Las cuevas de Burgos que parecen sacadas de Capadocia y esconden siglos de historia
Dentro de la provincia se pueden encontrar espacios similares a los de la región turca
La región de la Capadocia, en Turquía, es famosa por sus formaciones rocosas o «chimeneas de hadas». De igual forma, en el norte de la provincia de Burgos también se encuentran diferentes enclaves turísticos similares, característicos por su uso como retiros espirituales para monjes cristianos desde el siglo VI.
Dentro de la belleza natural que esconde la provincia, además de enclaves dignos de la gran pantalla, encontramos espacios rodeados de arroyos, barrancos y un silencio que a veces se ve interrumpido por el sonido de las cascadas escondidas en los parajes naturales de alrededor.
En la comarca de las Merindades y en el Condado de Treviño se esconden más de cien cuevas excavadas por el hombre hace siglos. Estas estructuras eremíticas han permanecido ocultas durante varios cientos de años y reúnen algunas de las iglesias y cementerios cristianos más antiguos de la región.
Se las compara con las de la región turca principalmente por la similitud de sus formas. En el caso de las burgalesas, están formadas en roca caliza que los pobladores tallaron a su antojo y necesidad.
Eremitorios de Las Gobas y Santorkaria
En la localidad de Laño, inmersa en el Condado de Treviño, se esconden en su paisaje los eremitorios de Las Gobas y Santorkaria. Se trata de una de las primeras pruebas de excavado por parte de los eremitas cristianos durante el siglo VI. Podría tratarse de uno de los primeros monasterios de la Alta Edad Media.
Entre los siglos VIII y IX, estos espacios comenzaron a adaptarse para convertirse en almacenes o viviendas, dando lugar poco a poco a una aldea que luego se establecería en lo que actualmente es Laño. Este paraje representa uno de los conjuntos de cuevas rupestres más destacados de la Península.
Eremitorio de San Miguel
En una pequeña aldea de la comarca del Alto Ebro, pegado a la frontera con Cantabria, se encuentra esta iglesia excavada en la roca que supone una de las piezas más valiosas de la arquitectura rupestre de la región.
Se trata de una estructura de dos pisos escondidos tras inmensas paredes de piedra caliza, sostenidos por columnas y arcos de medio punto que separan las tres naves que conforman el templo. Uno de los elementos que más destacan es una escalera tallada que dirige los pasos al piso superior, donde la roca sale al exterior en forma de terraza.
Aunque el acceso a la planta inferior del eremitorio de San Miguel está cerrado, ambos pisos se pueden observar desde diferentes puntos habilitados para ello.
Cuevas de los Portugueses
En las profundidades de las Merindades hay catorce cuevas y galerías excavadas en un cañón vestido de vegetación salvaje, todas ellas con más de 13 siglos de historia a sus espaldas. En Tartalés de Cilla, muy cerca de Trespaderne, se encuentra el que originalmente se conocía como el eremitorio de Arroyo de las Torcas.
El nombre actual viene de que un grupo de trabajadores portugueses habitaron esta gruta durante los inicios del siglo pasado mientras trabajaban en la obra del ferrocarril Santander-Mediterráneo. Anterior a ellos, monjes y ganaderos usaron este paraje como un lugar de retiro y oración.
'La Cueva' y 'El Covanuto'
Literalmente debajo de la localidad de Cillaperlata, bañadas por el río Ebro, existen dos antiguas cuevas eremíticas: 'La Cueva' y 'el Covanuto'. Después de su uso como lugar de culto entre los siglos VI y IX, fue utilizada como lugar de reunión del concejo y como cuadra a lo largo de su historia.
Las dos de ellas son naturales, pero la segunda de ellas tiene muestras de haber sido modificada a lo largo de su historia debido a la presencia de ventanas. Esta misma no es visitable: tan solo se puede visitar la conocida como «La Cueva».
Eremitorio de San Pedro
En un sendero próximo a la localidad de Argés aparece un lugar de índole sagrada entre los siglos VIII y X: el eremitorio de San Pedro. Este espacio no se utilizó tan solo como lugar de culto y de descanso. En el interior de este paraje se pueden apreciar tumbas antropomorfas, lo cual deja entender que también se utilizó como cementerio.
En su interior, destaca la estructura configurada por sus bóvedas de cañón y el ábside con planta de herradura que definen la estructura de su nave principal.