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Reportaje

El increíble viaje de Enric Gallego

El delantero, fichado por el Getafe este verano y que debutará en Europa con 33 años, tiene una historia a sus espaldas de superación constante y que es un ejemplo para los más jóvenes.

Jonay Antón

Miércoles, 17 de julio 2019, 18:01

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Una aventura inverosímil. Así se puede definir la carrera profesional de Enric Gallego. Hace una década, con la edad de 23 años, jugaba en el Premiá de Regional mientras se ganaba la vida siendo camionero y repartidor. Con 25 años, jugaba en el Cornellá de Tercera. Con 31, debuta en Segunda División con el Extremadura. Cuando el sueño parecía que se podía quedar ahí, el Huesca lo ficha a principios de este año y debuta en Primera. Su sacrificio, sus goles y sus ganas de no rendirse le han permitido fichar por el Getafe, lo que le va a permitir seguir en la máxima categoría del fútbol español y asimismo, jugar la Europa League. A sus 33 años.

Para conocer el camino del éxito, hay que regresar a los inicios. Natural de El Buen Pastor, uno de los siete barrios que integran el distrito de San Andrés de Barcelona, Gallego empezó en aquel barrio su carrera deportiva. Como muchos otros futbolistas de categorías inferiores, tuvo que compaginar sus inicios en clubes como el desaparecido U.D. Buen Pastor y el Alzamora C.F. con empleos como camionero o peón de albañil, entre otros. Como todo ser humano, tenía dudas de dónde estaría como adulto y si podría alcanzar la situación que vive actualmente. «Está claro que todo jugador siempre tiene la ilusión de llegar lo más lejos posible pero si te soy sincero, hasta donde estoy ahora mismo, no», afirma Gallego, que destaca también la dificultad que tenía trabajar en empleos que exigían muchos y luego le afectaban a su parte deportiva. «No fue una etapa fácil porque madrugaba mucho, y después de realizar mi jornada laboral, el cansancio influía a la hora de entrenar».

Mirando con perspectiva, el catalán asegura que valora mucho más con el paso del tiempo ahora los valores que aprendió en aquellos clubes humildes. Tras un año en Regional, se cruzaron en su vida dos personas que le dieron estabilidad en su carrera deportiva. Éstas son el jugador Sergio García (amigo y del mismo barrio que Enric) y el agente y ex futbolista 'Mágico Díaz'. El atacante, que formó parte de aquel plantel de la selección española que fue campeona de la Eurocopa 2008, recomendó a Mágico que se hiciese cargo de Gallego, definiéndole como «un buen delantero, un goleador y una persona muy constante».

Posteriormente, entre 2009 y 2017, coqueteó con la Tercera División y la Segunda División B. Primero en la cantera del Espanyol, para luego aterrizar en el Cornellá, donde estuvo en dos etapas. La primera entre el 2010 y el 2013 y la segunda entre el 2015 y 2017, que se interrumpieron por experiencias en otros dos clubes catalanes como el Badalona y el Olot. En estos años, Gallego consiguió aumentar sus registros goleadores a pesar de tantos cambios de equipo. Es un periodo que recuerda con satisfacción. «Aquí aprendí a que no hay que tirar nunca la toalla y que hay que cuidarse. Tuve que superar muchas piedras que hubo en mi camino».

Mágico, el primero de la izquierda, junto a Enric Gallego trasun hat-trick con el Extremaduraf

Gallego y Mágico, una relación especial

Un dúo perfecto. Así se puede percibir la relación entre agente y futbolista. Ambos protagonistas tienen una conexión especial. «Ha sido siempre un tío muy constante, se deja el alma en cada balón que disputa y esto le da un plus que otros jugadores no tienen», afirma de forma tajante su representante. Además, dibuja un retrato del futbolista que deja ver su rasgo competitivo. «Cuando él veía que el Huesca se iba a Segunda, él quería mantener al equipo en la categoría como fuera, asumía toda la responsabilidad». Asimismo, Mágico afirma que a este tipo de jugadores de este nivel, no cobra ni una comisión ni al jugador ni a los clubes, factor que hoy es raro de ver en el fútbol actual. Ante tal decisión, Javier Díaz Pons (Mágico) valora la gratitud de Gallego. «Él es un tío muy agradecido y cada diciembre, me hace algún regalo y mira que no tiene porque hacerlo», dice entre risas.

Por otro lado, el ariete catalán va coincidir con un jugador en el Getafe que puede decirse que han tenido vidas paralelas como Jaime Mata. De hecho, han sido rivales en Tercera y Segunda División B. Hasta hace unos años, el madrileño era 'uno más' y su gran año en el Valladolid en la temporada 2017/2018, consiguiendo el 'Pichichi', le permitió dar el salto al Getafe y debutar con la selección española de Luis Enrique. «Es un privilegio jugar con él por todo lo que ha conseguido. También ha visto el otro fútbol y lógicamente por eso empatizaremos», afirma Gallego. Parece que llegar al combinado nacional sería poner la guinda al pastel. «Soñar es gratis pero lo que pienso es que debo darlo todo en el Getafe aportando goles y mi esfuerzo. Se que hay una posibilidad entre mil, pero no soy el más indicado para pensar que no se pueda, quién me diría a mí que estaría donde estoy ahora».

A pesar de tener otras ofertas interesantes, el Cornellá fue el conjunto que le dio la estabilidad necesaria como profesional. «Estar en aquel club me ayudó a no precipitarme a tomar decisiones solo por ganar algo más. Yo veía que garantizaba la estabilidad familiar. Eso es vital para mí ya que mi mujer y mis hijos siempre están por delante». Sin dudas, el factor más importante, el de la familia. Su pareja tenía por aquella época un trabajo bien remunerado y para dejar todo atrás tenían que llegar ofertas que merecieran mucho la pena.

Y sucedió. Su estancia en el Extremadura U.D es un punto de inflexión en su carrera. Ese ascenso de Segunda B a Segunda, junto al buen rendimiento individual del futbolista (que mantuvo el enorme registro goleador pese a cambiar de club), fue clave para el ascenso de Gallego. «Ir al Extremadura fue la mejor decisión que he tomado y siempre estaré agradecido». Su buen estreno en la Liga 1/2/3 en el conjunto azulgrana, con quince goles en la primera vuelta, le permitió llamar la atención del Huesca, colista de Primera División y que finalmente descendió aunque vendió cara su piel. «En el Huesca fue una etapa corta e intensa, que nos faltó algo de suerte y no pudimos cumplir el objetivo pero di y dimos todo para lograrlo».

Por último, Gallego quiere destacar el papel decisivo que ha tenido José Bordalás, otro hombre forjado en las categorías de bronce y de plata, para su fichaje por el club madrileño. «Viendo el interés mostrado y tener la oportunidad seguir jugando en Primera y encima poder competir en Europa, no puedo estarle más agradecido». Y añade: «Ese esfuerzo lo voy a devolver con mi actitud, aportaré todo lo máximo posible». Nadie puede dudar de ello.

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