Raúl Gómez Calvo, nuevo León de Oro de Miranda de Ebro
El pintor y dibujante mirandés ha sido distinguido a título póstumo con el máximo reconocimiento de la ciudad
El León de Oro de Miranda de Ebro ya descansa junto a su nuevo titular. El pintor y dibujante mirandés Raúl Gómez Calvo ha sido distinguido, a título póstumo, con el trofeo zoomorfo que simboliza el máximo reconocimiento de la ciudad. Así lo acordó la corporación local durante la Junta de Gobierno del pasado 4 de febrero en la que, por unanimidad, se decidió condecorar al artista «por su contribución a la cultura mirandesa y su irrepetible amor a su tierra».
Publicidad
Es por eso por lo que este lunes, 17 de febrero, la Junta de Gobierno Local convocaba el acto de entrega en el Salón de Plenos del Ayuntamiento. Y en un emotivo encuentro presidido por la alcaldesa, Aitana Hernando, se hizo entrega del trofeo a la familia del pintor.
Un artista con alma mirandesa
Raúl Gómez Calvo fue un artista autodidacta profundamente vinculado a Miranda de Ebro. Su trabajo abarcó desde la pintura y la decoración hasta la participación activa en la vida cultural y asociativa de la ciudad, razón por la cual su legado traspasa los vacíos que fue decorando a lo largo de su trayectoria.
A este respecto, la regidora no dudó en alabar la labor del pintor en tanto que, tal y como sostuvo, «hablar de Raúl es hablar de Miranda, de su grandísimo amor y dedicación por esta ciudad». A la postre «su aportación a la cultura, al patrimonio y a la vida social mirandesa es inmensa».
Asistieron al acto los hijos del pintor: Paz, Ruth y Raúl. Fue este último quien tomó la palabra para agradecer el reconocimiento a su padre, fallecido a los 90 años hace poco más de un mes. «Hoy son días un poco más alegres y de celebración», sostenía Raúl que, asimismo, quiso agradecer al Grupo Popular la iniciativa que había impulsado esta condecoración póstuma.
Publicidad
El legado de Raúl
Nacido en 1934, Raúl Gómez Calvo desarrolló su pasión por la pintura desde joven, inspirado por la naturaleza y la vida rural. Mientras otros niños jugaban en las calles del barrio, él prefería escaparse en bicicleta con sus pinceles y lienzos para capturar la belleza del campo.
Autodidacta y polifacético, dejó su huella en numerosos espacios comerciales de Miranda y otras diecisiete provincias. Su talento fue reconocido en concursos de carteles para festividades locales, así como en exposiciones dentro y fuera de la ciudad.
Publicidad
Más allá de su arte, su implicación en la vida social y cultural de Miranda fue incansable: colaboró con grupos de danzas, asociaciones culturales y el propio Ayuntamiento. Así pues, con su fallecimiento a los 90 años, Miranda pierde a un artista cuyo legado, no obstante, permanecerá vivo en todos los trazo con los que embelleció su querida Miranda.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión