De la Rosa vería «precipitado» abrir la hostelería al 50% y pide «prudencia» a los burgaleses
El alcalde está satisfecho por la evolución de la pandemia, que permitirá este vierner reabrir hostelería, centros comerciales y gimnasios, pero no comparte la petición de los hosteleros de ampliar al 50% el aforo máximo
El alcalde de Burgos, Daniel de la Rosa, ha expresado su «satisfacción» por la decisión de la Junta de Castilla y León de relajar las medidas de restricción para la hostelería en la ciudad a partir de este próximo fin de semana, aunque el Consistorio emitirá un bando en el que pedirá a los ciudadanos que extremen la prudencia para no entrar en una tercera ola de la covid,informa EFE.
En rueda de prensa telemática, De la Rosa ha recordado este miércoles que siempre consideró que la apertura de las terrazas en pleno mes de diciembre era «insuficiente» para los negocios de hostelería, aunque ha señalado que el 33% de aforo en el interior de los establecimientos es «una medida prudente», aunque se pueda estudiar llegar al 50 por ciento, como piden los hosteleros de cara al siguiente fin de semana.
Ahora, sería una decisión «precipitada» pues de debe de ir «paso a paso». De la Rosa también lamenta las imágenes que se pudieron ver el pasado viernes, con aglomeraciones en algunas terrazas y calles de la ciudad. Las achaca a la «ansiedad comprensible de los burgaleses» de recuperar parte de su vida social y, a su juicio, refuerza la idea de que la apertura solo de terrazas es menos segura que una apertura condicionada de los establecimientos, pues es más fácil controlar lo segundo que lo primero. Aún así, el fin de semana se reforzó la presencia policial y los controles para evitar aglomeraciones.
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El primer edil de la ciudad ha insistido también en que el principal foco de contagio de la covid es el ámbito familiar y de amigos, el llamado «ámbito de confianza», donde se relajan más las medidas de prevención, por lo que ha pedido a los ciudadanos que sean responsables y no se relajen tampoco en esos ámbitos. Los encuentros con familiares, las salidas al pueblo, los desplazamientos a ver a la familia e, incluso, las quedadas de los jóvenes por la tarde y la noche. De ahí que haya pedido pruedencia pues os comportamientos irresponsables pueden provocar una tercera ola de la pandemia y nuevas restricciones.
El regidor ha reconocido que Burgos sigue en una situación «complicada y de riesgo», con una incidencia de 406 casos por 100.000 habitantes en catorce días y 167 en siete, aunque lejos de los 1.800 casos en catorce días registrados hace un mes. «Las medidas están funcionando«, admite, y la población está siendo responsable, »a pesar del cansancio, la angustia y el desánimo«. Pero todavía queda por hacer un último esfuerzo, para evitar esa tercera ola. «Salvar la Navidad ya no es un objetivo en sí mismo, solo tratar de disfrutar de las fiestas con la máxima responsabilidad», ha apuntado.