«Urge hacer una reestructuración en Atención Primaria y frenar el éxodo de profesionales sanitarios»
Francisco de Juana Izquierdo es médico de familia en Burgos rural sur y trabaja en seis municipios, en cuatro de ellos tiene consulta y en otros dos realiza visitas
Francisco de Juana Izquierdo es médico de Familia y realiza su trabajo en Burgos rural sur. Lo suyo, relata, es vocacional. Coincide en eso con la mayoría de sus colegas, que desempeñan su labor en el medio rural aunque, explica, su puesto no se encuentra en el «medio rural típico».
Su jornada empieza a las 8 de la mañana, «viendo las personas que han ido a urgencias el día anterior, resultados de análisis, y a los visitadores médicos», indica. Tras una reunion de equipo, las 10, empiezan las consultas, entonces «salimos hacia los pueblos». De Juana trabaja en seis pueblos y tiene consulta en cuatro. «El otro tiene un habitante y el otro solamente diez, por eso no hay consultorio», añade.
Las localidades a las que se desplaza son Revillaruz, Modúbar de la Emparedada, Hontoria de la Cantera y Cubillo del Campo. Además, «una vez al mes vamos al domicilio de pacientes que no pueden salir de casa a para hacer su seguimiento y vemos cirugía menor los viernes, a cuatro o cinco pacientes».
La realidad de la medicina en el medio rural y en el marco del proyecto de reorganización de Atención Primaria que está haciendo la gerencia, es que los médicos de familia «se esfuerzan al máximo» para dar servicio a todos los pacientes.
Uno de los problemas que viven los profesionales sanitarios es la excesiva carga de pacientes. De Juana confiesa: «Tenemos menos tiempo porque la demanda ha aumentado muchísmo, porque la consulta no presencial no exige que el paciente falte a sus obligaciones, por lo que la gente demanda más consultas. El 60% ahora es consulta no presencial, pero te lleva el mismo tiempo«. Pero las citas telefónicas no han venido impuestas, este doctor afirma que, en su caso, los propios vecinos lo eligen así y que, en muchas ocasiones, duplica trabajo porque les manda a la consulta tras hablar con ellos por teléfono.
«Hay que educar para que el paciente sepa en qué casos tiene que pedir cita presencial o telefónica»
Asegura que veía a más gente en consulta presencial cuando había que cribar. «Ahora me llaman muchísimo más. De 25 pacientess, 15 han pedido consulta telefónica, en mi caso al menos». En este sentido, es partidario de «guiar» al paciente para que sepa cuándo es necesario acudir en persona: «La consulta telefónica sirve solo en algunos casos y, en esos casos, se podría atender a más pacientes. Para el resultado de unas pruebas, una receta, dudas, problemas que se resuelven rápido y directamente. Si pides cita para un problema que requiere ser visto en consulta, en realidad ocupas dos huecos, hay que educar para que el paciente sepa cuándo tiene que ser presencial o telefónica».
Se muestra en desacuerdo con la creencia de que los médicos solamente atinden por teléfono porque, asevera, «no es verdad». Indica que la gente mayor sigue pasando por el consultorio pero, «sin duda», ha aumentado la demanda telefónica.
La covid y la sanidad rural
Durante los peores meses de la pandemia, De Juana declara que suspendió las consultas «en los pueblos más pequeños un mes y medio, cuando se declaró el estado de alarma». Pero recuerda que en mayo de 2020 retomó las visitas a los municipios más pequeños, «donde hay gente muy mayor», una vez al mes. Después continuó una vez cada dos semanas y ahora «llevo más de un año cumpliendo lo que dice la normativa en función del número de cartillas sanitarias y días».
El problema sobrevenido con la pandemia es evidente para De Juana: «Antes de la covid había catarrillos y ahora todo el mundo que tiene síntomas parecidos pide cita por miedo a tener coronavirus. Además no es demorable, si hay 12 personas con tos, tienen que venir siempre«.
Soluciones para el medio rural
De Juana considera que en el medio rural «hay que facilitar que el paciente pueda acercarse a consultorios grandes para que pueda ser mejor atendido». Para este profesional, el transporte para los pacientes sería sería una de las claves: «Los recursos son limitados y tienen que utilizarse de manera eficiente. El pueblo cada vez tiene menos habitantes y los médicos y las enfermeras dejan de ir de forma fija porque no es eficiente».
Para él, la reorganización de Atención Primaria «es necesaria» y, según su experiencia, «hay una escasez de profesionales que va a peor». Por este motivo, en el medio rural, «el tiempo que perdemos de ir de consultorio en consultorio se podría dedicar en pasar consulta, deberían ser los pacientes los que pudieran acercarse con un sistema de transporte. El paciente tiene su cita y se le debería transportar», defiende. Y matiza: «Que no quepa duda de que se irá a ver a domicilio a quien no pueda desplazarse o esté impedido, como se ha hecho hasta ahora».
A las personas mayores «siempre las hemos ido a ver a casa», por eso, «centralizar la atención es beneficioso para el paciente porque habrá más recursos». Pero hay otro pilar en el que insiste, «es necesario mejorar las condiciones laborales de los sanitarios y proporcionarles incentivos para que no se marchen de aquí».
«La carga de trabajo es difícil de llevar, siempre hay mucha gente»
La España vaciada
«Los vecinos viven como una pérdida que se cierre el bar, que no vaya el cura, que el médico en vez de ir tres días en semana ahora vaya menos porque tienen menos habitantes», narra De Juana.
«Antes de los años 90 en cada pueblo vivían un médico y una enfermera prácticamente. La atención sanitaria ha mejorado al poner centros de salud pero esa gestión tiene más de 30 años, toca ya hacer otro cambio. Los políticos tienen que dejar trabajar a los gestores porque esto se está utilizando como arma política», asevera De Juana en base a su experiencia profesional en el medio rural.
Por eso manifiesta que «urge hacer una reestructuración en la forma de atender, frenar el éxodo sanitario, esos profesionales se están yendo a algún sitio». Y concluye: «Más de 3.000 médicos piden el certificado de idoneidad para poder trabajar fuera de España, no creo que todos vayan a ONGs. Hay que ver cómo son las condiciones en esos lugares a los que se marchan».
