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Instalaciones del centro regional de reforma de menores Zambrana. ANTONIO QUINTERO
Los menores de la región protagonizan ya más casos de violencia doméstica que de robo

Los menores de la región protagonizan ya más casos de violencia doméstica que de robo

Ocupa el segundo lugar en la estadística de infracciones juveniles de la Fiscalía, solo por detrás de las lesiones

M. J. Pascual

VALLADOLID

Martes, 2 de octubre 2018, 18:51

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Las últimas estadísticas de las fiscalías de menores de Castilla y León revelan que la violencia protagonizada por los menores en el seno familiar ha desbancado a los robos con violencia e intimidación, que tradicionalmente motivan buena parte de los expedientes de delitos juveniles. En 2017, los casos de maltrato de los más jóvenes a progenitores y mayores en casa tan solo son superados en número por los delitos de lesiones, que encabezan el ránking de la criminalidad juvenil.

Así, según refiere la Memoria Fiscal 2018, los casos de violencia doméstica ejercida por menores que fueron denunciados en Castilla y León durante el pasado año fueron 160. La mayoría de estos delitos se produjeron en las provincias de León (34), junto con Burgos y Valladolid (31 expedientes, respectivamente), seguidos de Salamanca (21), Soria (12), Ávila (9), Segovia (8) y Zamora (7).

LAS CIFRAS

  • 2.569 diligencias preliminares contra menores se incoaron en las nueve fiscalías especializadas de Castilla y León durante 2017, según la Memoria Fiscal 2018. Se abrieron 655 expedientes de ejecución de medidas, casi 200 de ellos, en Salamanca.

Los robos con fuerza contabilizados fueron 124, la mayoría, en Burgos (37), mientras que los realizados con violencia e intimidación fueron, en total, 66, muchos de ellos, también, cometidos en la provincia burgalesa (25). Soria y Zamora son las únicas de la comunidad en las que no se contabilizaron este tipo de infracciones.

Pero son las lesiones las que se mantienen en cabeza de los expedientes referidos a los delitos graves cometidos por menores. Se contabilizaron el pasado año 206 de estas infracciones. La provincia de Salamanca es la que más incidentes de este tipo registró, 55, seguida de Ávila (39), Burgos (25), Segovia (24) y Zamora (20). A mayor distancia figuran León (14), Valladolid (12) y, en la parte baja de la tabla, las provincias de Soria (9) y Palencia (8).

Hurtos (116) y daños completan la tipología más abundante en el catálogo de delitos, mientras que la violencia de género (23 casos en toda Castilla y León), la agresiones sexuales (11) y los abusos (34) entre menores, aunque se mantienen en cifras bajas, están en el punto de mira de los fiscales, puesto que van en aumento y están muy relacionadas al uso extendido de las tecnologías (TIC) y las redes sociales.

Respecto de los delitos más graves, los cometidos contra las personas con resultado de muerte, la Fiscalía contabiliza dos homicidios, uno en Burgos y otro en León.

La Fiscalía contabiliza dos homicidios, uno en Burgos y otro en León

Pero siguen siendo los delitos leves, contra el patrimonio y las personas, el grueso de las infracciones contabilizadas por la Fiscalía de Menores. Respecto de los primeros, el total regional es de 372, con Burgos (108) a la cabeza, mientras que en Valladolid son más los segundos (78) de un total de 428.

Las medidas que se tomaron sobre los menores infractores durante 2017 fueron 655, especialmente en la provincia de Salamanca (192), León (123) y Burgos (123). En total, el año pasado se abrieron 2.568 diligencias preliminares contra menores en Castilla y León y, en los casos más graves, se incoaron 1.331 expedientes de reforma.

Según los datos de la Junta de castilla y León, en 2017 ingresaron en el centro vallisoletano 123 menores, por un total de 192 infracciones.

Reflejo social

Para el penalista y decano de los abogados de León, Fernando Rodríguez Santocildes los datos de las fiscalías de menores de la comunidad son «un reflejo de la sociedad actual». Indica que la mayoría de los menores que protagonizan conductas de malos tratos hacia sus padres son chicos, «y la víctima es la propia madre, precisamente por haber vivido y presenciado en su ámbito familiar episodios de violencia de género o doméstica por parte de sus propios progenitores». Es, subraya, «en no pocos casos, una conducta de reiteración de patrones vividos y presenciados por el propio menor en su casa». Otro aspecto que destaca este letrado es que, por su experiencia, en la mayor parte de los casos, nos encontramos con menores desatendidos en sus necesidades afectivas; no están en situación de exclusión social o desatendidos en sus necesidades básicas, pero si tienen otras carencias: el fracaso escolar, la falta de control y de supervisión de sus conductas, comportamientos antisociales y, sobre todo, la carencia afectiva que lleva a una situación de desamparo en su desarrollo personal y moral».

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