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Cada enero la festividad de San Antón cobra vida en Miranda de Ebro. Una ermita románica ubicada en el barrio de La Nave es la responsable de la devoción por el Santo que desde el siglo XV custodia uno de los pocos templos católicos «que han mantenido el culto de forma ininterrumpida hasta nuestros días».
Así lo presume la Cofradía en honor al patrón de los animales que, tras más de quinientos años de actividad, continúa fiel a su propósito último: «colaborar en la conservación de la ermita». Es por eso por lo que los cofrades se apresuran a pasar a la acción a poco tiempo del día grande de San Antó, cuya onomástica se fija en el 17 de enero.
Lejos quedó el origen gremial de la Cofradía, pues hoy en día sus socios «se aferran a la conservación de una tradición» para la cual el capítulo financiero se postula esencial. Así pues, este sábado, 11 de enero, varios cofrades volvieron a acaparar el foco en el Mercadillo donde pasaron buena parte de la mañana vendiendo boletos para la tradicional «rifa del cerdo»; si bien es cierto que desde hace tiempo el premio ha sido sustituido por una cuantía económica de 500 euros para el primer ganador y 250 euros para el segundo.
Vestidos con la capa de San Antón y escoltados por un cerdo escultórico, los devotos se dieron cita a partir de las 11:00 horas en las inmediaciones del mercadillo mirandés. Allí, lograron atraer la atención de multitud de viandantes que no dudaron en acercarse a curiosear, hacerse fotos y, por supuesto, comprar los boletos para participar en el sorteo.
Los fondos recaudados se destinarán, entre otras cosas, al arreglo de las goteras del templo, «el edificio en pie más antiguo y elegante de Miranda», de acuerdo con los cofrades. Este fin de semana debía ponerse a punto para su día grande, por lo que también el domingo, desde bien temprano, los miembros de la cofradía llevaron a cabo una limpieza exhaustiva del interior de la ermita y sus alrededores. Y es que, a pesar del apoyo del Ayuntamiento en las tareas de desbroce, los socios asumen la responsabilidad de dejar el edificio y el entorno en perfectas condiciones para el día de San Antón: una fecha en la que decenas de animales volverán a ser bendecidos por su patrón en una romería histórica.
Ya no acudirán animales de labranza, pero es probable que decenas de animales domésticos obtengan su bendición para todo el año. Si bien es cierto que, para ello, habrán de dar las tradicionales nueve vueltas a la ermita y participar en el reparto de bollos preñados, que previsiblemente alcanzarán los tres millares.
Así las cosas, la Cofradía de San Antón ya lo tiene todo listo para su fiesta. Una tradición centenaria para cuya conservación también apelan a las nuevas generaciones puesto que mantener viva esta tradición requiere de un esfuerzo colectivo. A la espera del relevo, la Cofradía tendrá que seguir trabajando por mantener vivas sus raíces.
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