclas que haga falta, que van a tirar todos los cartuchos y todos los misiles hasta el final y que igualmente nosotras vamos a resistir hasta el final».

Explica la exclarisa que, desde el punto de vista espiritual, «ha sido un tiempo de mucho recorrido interior, de conocimiento de la fe, de proclamación y un tiempo muy valioso, de maduración» y su «adhesión total a Cristo pobre y crucificado».

Para la hermana «ha merecido la pena claramente» porque está segura de que Dios las «sostiene» ya que han «aguantado un año en contra de todas las elucubraciones, y es porque Dios nos sostiene, nos sostiene en nuestra lucha, y ha merecido la pena seguir adelante y luchar por la verdadera fe», ha dicho.

Las cismáticas de Belorado han calificado, en una nota que enviaron durante la tarde del miércoles, de «choque de trenes» su enfrentamiento a la Iglesia del Vaticano II y al arzobispo de Burgos y Comisario Pontificio, Mario Iceta. Se ven con fuerza para mantener el pulso judicial que tiene su cita más inminente en el 13 de mayo, fecha fijada por el Juzgado de Briviesca para el juicio por desahucio. Y el 7 de mayo para la declaración como investigado de monseñor Iceta por los supuestos delitos de coacciones, administración desleal y revelación de secretos.

Pero el calendario de las cismáticas de Santa María La Bretonera de Belorado lleva un ritmo diferente al del Comisario Pontificio, monseñor Mario Iceta. Para las discípulas de la que fue abadesa del monasterio, Laura García de Viedma, la fecha del jueves 8 de mayo está marcada en rojo. Consideran que es el día en que se cumple «el primer aniversario de un hecho sin precedentes en la historia de la Iglesia en España»: su cisma.

La comunidad firmó un documento en el que declaraba su ruptura con la Iglesia del Concilio Vaticano II. En su Manifiesto Católico daban razones por las que desvincularse de la que fue su madre durante decenas de años, alegando «profundas discrepancias doctrinales». Unieron a su causa a dos personajes peculiares, como fueron el supuesto obispo Pablo Rojas y su acólito Francisco José Ceacero, a lo que unas semanas después echaron de su monasterio.

La Santa Sede declaró que las ya exreligiosas habían incurrido en excomunión automática, mientras que ellas afirmaban haber recuperado su «libertad espiritual». Sólo admiten la autoridad del magisterio de la Iglesia hasta la muerte de Pío XII. Desde Juan XXIII hasta Francisco, todos son «herejes»: ellos dos, más Pablo VI, Juan Pablo I, Juan Pablo II o Benedicto XVI -al que le despojaron un tanto de ese demoníaco apelativo-.

Ellas entienden que la Iglesia del Vaticano II es el reflejo de aquella famosa frase de Pablo VI en 1972 cuando dijo «ha entrado el humo de Satanás en el templo de Dios»; porque para ellas se ha convertido en un nido de comunismo y masonería, como han explicado en alguna ocasión. Es más, en un reciente comunicado han calificado a la jerarquía de «modernista y okupa de la sede de Roma».

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