Estos son los peligros encontrados por la OCU en disfraces de Halloween para niños

Los niños son los principales protagonistas de Halloween, una festividad extendida por todo el mundo y que, en algunos casos, puede suponer más riesgos que terminar aterrorizado si no se atiende a las advertencias realizadas por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) acerca de los disfraces para niños.

Y es que padres y familiares pueden llevarse un buen susto con los trajes para caracterizarse y, sobretodo, sus accesorios. Las compras por internet está a la orden del día para este tipo de fechas y es precisamente en estos 'marketplace' como Amazon o Aliexpress donde se han detectado algunos «problemas de seguridad».

Un análisis de etiquetado y condiciones en disfraces, pinturas y complementos como gorros o máscaras a la venta en este tipo de plataformas para Halloween ha expuesto una «amplia lista de riesgos» debido a las limitaciones de cara a someter a estos productos a controles e inspecciones de seguridad.

El problema más común detectado por la OCU es el riesgo de asfixia, detectado en 14 de los 20 disfraces y complementos analizados. En concreto, con cuerdas y lazos de más de 7,5 cm en la zona del cuello de los disfraces que pueden acabar en la boca de los más pequeños fácilmente.

Otra de las condiciones más observadas son las piezas sueltas pequeñas, que pueden desprenderse o romperse en trozos con facilidad. Aunque están prohibidas en disfraces para menores de 3 años, revisten el mismo peligro cuando se incluyen en otros disfraces a su alcance como el de un hermano mayor o un progenitor.

Las bolsas de embalaje de plástico demasiado finas (de menos de 38 micras) son otro riesgo si no se es especialmente cuidadoso dado que con esta delgadez, se pueden adherir al rostro con suma facilidad multiplicando el riesgo de asfixia en el caso de que se introduzca la cabeza.

Aunque menos frecuente, los disfraces y complementos de Halloween destinados a los niños también presentan problemas de inflamabilidad. La OCU ha advertido este riesgo en al menos tres disfraces de un total de 15 analizados ya sea por la velocidad de expansión de las llamas o por su persistencia a la hora de intentar apagarlo de producirse cualquier percance relacionado con el fuego.

La nota positiva del estudio realizado por el organismo se refleja en el descenso de sustancias tóxicas identificadas en trajes de Halloween este año. Ni metales pesados, ni colorantes azoicos ni ftalatos han sido encontrado en disfraces, aunque sí en algunos adornos de los mismos.

Un clásico en las recomendaciones de la OCU para minimizar el riesgo de que algo les ocurra a los más pequeños de la casa a la hora de disfrazarse en este tipo de festividades es alejarse de capuchas cerradas y caretas completas, tanto por su mala ventilación como por su inflamabilidad.

Para evitar más sustos que los propios de niños -y no tan niños- disfrazados de personajes terroríficos, la Organización de Consumidores y Usuarios recomienda atender siempre el etiquetado de los trajes comprados, con especial atención a la edad recomendada.

De igual manera, en el caso de que la caracterización elegida por los más pequeños afecte a la cara, es preferible pintar con maquillajes al agua, más fáciles de quitar y en los que, en esta ocasión, no se han detectado sustancias tóxicas.

La OCU desaconseja igualmente el uso de lentillas de fantasía, tan utilizadas para numerosos disfraces como los de vampiros o zombies, salvo que se compren en una óptica o centro especializado, se limite su uso a unas pocas horas, y después se retire del ojo adecuadamente.

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