
San Valentín: entre el mito cristiano y la estrategia comercial del siglo
Son varias las fuentes que apuntan a la existencia de varios santos vinculados al amor romántico, pero fue la mercadotecnia la que acabó por dar forma al Día de los Enamorados
San Valentín: ¿mito cristiano o excusa consumista? Pues, a la luz de la historia, parece que el santo del amor está bastante más cerca de lo segundo que de lo primero.
Y eso que todo apunta a que San Valentín existió. Y no sólo uno. Las crónicas cristianas hablan de hasta tres personajes que responderían a ese nombre. Así, la Leyenda Dorada de Santiago de la Vorágine, escrita en el siglo XIII, apuntaba la existencia de dos de ellos en la Roma de Claudio, y otro en la Alemania del siglo V.
Varios san Valentines
Quizá el más famoso era un sacerdote al que el propio Claudio mandó arrestar por predicar el cristianismo. Sin embargo, el prefecto que debía detenerlo, le ofreció un trato: si curaba a su hija, no sólo no le arrestaría, sino que él mismo se convertiría al cristianismo. Dicho y hecho. Claudio, claro, acabó enterándose y ordenó cortar la cabeza al tal Valentín, cuyo martirio le convirtió en santo.
El otro san Valentín romano, también del siglo III, fue famoso por casar a soldados a pesar de la prohibición de los autoridades romanas.
El tercer Valentín en discordia pareció vivir en Alemania en pleno siglo V y su leyenda se cimenta sobre la curación de un niño con epilepsia. Esa es la razón por la que san Valentín es el patrón de los epilépticos.
¿Qué hay del amor romántico?
Vale, hasta ahí, milagros y conversiones, pero ¿qué hay del amor romántico? Pues esa idea no empezó a relacionarse con san Valentín hasta bien entrado el siglo XVIII. En esa época, en Francia e Inglaterra comenzó a ponerse de moda aquello de intercambiarse tarjetitas, para alegría de los enamorados y, sobre todo, de los editores y propietarios de imprentas, que vieron un gran negocio en ello.
Un negocio que, cuando llegó a Estados Unidos a finales del siglo XIX, acabó por explotar. Cosas de los norteamericanos, expertos en eso de retorcer la tradición para impregnarla de unas buenas dosis de consumismo. ¿Os suena aquello de Papá Noel?
Y así, hasta hoy. Y eso a pesar de que la Iglesia Católica intentó meter mano al asunto y en el Concilio Vaticano II dijo que lo que se celebraba el 14 de febrero no era san Valentín, sino San Cirilo y San Metodio. Sin embargo, la rueda ya estaba en marcha y no pudo frenarse. Se quiera o no, el 14 de febrero es ya el Día de los Enamorados a todos los efectos.
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