La Semana Santa de Burgos vuelve a innovar y apuesta por la juventud
el Anuncio Pascual y el Vía Crucis Penitencial con Antorchas por el Castillo modifican recorrido y se renuevan. La Junta de Semana Santa recuerda que cofradías, hermandades y procesiones son mucho más que religión
Ilusionar a la ciudad, animar a la participación, difundir su valor cultural y tradicional son los objetivos que se ha marcado la Junta de Semana Santa de Burgos para este 2023. La normalidad vuelve a la programación de la Pasión burgalesa, que continúa innovando, abriéndose a nuevos públicos y mejorando a fin de conseguir, a medio plazo, el ansiado reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico Internacional.
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«La Semana Santa es mucho más que religión, es convivencia, tradición, cultura y también tiene un componente social», explica Luis Manuel Isasi, el presidente de la Junta de Semana Santa. Y eso es lo que quieren transmitir a la población burgalesa, sobre todo a los más jóvenes, pues las cofradías y hermandades sufren falta de relevo generacional.
De este modo, la Pasión de 2023 apuesta por un rejuvenecimiento de la programación. Ya se inició con la incorporación de la Procesión Infantil del Amor y la Esperanza, que sale en la mañana del Sábado de Dolores. Una procesión solo de niños, dirigida por gente joven, y que ha sido un éxito. «Ellos son la Semana Santa del futuro», afirma Isasi.
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Este año la juventud estará presente en el Vía Crucis Penitencial con Antorcha del Castillo, porque saldrá la Cruz de las Jornadas Mundiales de la Juventud, portada por jóvenes de la parroquia Juan Pablo II. No será la única novedad, pues la procesión arrancará del interior de la iglesia de San Esteban, y acabará en el mismo lugar.
Los jóvenes estarán también presentes en la Procesión del Encuentro, el Jueves Santo, y será de la mano del grupo Hakuna Burgos, que realizará una intervención musical. «Es un reclamo para la gente joven, para que vean que la Semana Santa es también cosa suya», insiste Isasi, pues «es una pena» perder tradiciones por falta de relevo.
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Un nuevo Anuncio Pascual
El presidente de la Junta de Semana Santa ha explicado que, además del cambio en el Vía Crucis del Castillo se van a consolidar los cambios introducidos en años anteriores. La Borriquilla hará el recorrido por la ciudad a partir de las 12:00, tras la misa en la Catedral, y después de la bendición de las palmas y los ramos en la Plaza del Rey San Fernando.
En la Procesión del Santo Entierro todos los pasos saldrán de la Catedral hacia la Plaza de Santa María y, además, se acortará el recorrido. Ya no sería por la calle San Juan sino que se entrará a la Plaza Mayor por la Plaza de Santo Domingo, donde se dará por concluida la procesión y cada paso volverá a su parroquia.
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El cambio más importante será el de la Procesión del Anuncio Pascual, el Domingo de Resurrección, que busca animar a la gente a acercarse de nuevo a la cita. El encuentro entre Cristo Resucitado y la Virgen de la Alegría pasa de la Plaza del Rey San Fernando a la Plaza de Santa María y, además, el Cristo saldrá de la Catedral.
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Ambos pasos harán sus recorridos habituales, pero con esos cambios y, luego, regresarán juntos por un itinerario más amplio. Bajarán a la Plaza de la Catedral para la bendición de la ciudad y allí tendrá lugar el intercambio de ofrendas, diversas danzas y poemas. A continuación, regresarán por La Paloma y Laín Calvo, para despedirse en Alonso Martínez.
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Reconocimiento internacional
Juan Manuel Isasi recuerda que en la Semana Santa de Burgos «había mucho margen de mejora y todavía hay mucho que hacer», sobre todo si se quiere conseguir el reconocimiento como Fiesta de Interés Turístico Internacional. Para ello es necesario apostar por la promoción fuera de nuestras fronteras y conseguir esa repercusión internacional.
«Es un proyecto a medio plazo», insiste, un proyecto que debe ser de ciudad y de comunidad autónoma, porque la Semana de Pasión es parte de la tradición y la cultura de Burgos, y redunda en su propia promoción. Isasi admite que, en Burgos, falta cierto «sentimiento popular», el que está muy presente en ciudades como Valladolid o Zamora.
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Una implicación de toda la ciudad, que requiere también de aporación económica. La Junta de Semana Santa valora que el Ayuntamiento haya aumentado su aportación anual, de 21.000 a 35.000 euros, y que la Junta también colabore. Pero «las necesidades son abundantes», afirma Isasi, y las hermandades solo tienen las cuotas de sus cofrades, que son insuficientes.
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