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Suso disputa un balón con Camora. Cristina Quicler (Afp)
El VAR clasifica al Sevilla para octavos
Dieciseisavos | Vuelta

El VAR clasifica al Sevilla para octavos

En un mal partido de los andaluces, un gol anulado al Cluj en los minutos finales permitió sobrevivir al equipo de Lopetegui

LUIS F. GAGO

SEVILLA

Jueves, 27 de febrero 2020, 06:49

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l Sevilla se enfrenta este jueves en el Ramón Sánchez Pizjuán al Cluj rumano en la vuelta de los dieciseisavos de final de la Liga Europa. Con su rival proclamado el pasado fin de semana campeón de la liga de su país, ahora los hispalenses ya saben que se enfrentan a un equipo victorioso. El mismo objetivo que desea alcanzar el club sevillano en su camino europeo la presente temporada. Gracias al empate a uno cosechado en el duelo de ida, los sevillanos tienen una ligera ventaja, empero no la suficiente para relajarse. Bien es cierto que las sensaciones son distintas al encuentro de hace una semana. Mientras que el pasado jueves Lopetegui llegaba en la cuerda floja y con un pie fuera de la entidad, ahora la situación ha cambiado. La victoria ante el Getafe ha insuflado aire fresco al vestuario.

No solo ganar en tierras madrileñas ha sido un bálsamo por los tres puntos y poder luchar una jornada más por entrar en la Champions. También es importante cómo se hizo y de la manera en que se alcanzó. El técnico vasco supo cambiar de idea, aportó una nueva visión desde el banquillo y no dudó en dejar sin minutos a hombres importantes o fichajes de relumbrón del mercado de invierno como Éver Banega en el primer caso y En-Nesyri, en el segundo. Parece que Lopetegui ha encontrado dentro del vestuario a un grupo de jugadores que están dispuestos a luchar por él. El problema es la plantilla corta que le queda tras la marcha, hace escasos días, de Carriço a China de manera sorprendente y que deja al plantel con solo tres centrales, de los cuales apenas uno ha demostrado ser de categoría.

Mientras, según apuntan distintas fuentes dentro del club, hay otros profesionales que no lo están siendo tanto, ya sea por razones extradeportivas, falta de compromiso en los entrenamientos o simplemente bajón de forma en el momento más crucial para los intereses sevillistas. Porque es ahora cuando se juega el equipo más de media temporada. En la Liga Europa significa el punto de inflexión para empezar a ascender cotas más altas de cara a lograr el sexto entorchado en su competición fetiche. En la Liga, estar en la pomada de los equipos que luchan por un puesto europeo, sobre todo en la Liga de Campeones, aunque también el acceso a la Liga Europa estará caro este año.

Ese es el motivo por el que Lopetegui ha tenido que cambiar de filosofía de juego. Ha pasado de querer controlar la posesión a no importarle demasiado. Durante el encuentro del pasado domingo ante el Getafe, el control de la pelota acabó casi al 50 por ciento para ambos clubes. Necesitaba el Sevilla un juego más directo y vertical, toda vez que ese nuevo estilo se lo ha dado otro jugador recién llegado, Suso, que aporta ese toque de calidad que pocos tienen. Para saber si lo del campeonato liguero fue un espejismo o comienza a ser una realidad cada vez más palpable habrá que esperar al choque frente al Cluj. Una eliminación en la Liga Europa podría echar por tierra el nuevo proyecto de Monchi en su segunda etapa. Ni la lucha por entrar en la Champions permitiría respirar tranquilo a Lopetegui . Toca esperar la reacción de su corta plantilla y de los jugadores que aún le son fieles.

Partido complicado en la vuelta de los dieciseisavos para un Sevilla que estuvo en el alambre todo el choque frente al líder y campeón rumano. El Cluj demostró que es un equipo serio, sin apenas fisuras y muy bien trabajado tácticamente. Incluso soñó por un instante con la machada, con un gol que acabaría siendo anulado a falta de cuatro minutos. El VAR echó una mano a Julen Lopetegui, que vio en ese tanto peligrar su continuidad al frente de la nave. Clasificación final gracias al empate a uno de la ida, aunque con muy malas sensaciones.

Necesitaba el Sevilla la victoria para confirmar que el bache sufrido en el inicio de 2020 era parte del pasado y que la imagen ofrecida en Getafe no había sido fruto de la casualidad y sí del buen hacer sevillista. Por eso Lopetegui salió con el mismo once que en tierras madrileñas para tratar de pasar a los octavos de final de la competición fetiche de los suyos. La única novedad fue la presencia bajo palos de Bono, que daba la alternativa a Vaclik, quien quedó fuera de la convocatoria por no superar sus problemas físicos. De nuevo, la gran sorpresa para muchos aficionados sevillistas: la presencia del teórico mejor jugador de la plantilla en el banquillo desde el inicio. Éver Banega volvió a presenciar un partido donde no suele hacerlo. Estar fuera de los planes del técnico demuestra que cada vez está más aislado en el vestuario un futbolista con billete en junio para tierras saudíes, empero que habrá que ver en qué condiciones llega y si no es una 'bomba de relojería' para la entidad en los escasos meses de competición que quedan. Al final tuvo su oportunidad para redimirse y, de momento, la jugada le salió bien a su jefe.

Cuestiones extradeportivas al margen, aunque muy influyentes dentro de un vestuario de fútbol, la realidad fue que el Cluj fue menos manso de lo esperado. Con el empate a uno de la ida y la necesidad por parte de los rumanos de marcar al menos un gol, la estrategia de su entrenador de estar agazapados atrás y esperar una oportunidad no valía en el pitido inicial.

Sevilla

Bono, Navas (En-Nesyri, min. 75), Diego Carlos, Koundé, Reguilón, Jordán (Banega, min. 64), Fernando, Gudelj, Suso (Nolito, min. 70), Ocampos y De Jong.

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Cluj

Arlauskis, Manea, Vinicius, Burca (Boli, min. 27), Camora, Deac, Bordeianu, Djokovic (Rondón, min. 78), Paun, Omrani (Golofca, min. 84) y Traoré.

  • Árbitro: Andris Trimanis (Letón). Amonestó con tarjeta amarilla a Navas, Deac, Nolito, Boli, Djokovic, En-Nesyri y al entrenador visitante, Dan Petrescu. Expulsó por doble amarilla a Bordeianu.

  • Incidencias: Partido de vuelta de dieciseisavos de final de la Liga Europa, disputado en el Ramón Sánchez Pizjuán.

El riesgo de los visitantes, dejando huecos casi desde el inicio, permitió al Sevilla hacer un fútbol más vertical y menos de posesión infructuosa como acostumbró en las últimas semanas. La primera parte acabó con 40 minutos de control absoluto nervionense, cero a cero y cinco minutos finales donde el Cluj pudo dar algún susto que suscitó los pitos del graderío en el Pizjuán, sobre todo por un cabezazo de Boli que si llega a ver puerta habría adelantado a los suyos.

Para la reanudación era necesario ver cambios. Lopetegui sabía que se jugaba mucho de su puesto en la clasificación para la siguiente ronda. Pese a ello, no hizo el primero hasta pasados diez minutos de la segunda mitad. Banega entró, como en una especie de segunda oportunidad, para intentar resolver un partido que no parecía llegar a buen puerto para los locales. A media que iba acercándose al final, los rumanos subieron líneas, presionaron la salida del balón y pusieron el susto en el cuerpo a la hinchada. También los de Nervión tuvieron sus oportunidades, pero ir con De Jong a una guerra de trincheras como fue el duelo no parece la mejor opción, pese que sí lo pensó el preparador vasco. Un cuarto de hora tuvo En-Nesyri para aportar su granito de calidad. Sin embargo quien dio la sorpresa fue el Cluj con un gol a falta de cuatro minutos, que por suerte para los sevillistas anuló el VAR por mano previa –involuntaria- de Traoré.

Empate final y clasificación a octavos de un Sevilla que no ve claro su futuro en la competición.

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