Las lluvias finales de 2019 alargan el llenado en pruebas de la presa de Castrovido hasta avanzado el 2020

Los retrasos son la tónica habitual en la obra de la presa de Castrovido, que en realidad se ubica en el término de Terrazas. La lluvia que se ha resistido a dar tregua a la provincia de Burgos durante los meses de noviembre y diciembre ha provocado un nuevo retraso, el del llenado en pruebas previsto para este otoño que, no se ha podido realizar, y se aplaza para 2020. Esta lluvia ha impedido acometer los trabajos previos necesarios para el cierre del desvío provisional de la presa principal y la presa de cola.

Según se apunta desde la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), la obra civil está «prácticamente finalizada» pero este otoño de 2019 ha sido poco fructífero debido, principalmente, al agua caída y a las altas temperaturas. La presa de Castrovido concluye el año 2019 prácticamente como acabó el verano.

El caudal del Arlanza ha crecido a finales de este año debido a las lluvias y a unas temperaturas suaves tras las primeras nevadas. Este caudal, superior a lo habitual y a lo esperado, ha impedido el desarrollo de los trabajos del cierre del aliviadero. Actualmente, las obras se centran en levantar los muros de hormigón de la bóveda de cierre en la presa de cola (ubicada en Palacios de la Sierra), donde además se ha comenzado con la acometida eléctrica.

Por su parte, en la presa principal se está actuando en las instalaciones imprescindibles para el correcto funcionamiento de la infraestructura, necesarias para ponerla en servicio. Según la CHD los trabajos se centran en las instalaciones como la centralización de la auscultación y toma de datos, comunicaciones, vigilancia y equipos del plan de emergencias.

En marzo concluyeron las obras de hormigonado del cuerpo de la presa quedando así completos los remates de coronación que quedaban pendientes. En ese mes de marzo la puesta de servicio de la presa, según la CHD, estaba prevista para 2020. Ahora es el llenado en pruebas lo que se prevé que pueda producirse en el año que en breve comenzamos. En este mes de marzo se quería avanzar en los trabajos previos al llenado en pruebas, es decir, al cierre del aliviadero mencionado. Este aliviadero es el lugar por el que se desvió el río Arlanza para acometer el proyecto. Mientras este no esté taponado no se podrá iniciar el periodo de pruebas, que debe contar con varias fases para ir testando la resistencia del hormigón. En este proceso el caudal del río jugará también un papel destacado.

En Terrazas, localidad más cercana a la presa, ya se han montado las cuatro torres con sirenas de aviso a la población de Terrazas, Castrovido, Salas de los Infantes y La Revilla. Quedan pendientes y se trabaja en las instalaciones eléctricas, equipos de desagües, reforestaciones y obras de acondicionamiento final de los accesos, así como el adecentamiento general de la zona tras completar todo el proyecto constructivo.

En el mes de abril la CHD manejaba unos cálculos que situaban la inversión total en 230,83 millones de euros. En junio alcanzaba los 240 millones de euros, lo que implica un sobrecoste de 165 millones de euros sobre los 75 millones iniciales presupuestados, como se informó desde la subdelegación del Gobierno en Burgos. Para el 2020 quedan pendientes de inversión unos 400.000 euros.

Este 2019 también se ha trabajado en las casetas de maniobra de las compuertas desde el exterior, en algunos accesos a galerías y en los remates menores como aceras o barandillas.

El llenado en pruebas del embalse no comenzará hasta que no hayan completado todos los trabajos en la presa principal, se haya implantado el plan de emergencia y se haya cerrado ese desvío provisional del río Arlanza. El 2020 debe ser el año del inicio de la puesta en carga de la presa.

Como ya se ha indicado esto se realizará de forma escalonada con un programa de llenado y vaciado parciales para verificar el correcto comportamiento de la presa, el embalse y las instalaciones.

Los continuos retrasos en la culminación de las obras incomodan a las zonas por las que discurre el río Arlanza. Estos vecinos esperaban ver el llenado de la presa este año y confiaban verla en funcionamiento en 2020. Dositeo Martín, portavoz de la comisión de seguimiento, recordaba a primeros de diciembre a este periódico la necesidad de agua de la zona para los proyectos de regadío y también para regular el caudal del Arlanza.

Estos últimos días se ha registrado un incremento del caudal a consecuencia de las lluvias y el deshielo, y el Arlanza ha entrado en aviso naranja emitido por la CHD en varios puntos de la provincia. El fantasma de las riadas y las inundaciones ha vuelto a visitar esta zona en la que confían en que con la puesta en marcha de la presa las avenidas del Arlanza sean cosa del pasado.