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Reuters
Las ballenas perdieron los dientes antes de formarse las barbas en sus bocas

Las ballenas perdieron los dientes antes de formarse las barbas en sus bocas

Al cambiar su hábitat de la tierra al mar evolucionaron todo su sistema de alimentación para filtrar en lugar de masticar a sus presas

Europa PRess

Madrid

Jueves, 29 de noviembre 2018, 17:42

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Rivalizando con la evolución de las plumas en los dinosaurios, una de las transformaciones más extraordinarias en la historia de la vida fue la evolución de las barbas: hileras de placas flexibles con forma de pelo que utilizan las ballenas azules, jorobadas y otros mamíferos marinos para filtrar presas relativamente pequeñas del agua de mar. Esta estructura inusual permite que las criaturas más grandes del mundo consuman varias toneladas de alimentos cada día, sin masticar ni morder nunca.

Ahora, científicos del Instituto Smithsoniano, en Washington, Estados Unidos, han descubierto un vínculo intermedio importante en la evolución de esta innovadora estrategia de alimentación: una ballena antigua que no tenía ni dientes ni barbas. En la edición de este jueves de la revista 'Current Biology', científicos del Museo Nacional de Historia Natural del Smithsoniano y sus colegas describen por primera vez a 'Maiabalaena nesbittae', una ballena que vivió hace aproximadamente 33 millones de años.

Usando nuevos métodos para analizar fósiles descubiertos hace mucho tiempo ubicados en la colección nacional del Smithsoniano, el equipo, que incluye a científicos de la Universidad George Mason, la Universidad Texas A&M y el Museo Burke de Historia Natural y Cultura de Seattle, todos en Estados Unidos, ha determinado que esta ballena desdentada de 15 pies (4,57 metros) probablemente no tenía barba, mostrando un sorprendente paso intermedio entre las ballenas barbadas que viven hoy y sus antepasados dentados.

«Cuando hablamos de la evolución de las ballenas, los libros de texto tienden a centrarse en las etapas iniciales, cuando las ballenas se fueron de la tierra al mar», dice el conservador de mamíferos marinos del Museo Nacional de Historia Natural. «Maiabalaena' muestra que la segunda fase de la evolución de las ballenas es muy importante para la evolución a grandes escalas. Por primera vez, ahora podemos precisar el origen de la alimentación por filtración, que es una de las principales innovaciones en la historia de las ballenas«, añade.

Cuando las ballenas evolucionaron por primera vez, usaron los dientes para masticar su comida, al igual que sus antepasados terrestres. Con el paso del tiempo, muchos descendientes de estas primeras ballenas continuaron masticando su comida, heredando este rasgo de sus predecesores. Pero a medida que los océanos a su alrededor cambiaban y los animales evolucionaban, surgieron estrategias de alimentación completamente nuevas, incluida la alimentación por filtro gracias a las barbas, dice el investigador pre-doctoral del Museo Nacional de Historia Natural Carlos Mauricio Peredo, autor principal del estudio que analizó los fósiles de 'Maiabalaena'.

Las ballenas fueron los primeros mamíferos en evolucionar, y ningún otro mamífero usa una estructura anatómica ni remotamente similar para consumir su presa. Pero frustrantemente, las barbas, cuya composición química es más parecida a la del cabello o las uñas que al hueso, no se conservan bien. Rara vez se encuentran en el registro fósil, dejando a los paleontólogos sin evidencia directa de su pasado u orígenes. En cambio, los científicos han tenido que confiar en las inferencias de los fósiles y en los estudios sobre el desarrollo de la ballena fetal en el útero para reunir pistas sobre cómo evolucionaron las barbas.

Como resultado, no está claro si, a medida que evolucionaron, las primeras ballenas mantuvieron los dientes de sus ancestros hasta que se estableció un sistema de alimentación por filtración. Una de las primeras hipótesis iniciales, según Peredo, fue que los mamíferos que habitan en el océano deben haber necesitado dientes o barbas para comer, pero varias ballenas vivientes contradicen esa idea. Los cachalotes tienen dientes en su mandíbula inferior, pero ninguno en la parte superior, por lo que no pueden morder o masticar. Los únicos dientes de los narvales son sus largos colmillos, que no usan para alimentarse. Y algunas especies de ballenas picudas, a pesar de estar clasificadas como ballenas dentadas, no tienen ningún diente.

La adaptabilidad

Debido a su edad, explica Peredo, los paleontólogos sospechaban que 'Maiabalaena' podría tener pistas importantes sobre la evolución de las barbas. El fósil proviene de un periodo de cambios geológicos masivos durante la segunda fase principal de la evolución de la ballena, alrededor del momento en que la época del Eoceno estaba en transición hacia el Oligoceno.

Con los continentes cambiando y separándose, las corrientes oceánicas se arremolinaban alrededor de la Antártida por primera vez, enfriando significativamente las aguas. El registro fósil indica que los estilos de alimentación de las ballenas divergieron rápidamente durante este periodo de tiempo, con un grupo que conduce a las ballenas que se alimentan mediante filtración de hoy en día y el otro que lleva a la ecolocación de las ballenas.

En consecuencia, 'Maiabalaena' había sido sometida a mucho escrutinio desde su descubrimiento en Oregón en la década de 1970, pero la matriz de roca y el material en el que se recolectó el fósil aún ocultaba muchas de sus características. No fue hasta que Peredo finalmente limpió el fósil y lo examinó con la tecnología de escaneo tomografías computarizadas (TC) más moderna que se hicieron evidentes sus características más notables. La falta de dientes de 'Maiabalaena' era evidente a partir del hueso preservado, pero las tomografías computarizadas, que revelaron la anatomía interna del fósil, indicaron a los científicos algo nuevo: la mandíbula superior de 'Maiabalaena' era delgada y estrecha, por lo que es una superficie inadecuada desde la cual suspender la barba.

Peredo y Pyenson consideran que estudiar la evolución de las ballenas es clave para comprender su supervivencia en los océanos que cambian rápidamente en la actualidad. Al igual que la aparición de las barbas, la pérdida de dientes en las ballenas es una prueba de adaptabilidad, lo que sugiere que las ballenas podrían adaptarse a los desafíos planteados en el océano en la actualidad. Aun así, advierte Peredo, el cambio evolutivo puede ser lento para las ballenas más grandes, que tienen una vida útil prolongada y tardan mucho tiempo en reproducirse.

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