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Las diez noticias imprescindibles de Burgos este jueves 4 de diciembre

¿Buscas móvil nuevo? Todos los extras que suben el precio (y seguramente no necesites)

Megapíxeles, terabytes, carcasas de cuero engarzado... ¿merecen la pena?

J. C. Castillo

Lunes, 1 de diciembre 2025, 00:28

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Año 2025. Los coches voladores siguen siendo un proyecto a largo plazo, pero de alguna manera vivimos subyugados por la tecnología, tal y como predijeron numerosas películas hará unas décadas. Las últimas estimaciones hablan de más de 7.000 millones de smartphones activos en todo el mundo: el ser humano ya no entiende su día a día sin una pantalla táctil en la que consultar las últimas noticias, compartir 'memes' con sus amigos o hacer más llevaderos los desplazamientos en transporte público intentando superar el enésimo nivel de 'Candy Crush'. 

El consumismo exacerbado también propio de nuestro tiempo hace, además, que cambiemos de móvil con suma facilidad (cada 11 a 18 meses por norma general). Y no porque se estropee o no dé más de sí: las grandes marcas lanzan nuevos modelos periódicamente, presentándolos como griales tecnológicos sin los que nuestra vida no estará completa. Así las cosas, es fácil dejarse engatusar por una amalgama de siglas y especificaciones que encarecen el producto final varios cientos de euros; funciones que la mayoría de veces no llegamos a utilizar.

Si queremos ahorrar un buen pico al renovar smartphone, haremos bien en preguntarnos si realmente necesitamos las siguientes características:

Tasas de refresco superiores: La tasa de refresco de cualquier pantalla determina la fluidez de las imágenes al reproducir un vídeo, hacer 'scroll' en las distintas aplicaciones o ejecutar un videojuego. En el uso cotidiano, sin embargo, basta y sobra con un panel de 60 hercios; los móviles a 120 o 144 Hz suelen enmarcarse en la llamada gama alta, por lo que el desembolso rara vez bajará de los 900 euros. 

'Tropecientos' megapíxeles: Aunque hace tiempo que los fabricantes abandonaron la carrera de los megapíxeles, muchos usuarios siguen fijándose en este dato (relativo a las cámaras del teléfono) para elegir qué modelo comprar. ¿Por qué no deberíamos hacerlo? En primer lugar, una óptica de 200 megapíxeles se antoja absurda si nos limitaremos a compartir las fotos por WhatsApp; además, más MPs no siempre equivalen a más calidad: también entran en juego el tamaño, la apertura y la capacidad de procesamiento del sensor fotográfico.

Más 'zoom' que un telescopio: Siguiendo con las cámaras del teléfono, muchos prometen decenas de aumentos gracias a un zoom óptico de vanguardia. Esto implica la inclusión de lentes periscópicas que elevan considerablemente el precio. Ahora bien, ¿usaremos ese 50x de la cámara más allá de las típicas fotos a la luna llena? Un zoom óptico de 2 o 3 aumentos resulta más que suficiente para la mayoría de usuarios.

Vídeos a muchos 'K': Luego está la cuestión del vídeo. Ya se venden modelos capaces de grabar imágenes a resolución 8K; algo ilógico si consideramos que los televisores y monitores compatibles nunca han llegado a despegar (la diferencia con el 4K se antoja inapreciable para los menos entendidos). Otro inconveniente de grabar a dicha resolución es el tamaño de los vídeos, lo que agota la capacidad de almacenamiento del teléfono y ralentiza editarlos en un ordenador. 

5G y conectividad por satélite: Las redes móviles 5G se prometieron como la panacea, pero lo cierto es que no terminan de hilar fino. Una cosa es que cada vez haya más zonas de España adscritas a esta cobertura y otra que la experiencia de navegación suponga un salto sustancial respecto al 4G. Dicho de otro modo: podemos ahorrarnos hasta 200 euros si elegimos un móvil sin 5G. Mucho más si renunciamos a la conectividad satelital de los modelos más avanzados, únicamente útil si acostumbramos a movernos en zonas rurales o incomunicadas. 

Acabados de lujo: En ocasiones lo que encarece el precio son los materiales utilizados para darle un acabado 'premium' al teléfono. Hablamos de traseras en cristal, marcos de titanio, coberturas de cuero... Irónicamente, muchos de estos elementos no hacen otra cosa que minar la resistencia del dispositivo frente a rayones o caídas, lo que nos obliga a colocarle una funda protectora que oculta todo ese diseño preciosista. 

Capacidades de almacenamiento absurdas: La variación de precio existente entre las distintas opciones de almacenamiento disponibles para cada modelo es algo que llama poderosamente la atención. Por ejemplo, la diferencia entre un iPhone 16 Pro de 128 GB y otro de 1 TB es de 630 euros; cantidad suficiente para agenciarnos un móvil secundario de gama media-alta. En este caso, más no es necesariamente mejor: 128 GB suelen bastar si no trabajamos con archivos pesados, máxime desde que se popularizaron los servicios de almacenamiento en la nube. 

Reconocimiento facial 3D: El desbloqueo del teléfono previo escaneo tridimensional de nuestra cara resulta de lo más conveniente, pero en la práctica los modelos con lector de huella dactilar cumplen la misma función y pueden adquirirse a precios bastante más competitivos. 

Lo último en IA: La cacareada Inteligencia Artificial también está elevando los precios recomendados por Apple, Samsung, Xiaomi y compañía. Aún así, los expertos coinciden: estos algoritmos se encuentran en una evolución constante y los resultados (al retocar fotografías, por ejemplo) aún distan de lo prometido. Mejor esperar unos años más antes de vaciarnos el bolsillo para tener 'lo último de lo último'.

A fin de cuentas, elegir nuevo smartphone debe ser una cuestión de utilidad; nunca de moda. Por muy extensa que resulte la lista de especificaciones de ese modelo que nos hace ojitos, merece la pena leerlas con calma para determinar si les sacaremos partido.

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