Radiografía de las madres de Burgos: cada vez más mayores y solteras

Los tiempos cambian. La provincia de Burgos, como buena parte de la España interior, está sumida en una crisis demográfica que parece haberse convertido ya en estructural, a pesar de que la llegada de inmigrantes ha permitido revertir algunas de las tendencias más preocupantes, como la pérdida paulatina de población.

Sin embargo, la estadística aún presenta muchos desequilibrios, impulsados en su mayoría por los cambios sociales acontecidos en las últimas décadas, los cuales dejan una fotografía de situación compleja si analizamos algunas variables.

Quizá, el factor más determinante en este sentido sea la natalidad, que no sólo se ha desplomado en las últimas décadas, sino que ha sufrido profundos cambios internos. Qué mejor día que hoy, en el que se homenajea a las madres, para ver cómo han cambiado las madres de Burgos. Que lo han hecho, y mucho.

Sirva un ejemplo para mostrar estos cambios. En 1975, fecha en la que comienzan los registros históricos del Instituto Nacional de Estadística (INE), la edad media de las mujeres que daban a luz en la provincia era de 28,5 años. A finales de 2023, último ejercicio con datos consolidados, esa edad media era de 33,3 años. Esto es, las madres de hoy en día son significativamente más mayores que hace cinco décadas.

Y eso a pesar de un tímido cambio de tendencia registrado en el último ejercicio con datos, ya que el techo histórico se alcanzó en 2021, cuando la edad media de las madres de la provincia se elevó hasta los 33,4 años.

A esta variable se le une otra de vital importancia para analizar la evolución de la natalidad, como es el número medio de hijos por mujer. Un índice que, a pesar de no situarse actualmente en mínimos históricos en Burgos, sí muestra una situación compleja.

A finales de 2023, el número medio de hijos por mujer en la provincia era de 1,11, menos de la mitad que el registrado en 1976, cuando se alcanzó el máximo histórico de acuerdo a los datos del INE (2,51 hijos por mujer).

A partir de esa fecha comenzó un rápido declive que terminó por hundir la estadística en 1995, cuando la media de hijos por mujer en Burgos se desplomó hasta el 0,95. Al albur de la bonanza económica de esa década, la natalidad remontó tímidamente para volver a descender tras las crisis inmobiliaria y financiera, dibujando una tendencia que, con sus pequeñas correcciones, parece haberse asentado.

Cabe destacar, en este sentido, que parte de esas correcciones vienen de la mano del impacto de las madres de origen extranjero sobre la natalidad general.

Un simple vistazo a los datos permite comprobar cómo la natalidad de las madres de origen nacional presenta un declive paulatino, mientras que la natalidad de las madres extranjeras mantiene un relativo equilibrio.

Eso hace que el peso específico de la natalidad de origen extranjero sobre el total sea cada ver más importante. En 2023, la madre de cuatro de cada diez niños nacidos en Burgos era de origen extranjero, una cifra superior a la registrada en 2009 (tres de cada diez) e impensable en 1975, cuando la presencia de extranjero en Burgos era mínima.

También es significativo el cambio cultural asentado ya desde hace mucho tiempo en España a respecto del matrimonio. En 1975, la práctica totalidad de las madres de Burgos (98,3%) eran mujeres casadas. Hoy en día, el estado civil se antoja secundario para tener hijos y prácticamente la mitad (47,7%) de las mujeres que son madres en la provincia no están casadas. Esta circunstancia, de hecho, parece haberse consolidado desde 2016.

En definitiva, el perfil de las madres de la provincia de Burgos ha cambiado (y lo sigue haciendo) drásticamente, siguiendo, eso sí, la estela del conjunto del territorio nacional y de buena parte de Occidente, al menos en términos generales.

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