El rincón místico de Burgos donde Santa Teresa dejó anécdotas, apodos y un convento

Es uno de esos rincones de Burgos que ha estado más olvidado pese a estar en pleno centro de la ciudad. La plaza de Santa Teresa se encuentra delante del convento de las Carmelitas, la última de las fundaciones que la santa de Ávila realizó antes de morir. A Teresa Sánchez de Cepeda Dávila y Ahumada, que ese era su nombre, le costó tiempo y disgustos fundar en Burgos.

El arzobispo Vela no le autorizaba las fundaciones si no presentaba el aval de contar con casa, rentas y la autorización del corregidor de Burgos. Por ello estuvo una larga temporada en la ciudad. Vivió en el Hospital de la Concepción y en un caserío de Huerto del Rey. Acostumbraba ira a la celebración de la misa en San Gil, en la capilla de la Buena Mañana, siempre muy temprano. En Burgos fundó el convento de Santa Ana y San José.

De la estancia de Teresa de Jesús en Burgos se conservan muchas referencias por sus escritos y por las anécdotas que la tradición del pueblo hizo echo llegar. Una de ellas está recogida en un grabado custodiado en el Archivo de Burgos. Se dice que en ese grabado, Santa Teresa de Jesús aparece con un padre carmelita paseando «por el barrio de San Cosme y al ser increpados el fraile quiso replicar, y a la Santa se le escapó: ¡Déjeles, mi padre, qué son unos chamarileros! A los vecinos cayó en gracia lo de chamarileros y a los pobladores del barrio les gustaba llamarse así y que así les llamasen».

Teresa nació en la ciudad amurallada de Ávila, el 28 de marzo de 1515 y murió en la localidad salmantina de Alba de Tormes el 4 de octubre de 1582. Es doctora de la Iglesia y su producción literaria mística la colocan en la cumbre de la Lengua Española. Se le ha denominado santa universal y ha sido copatrona de España en tres ocasiones, la última en 1812 declarada por las Cortes de Cádiz.

En la plaza de Santa Teresa se ubica la estatua de bronce de Diego Porcelos y mide seis metros y medio de altura. Está en esta ubicación desde hace 15 años cuando se decidió trasladar desde su primitiva estancia en la plaza de San Juan. Es obra de Juan de Ávalos y lleva entre los burgaleses 43 años.

A la plaza de Santa Teresa se accede desde el Puente de Gasset, el paseo Sierra de Atapuerca y tiene salida al paseo de la Quinta y la calle de la Cartuja.

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