Córdoba, el apellido talismán del Burgos CF

Cada vez que un Córdoba anota un gol el Burgos CF suma tres puntos. Al menos esta temporada. Así lo atestiguan los datos. Los cuatro goles conseguidos por los hermanos Córdoba han dejado 12 puntos en el casillero blanquinegro.

Además, en tres de estos cuatro goles de uno de los dos hermanos el tanto ha sido decisivo. Íñigo Córdoba ha tomado la delantera a su hermano en eso de anotar goles y ha conseguido tres esta temporada. En las tres ocasiones el Burgos CF consiguió la victoria.

El primero de los goles llegó en la jornada cuatro ante la SD Huesca. En esa ocasión Íñigo disputó los 90 minutos y consiguió en el 77 el gol que dio la victoria por 0-1 a los blanquinegros. Hasta la jornada 27 no volvió a encontrarse el pequeño de los Córdoba con el gol. Fue en el choque ante el Real Zaragoza. En esta ocasión el centrocampista tan solo dispuso de 22 minutos en el verde, suficientes para lograr, otra vez, el gol del triunfo. Lo consiguió en el minuto 84 y volvió a suponer el 0-1 final.

En el partido de la jornada 32 Íñigo vio puerta por última vez hasta el momento. De nuevo saliendo desde el banquillo, y de nuevo disputando apenas una veintena de minutos, logró hacer el gol que, en esta ocasión, cerraba el triunfo local. Fue ante el Almería y en el minuto 84. Su gol dejó el marcador en 3-1 después de que los visitantes empataran el partido a la media hora de juego. Expósito y Fer Niño hicieron los dos primero goles en los minutos 9 y 67, respectivamente.

Y en la última jornada ha sido Aitor, el capitán blanquinegro, el que diera la alegría a la parroquia burgalesa. Cuando el partido parecía encaminarse al empate un zarpazo de Aitor Córdoba hizo que el Burgos CF sumara tres puntos ante el Córdoba. En el marcador ondeaba el empate a dos después de que el Córdoba se hubiese adelantado en dos ocasiones. Fer Niño y Espiau habían logrado neutralizar los goles visitantes y el partido parecía abocado a las tablas.

Pero entonces llegó Aitor Córdoba. El defensa central del Burgos CF vio adelantado al portero visitante y desde su propio campo, desde unos 60 metros, se sacó un disparo con la derecha que se coló en la portería de Carlos Marín. Era el minuto 77 y sentenció el encuentro que terminó 3-2 para sumar otros tres nuevos puntos.

En Burgos, cuando un Córdoba marca, no es solo un gol: es una garantía de victoria. Porque su goles valen oro y su apellido se ha convertido en talismán. Esta temporada, si uno de los Córdoba celebra, el Burgos CF sonríe con tres puntos más.

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