Ciencia, tecnología, valores, robots y niños
La UBU acoge una nueva edición de la First Lego League, un programa educativo destinado a despertar vocaciones científicas y tecnológicas entre los más pequeños
Ciencia, ingeniería, cientos de niños, miles de piezas de Lego y un buen puñado de robots cumpliendo misiones. El campus de la Politécnica de la Universidad de Burgos ha acogido hoy la fase autonómica del First Lego League, un proyecto educativo con presencia internacional destinado, funamentalmente, a despertar las vocaciones científicas y tecnológicas entre los más pequeños. ¿Cómo? Utilizando piezas del popular juego de construcción para diseñar pequeños robots plenamente operativos y capaces de superar las diferentes pruebas que los organizadores proponen cada año.
Se trata, en suma, de un «torneo de robótica» en el que los alumnos han de afrontar problemas y plantear soluciones de manera colaborativa, según explica Isabel Soto, responsable del proyecto en Burgos.
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Así, alrededor de 250 chavales de entre 4 y 16 años de edad provenientes de 35 centros educativos de Castilla y León, La Rioja, Galicia y Navarra se han dado cita en las instalaciones de la UBU para participar en el torneo en sus diferentes categorías, organizadas en función de la edad (Discover, Explore y Challenge).
Competición con valores
Los más pequeños (de entre 4 y 9 años) afrontan el torneo sin carga competitiva, mostrando sus proyectos y ahondando en valores como la cooperación. Por su parte, los mayores (de entre 10 y 16 años) son los grandes protagonistas del torneo, compitiendo entre sí en busca de un vencedor que vaya posteriormente a la fase nacional. Y de ahí, a la internacional, un torneo de mucho peso en el que España ha tenido en los últimos años grandes resultados.
Así lo reconoce Inmaculada Sánchez, responsable de la asociación Ingenieras Hoy, que recuerda que el ganador y el tercer clasificado de la última edición fueron colegios españoles. «Tenemos una buena cantera», subraya.
Sea como fuere, la First Lego League va más allá de la mera competición y busca, fundamentalmente, poner la «semillita» de la ciencia, la tecnología y la ingeniería en la mente de los chavales, que durante toda la jornada también disfrutan de talleres y espectáculos vinculados a la materia.