Borrar
Presentación del informe sobre exclusión social. Rodrigo Jiménez
La pobreza se ensaña con cien mil personas que ya solo luchan por sobrevivir cada día en Castilla y León

La pobreza se ensaña con cien mil personas que ya solo luchan por sobrevivir cada día en Castilla y León

El informe FOESSA alerta de que 214.000 personas sufren una pobreza severa

Ana Santiago

Valladolid

Miércoles, 9 de octubre 2019, 14:15

Necesitas ser registrado para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Alto riesgo de cronificación de las situaciones de exclusión social y polarización de la estructura social, dado que crece el espacio de las personas que logran integrarse –es el dato positivo, el único en realidad– pero también, y de forma enquistada, aumenta el de las más vulnerables, las más excluidas. Y lo hace en Castilla y León con mayor pesimismo que en el resto de España.

La crisis escribió una historia gris en esta comunidad, por otro lado especialmente solidaria y defensora del Estado del Bienestar, y sus circunstancias sociodemográficas han hecho que su recuperación sea peor.

Así lo revela el estudio de la Fundación Foessa sobre 'Exclusión y Desarrollo Social en España y en Castilla y León' en «el momento de incertidumbre en el que nos encontramos y con una mirada a nuestra cohesión social para analizar cómo vivimos y reaccionamos ante la gran recesión, cómo estamos enfocando la salida y cuáles son las consecuencias de la crisis después de ella».

Las conclusiones son tajantes, según las repasó el coordinador del trabajo,Guillermo Fernández Maíllo. La exclusión social se ha enquistado en la estructura social en todo el país y la comunidad no es una excepción. En Castilla y León, son 368.000, el 15,3% de la población, las personas sin los mínimos económicos, formativos y sociales. Constituyen «la sociedad estancada», un grupo de personas para las que «el ascensor de la movilidad social no funciona y no es capaz de subir ni siquiera a la primera planta».

La región además no ha conseguido reconstruirse al ritmo del resto de España. Foessa, patronato que preside Cáritas, analiza el peso de la exclusión social en una comparativa entre 2013 a 2018, el supuesto periodo de recuperación tras la crisis. Pues bien, en estos cinco años mientras en todo el país los excluidos han bajado el 27,8%, en la autonomía solo se han reducido en un 7,5%. «La bonanza de la recuperación ha impactado con menor intensidad en las personas más vulnerables en el caso de Castilla y León», destacó Fernández Maíllo, también miembro del comité técnico de la citada fundación.

Además, y dentro de ese colectivo de personas que no han logrado integrarse, hay «un grupo especialmente vulnerable afectado por la acumulación de tantos problemas en la vida diaria que les impide tener un proyecto vital mínimamente estructurado». El informe los cuantifica en 214.000 y los califica como 'en situación de exclusión social severa'. Hace cinco años solo representaba al 5,1% de la población castellano y leonesa y actualmente ya supone el 8,9%. «Un incremento muy importante, tremendamente relevante, dado que es más de un 65% de aumento», puntualizó.

Más de 143.000 personas de la región no saben si el próximo mes podrán pagar la vivienda

El acceso a una vivienda digna cada vez es más inaccesible para los castellanos y leoneses y es un motor elemental de la desigualdad, además de un factor clave en las dinámicas de exclusión social. En Castilla y León la vivienda, junto a la salud que también marca desigualdades en una comunidad muy envejecida, ocupa el lugar prioritario como generador de dificultades en la sociedad. El 20,2% de la población tiene problemas para disfrutar de una casa.

La población en hogares con gastos excesivos en la vivienda ha sufrido un incremento del 75%. Ya son 63.000 los que están en esta situación y las personas que viven en inmuebles precarios ya suponen el 5,2% de la población. Son 44.000 hogares. También se han incrementado tanto las personas residiendo en viviendas con deficiencias graves que necesitan rehabilitación, como en condiciones de insalubridad. Las primeras representan ya 23.000 hogares, las segundas 60.000. Hay en la comunidad unos 49.000 hogares (4,8%) que arropan a 143.000 personas, que están en una situación de inseguridad en cuanto que no saben si el próximo mes podrán pagarla.

En cuanto a un inmueble inadecuado, que no reúne condiciones de habitabilidad, con hacinamiento, sin acceso a suministros… se encontrarían en Castilla y León unos 52.000 hogares (5,2%), lo que alcanzaría a unas 164.000 personas.

La vivienda insegura e inadecuada, el desempleo persistente, la precariedad laboral extrema y su «invisibilidad para los partidos políticos» definen el perfil. Y en estos entornos se ensaña la pobreza severa, que se ha incrementado en estos últimos cinco años en un 28%, representando el 4,6%» de la población en Castilla y León. Y, entre ellos, los aún más vulnerables, lo que no tienen más objetivos ni planes que los de sobrevivir. Son más de 99.000 las personas que acumulan tal cantidad de dificultades «que los denominamos la sociedad expulsada». Son seres humanos preocupados únicamente por poder sobrevivir en el día a día y «a los que, probablemente, ya no lleguen ningún tipo de mecanismos de protección». Además, este grupo de personas, donde se acumula la exclusión más dura de la sociedad castellano y leonesa, «se ha triplicado en estos últimos cinco años».

RIESGO DE EXCLUSIÓN POR COMUNIDADES

No todo los datos de este informe, elaborado por 125 investigadores de 30 universidades y 13 organizaciones de acción social, son negativos.

La investigación, destaca su coordinador, «trae una buena noticia, al menos de forma relativa». Actualmente la sociedad integrada, la de los que carecen de problemas para su supervivencia y lleva una vida digna en términos materiales ha aumentado hasta suponer el 57% de la población. Y alcanza el 84,7% si se le suman los hogares que, aunque más precarios, logran una existencia aceptable. Sin embargo, «y esta es una de las novedades que hemos descubierto, dentro de la sociedad integrada se está produciendo una quiebra por su base». Hay un grupo de unas 287.000 personas que aun estando en el espacio de la integración se encuentran en una situación de inseguridad debido a que su colchón de resistencia es débil y «serán los primeros en incorporarse al espacio de la exclusión si se produce una desaceleración de la economía».

Castilla y León se caracteriza en definitiva por «una tendencia dicotómica durante la recuperación, en la que conviven una mejora en los niveles de integración y en los índices económicos; aunque pierde peso relativo en la economía española, pero que al mismo tiempo presenta un importante incremento de la exclusión severa, que no siente los efectos de la recuperación y, de hecho, agrava sus condiciones de vida, produciéndose un proceso de acumulación de dificultades en la parte más débil de la sociedad castellano y leonesa», destaca este experto.

El 13% de los trabajadores son pobres y el 38% tiene deudas

El coordinador del trabajo de Foessa, GuillermoFernández Maíllo, destaca que en Castilla y León es en la comunidad en la que más se critican los servicios de empleo del Ecyl por resultar poco o nada efectivos. «A pesar de la reducción progresiva del desempleo, la escasa fortaleza del empleo en Castilla y León se percibe en dos indicadores, por un lado el que la exclusión social afecte en mayor medida a las personas con la jornada completa, y por otro el que una de cada cuatro personas en la comunidad, tanto en situación de integración como de exclusión social, tengan que combinar ingresos por trabajo con los ingresos por protección social».

El trabajo ya no es un derecho, es un privilegio y el 13% de los trabajadores, pese a la mayoría tener además un empleo de jornada completa, son pobres. Suponen 128.800 personas.

Relacionado con el nivel de ingresos, los hogares de la región tienen menor capacidad de afrontar sus deudas que en el resto del país. Más del 38% de la población con retrasos en el pago de recibos no podrá hacer frente a ese gasto en mucho tiempo.

Por su parte, explicó el obispo auxiliar de Valladolid, Luis Argüello, que estos informes tienen una larga historia, desde los años 60, y esta octava edición, que analiza cada territorio y el conjunto del país, arroja unos resultados que van más allá de lo puramente económico, «tienen que ver con la propia concepción de la persona, las expectativas y sentido de la existencia o las reglas del juego laborales y económicas que nos hacen vivir con horarios y situaciones complicadas». Por su parte, el presidente de Cáritas de Castilla y León, Antonio Jesús Martín de Lera, añadió que en los últimos años la cantidad de personas atendidas se mantiene en los últimos años entre 100.000 y 120.000 y que el principal problema de la exclusión lo representa el aumento de la edad en la población castellano y leonesa, con especial incidencia en los núcleos rurales con menos de 5.000 habitantes.

La dimensión de la salud es la más determinante en el ámbito de la exclusión social de Castilla y León, incide en el 58% de la población en situación de exclusión. Una población envejecida marca la diferencia. Y un dato significativo: en 54.000 hogares se han dejado de comprar medicinas, seguir tratamientos o dietas por motivos económicos.

Perfil

El informe también ofrece los perfiles sociodemográficos de esta realidad: El 58% son hombres; el grupo mayoritario está entre los 45 y los 64 años; el 45% trabajan, es decir, que tener un empleo no es garantía de poder participar socialmente y sobrevivir y nueve de cada diez son españoles. Además en tres de cada cuatro hogares no viven niños y son las localidades más pequeñas las que más concentran casos de exclusión social, el 37% se encuentran en los municipios de menos de 5.000 habitantes.

A pesar de esta distribución, «el mayor riesgo de exclusión se concentra sin embargo en los hogares que solo reciben ingresos vinculados a la protección social, si vives en ciudades como Ávila, Palencia, Segovia o Zamora, si eres familia numerosa, si el sustentador principal del hogar tiene entre 45 y 64 años o es mujer o eres de fuera de la Unión Europea, tienes más riesgo», repasa el coordinador.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios