Ultiman los detalles del parque multiaventura de Valdeporres, que pretenden abrir antes de Semana Santa
La instalación es una de las más completas del país, con tres tirolinas gigantes, varios circuitos en altura, zonas de escalada y dos centros de interpretación
Se ha hecho esperar mucho, pero la apertura es inminente. Tras varios años de tramitaciones, obras y retrasos, el parque multiaventura de Merindad de Valdeporres, que pretende convertirse en uno de los grandes reclamos turísticos de la zona, ya está prácticamente listo para abrir. De hecho, la intención de los responsables de Valterria, empresa adjudicataria del contrato de explotación del parque, es poder comenzar a funcionar «antes de Semana Santa».
Así lo subraya Enrique Larena, responsable de la empresa, quien, eso sí, advierte de la posibilidad de que no se llegue a esa fecha. Y es que, tal y como explica, todavía son muchos los frentes abiertos. «Estamos poniendo a punto los centros de interpretación, haciendo las pruebas de seguridad de todos los circuitos y tirolinas, equipando la cafetería y cerrando acuerdos con proveedores», detalla.
A todo ello, además, se le suma el proceso de selección del personal que trabajará en el parque, que no es poco. «Estamos buscando unos 10 monitores» que podrían llegar a trabajar a la vez en función de las necesidades de cada momento, abunda. También están buscando personal para la cafetería e incluso comerciales para zonas limítrofes. Todo ello sin olvidar a las seis personas que están al frente del proyecto, de las cuales, cuatro se establecerán en la Merindad, con lo que ello conlleva.
Teniendo todo esto en cuenta, el trabajo se está desarrollando a contrarreloj, y aunque se confía en abrir antes de Semana Santa, serán los avances de las próximas semanas los que marquen la fecha definitiva, la cual, en todo caso, no se retrasará mucho más allá de Semana Santa.
En este sentido, subraya Larena, «si esto fuera un parque de aventura normal y corriente», la semana que viene estaría listo para abrir. Sin embargo, el de Valdeporres no es un parque normal y corriente. No en vano, en toda España apenas hay un «tres o cuatro» instalaciones que cuenten con las atracciones instaladas ya junto a Pedrosa, y «ninguna de ellas» cuenta con la oferta cultural y de alojamiento con la que cuenta esta.
En total, la instalación presume de tener tres circuitos de aventura para niños, varios recorridos en altura diferenciados en función de la dificultad, tres tirolinas -una de ellas de más de 200 metros de longitud-, sendas paredes de escalada, varios totems, dos apartamentos en altura (a seis metros del suelo), una cafetería, varios senderos adaptados a través de un bosque de robles, una cafetería y dos centros de interpretación, dedicados a las energías renovables y a la historia y patrimonio de la Merindad, con especial atención al túnel de La Engaña.
Sinergias con el entorno
A toda esa oferta se pretenden ir sumando poco a poco nuevos recursos, gracias al trabajo que se está desarrollando para generar sinergias con el entorno. «Queremos aprovechar la riqueza patrimonial y natural de toda la comarca para generar sinergias» y consolidar la actividad, destaca Larena. Y es que, el gran objetivo, además de atraer turismo escolar y de familia de día, pasa por conseguir alargar las estancias en la zona. «Estamos en contacto con los establecimientos hoteleros del entorno para crear ofertas conjuntas», detalla. Y la acogida, añade «está siendo incluso mejor de lo que esperábamos». No en vano, la gente «está muy ilusionada por el proyecto».
Y eso a pesar de que su ejecución ha estado plagada de problemas, que han ido retrasando la conclusión del parque, promovido y financiado en su totalidad por el Ayuntamiento de la Merindad de Valdeporres, que hasta la fecha ha invertido más de tres millones de euros en su construcción.
Meses atrás, y tras superar los últimos escollos administrativos, el Consistorio adjudicó la gestión del parque a Valterria por un periodo de 20 años, y la empresa ha invertido ya «más de 100.000 euros» para ultimar los detalles de la instalación, con la idea de «empezar a recoger dentro de 2 ó 3 años», reconoce Larena.