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Un hombre lleva dos ramos de flores al cementerio de San José en Burgos.

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Un hombre lleva dos ramos de flores al cementerio de San José en Burgos. APM

La desescalada llega a los cementerios y los burgaleses regresan a dejar flores, limpiar el mármol y recordar a sus seres queridos

El camposanto San José de Burgos vuelve a abrir sus puertas | Ha llegado la fase 1 y de 3 se han ampliado a 15 las personas que pueden asistir a funerales pero, además, algunos burgaleses acuden a despedir a los que se marcharon en la soledad impuesta por la covid-19

Jueves, 28 de mayo 2020, 08:19

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La fase 1 ha llegado al Cementerio Municipal San José de la capital burgalesa. Al igual que este, muchos otros camposantos de la provincia han vuelto a abrir sus verjas. Los cipreses han permanecido vigilantes en soledad desde que se instauró el estado de alarma para frenar la pandemia de la covid-19. Los cementerios cerraron sus puertas y estas solo se han abierto para acoger funerales. Funerales a los que solo podían asistir tres familiares o allegados, además de los trabajadores del cementerio, la funeraria y el párroco en caso de que así se desease.

Con la llegada de la fase 1 de las medidas de alivio del confinamiento las verjas se han abierto pero con medidas de seguridad y distanciamiento social, como ha ocurrido con todas las actividades y rutinas que conocemos. Una de las principales diferencias es que se ha ampliado de tres a quince las personas que pueden asistir a un funeral. La soledad impuesta por la covid-19 a la hora de despedir a nuestros seres queridos se reduce pero, aún así, hay que mantener el distanciamiento social. Los abrazos que tanto reconfortan a muchos deben esperar todavía, se deben comunicar de otro modo.

Nada más llegar al camposanto burgalés nos encontramos con dos carteles que indican que una puerta se debe usar para entrar y otra para salir para reducir las probabilidades de acercarnos al resto de personas.

En la puerta se aclara que el cementerio está abierto para sepelios y para que las personas puedan ir a colocar flores, limpiar tumbas y nichos pero la oficina continúa cerrada debido a la pandemia. Se atenderá por teléfono o correo electrónico. Igualmente, las misas de domingo en el cementerio se han suspendido.

Un cartel del Ayuntamiento de Burgos también desvela un número de teléfono al que se puede llamar en caso de necesitar apoyo psicológico. Nadie estaba preparado para lo que nos ha tocado vivir. Los funerales han aumentado en este cementerio burgalés debido a la covid-19, así lo señalaba en abril Saturnino Pérez, encargado general del Cementerio San José de Burgos. Los sepelios han aumentado pero el cementerio ha estado más vacío que nunca. Tres personas por funeral y prohibidas las visitas a las tumbas y nichos de familiares.

Ahora que las verjas se han abierto, los cipreses vuelven a recibir a aquellos que acuden a dejar flores en el lugar donde descansa un ser querido. También a los que cubo y balleta en mano se afanan en limpiar el mármol de tumbas y nichos. Los cipreses vuelven a acompañar a los burgaleses que sencillamente en silencio y en soledad reposan de pie frente a la tumba de un ser querido para hacer lo que cada uno necesite en ese momento de absoluta intimidad. Momentos que nos habían sido arrebatados y que para muchos son tan necesarios comienzan a regresar.

Esta semana en la que se han abierto los cementerios, en Burgos se ha podido ver a personas llevando flores frescas, otras limpiando tumbas y algunas otras visitando el lugar donde reposa un ser querido. La mayoría llevan mascarilla, aunque es fácil guardar la distancia en un lugar tan grande y abierto, los burgaleses son precavidos.

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