Los vendedores ambulantes rechazan la propuesta del Ayuntamiento de reubicarse en dos mercados

Una de las primeras actividades que se suspendió cuando la amenaza de la pandemia empezó a materializarse, fueron los tradicionales mercados. La venta ambulante se paralizó en Burgos el pasado 11 de marzo, cuando el Ayuntamiento canceló todo evento que conllevase una elevada concentración de personas. Desde entonces este sector, del que dependen cerca de 120 familias no sabe cuándo ni cómo podrá reanudar su trabajo en la capital. La Asociación de Vendedores Ambulantes ha mantenido una reunión con el Ayuntamiento, de la que el presidente de este colectivo, Enrique Jiménez, destaca «la buena voluntad por parte del alcalde y la concejala», aunque reconoce, «la solución que nos proponen no nos compensa».

Según explica Jiménez, desde el Consistorio se ha ofrecido a los vendedores ambulantes situarse en dos lugares para poder acoger más gente y cumplir con las normas de seguridad. «Nuestra propuesta de que se amplíe el espacio y colocarnos en nuestros lugares habituales no se puede hacer», confiesa el presidente de la asociación. Por este motivo, la solución más viable que contempla el Ayuntamiento es reubicar los puestos, por un lado en el parque de los Poetas y, por otro, en el aparcamiento Disuasorio.

Por su parte, los miembros de la asociación han visitado este martes los emplazamientos y han concretado, tal y como explica Jiménez, que no es posible «porque dos mercados divididos no van a funcionar». En este sentido, afirma que la decisión conjunta de los vendedores «es la de no montar de momento». Jiménez reconoce que el Ayuntamiento «está dispuesto a escuchar» y, por este motivo, el colectivo elaborará una propuesta durante esta semana para presentársela de nuevo al Consistorio y que puedan evaluar la posibilidad de llevarla a cabo.

Desde la Asociación de Vendedores Ambulantes manifestaban hace solo unos días a BURGOSconecta: «Nuestra situación está abocada al desastre y esperamos que ningún compañero se descuelgue y tenga que dejar la venta ambulante». Hoy continúan con la máxima «o todos o ninguno», por lo que tratarán de elaborar un proyecto que se ajuste a las normas sanitarias que impone la amenaza de la covid-19, pero en el que ningún vendedor se vea perjudicado. En esta línea, continuarán dialogando para llegar a un entendimiento con la administración municipal ya que «hay predisposición», concluye Jiménez.