El homenaje a la jota aúna orgullo y tradición en Burgos

No puede faltar en cualquier celebración burgalesa que se precie. La jota es parte de la tradición y cultura no solo de la ciudad, también de la provincia y de la comunidad. Por eso, un año más, este día grande de las Fiestas de San Pedro y San Pablo la Plaza Mayor de Burgos se ha vestido de largo para dar un emotivo homenaje a la jota burgalesa.

Grupos de danzantes, peñas tradicionales y público en general han tomado parte en el acto, abrazando una tradición que se transmite de generación en generación como uno de los pilares del folclore local.

Esta jornada festiva ha estado marcada por la ofrenda floral a Santa María la Mayor y la misa solemne en la catedral, seguidas por el homenaje a la jota en la Plaza Mayor, donde ha continuado el ambiente festivo. Dulzainas y tambores han puesto la música y los burgaleses y burgalesas las faldas al aire y espontaneidad al compás del baile.

Además de grupos de danzas y peñas tradicionales, la jota ha estado respaldada por los representantes institucionales de diferentes colores políticos que no han dudado en animarse a bailar desde el balcón del Ayuntamiento. La jota refuerza así su valor simbólico como un elemento que une a la comunidad y festeja la identidad burgalesa al margen de ideologías y edades.

Porque grandes y pequeños han celebrado la continuidad de una tradición arraigada y un compromiso por su reconocimiento. Mientras los Sampedros continúan con música moderna, pasacalles, verbenas y actividades infantiles, el acto de la jota en la Plaza Mayor pone de nuevo en valor las raíces más profundas de la ciudad de Burgos.

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