Test positivo del Barça ante el Mallorca

Año nuevo, vida nueva. Eso es lo que espera el Barcelona a partir de este domingo en el Estadio de Son Moix. El conjunto que dirige Xavi Hernández busca dejar atrás un 2021 plagado de sobresaltos y pretende hacerlo desde el primer partido. El Mallorca pondrá a prueba a un equipo que llega al test inaugural del 2022 con numerosas bajas por coronavirus, lesiones y sanciones. Toda una prueba de actitud para un grupo que se ha marcado como propósito para el nuevo año pelear por títulos o, como mal menor, lograr una plaza para la próxima edición de la Liga de Campeones.

«Estamos en una situación límite. Tenemos entre 17 y 18 bajas. Es un momento para suspender el partido porque se adultera la competición. Hay que apelar al sentido común. No es una queja, es una realidad», afirmó Xavi este sábado en la rueda de prensa. Así reflejó el técnico de Tarrasa una semana de caos en la que los culés han visto cómo uno tras otro se le iban cayendo soldados en su visita a Son Moix. Lo que tenía pinta de ser un parón positivo para recuperar efectivos ha terminado siendo una pesadilla como consecuencia de la sexta ola de la pandemia.

Xavi no podrá contar para el duelo ante el Mallorca por coronavirus con Jordi Alba, Balde, Dembélé, Gavi, Coutinho, Dest y Abde. Tampoco estarán, por no poder inscribir nuevos futbolistas hasta el lunes, Ferran Torres y Dani Alves, este último también con covid, y no podrán concurrir por lesión Pedri, Ansu Fati, Martin Braithwaite, Memphis Depay y Sergi Roberto. La interminable batería de ausentes se completa con Sergio Busquets, sancionado por acumulación de amonestaciones.

Todas estas bajas colocan al Barça en una situación crítica. Los únicos futbolistas disponibles con ficha del primer equipo son Ter Stegen, Neto, Piqué, Araujo, Eric García, Umtiti, Lenglet, Mingueza, Frenkie de Jong, Riqui Puig y Luuk de Jong, por lo que Xavi tendrá que echar mano una vez más de jugadores del filial para completar la expedición y lograr tres puntos vitales.

El Barça llega a la cita con energías renovadas después de los últimos partidos con los que cerró el 2021. La victoria ante el Elche y las buenas sensaciones mostradas en el Ramón Sánchez Pizjuán frente al Sevilla han dado aire a un equipo que empieza a creer en que se puede salir del bache. «Han ganado autoestima. Nos acercamos a lo que queremos. Son muy buenas sensaciones. Hay que insistir y creer, hemos dado un paso hacia adelante», afirmó el técnico de Tarrasa.

El partido ante el Mallorca es también una prueba de madurez para los culés en varios sentidos. Los de Xavi siguen tratando de mejorar los números a domicilio, talón de Aquiles del equipo esta temporada con solo 8 puntos ganados de 24 en juego, y vuelven a tener al alcance de su mano la posibilidad de acabar la jornada en puestos europeos. Ganar en Son Moix sería también un triunfo de superación y un nuevo impulso anímico si logran sobreponerse a la plaga de bajas que azota al equipo.

Pese a la mejoría culé, no será un partido sencillo. El Mallorca es un equipo difícil de batir en la isla y sus cifras como local así lo demuestran. Los de Luis García solo han perdido uno de los nueve partidos que han disputado en Son Moix y reciben a los de Xavi con la esperanza de sumar tres nuevos puntos que le asienten en la zona media de la tabla y sin fiarse de la crisis de los blaugranas. «A cualquier equipo se le puede ganar, pero el Barça es el Barça. Cuando veamos la alineación que presenten nos daremos cuenta que muchos de ellos pueden ser titulares en la mayoría de equipos de Primera División», indicó el preparador del Mallorca.

El Barça llega con muchas bajas y el Mallorca también. Luis García Plaza, que ha pedido al igual que los culés la suspensión del encuentro, no podrá contar por coronavirus con Jaume Costa, Take Kubo, Mboula, Ruis de Galarreta, Sedlar, Salva Sevilla y Ángel, y tampoco podrá hacerlo con Antonio Raíllo, ausente por problemas en el tobillo.

El Barça logró ante el Mallorca uno de esos triunfos que refuerzan al grupo. El equipo que dirige Xavi aterrizó en la isla con la sombra de numerosas ausencias, la solicitud del aplazamiento del partido y la crisis como trasfondo. Todo ello quedó atrás en un choque en el que los culés dominaron el duelo con un once de circunstancias y en el que se impusieron con un héroe de esos que rompen las apuestas. Luuk de Jong fue lo que se esperaba de él cuando llegó del Sevilla el pasado verano y un gol suyo alegró el inicio de año a un Barcelona que sigue dando muestras de mejoría y que ya mira a los puestos de Liga de Campeones.

Los culés salieron de inicio al estadio de Son Moix con el objetivo de seguir fiel a su idea de juego. Si la crisis de resultados de diciembre no minó la fe de Xavi, tampoco lo iban a hacer las múltiples bajas entre covid, lesiones y sancionados. Hasta 16 jugadores no estaban a disposición del técnico de Tarrasa, una batería de ausencias que no se iba a notar en los primeros minutos. La ya clásica presión adelantada y el buen hacer del centro del campo formado por Frenkie de Jong, Nico y Riqui Puig cercaron a un Mallorca que vivió contra las cuerdas la primera media hora de partido.

En ese sometimiento en campo rival los azulgranas se mostraron cómodos. El balón en los pies nunca ha estorbado al entrenador catalán y tampoco a sus equipos. Así controló el Barça el partido ante el Mallorca y así comenzó un asedio en el que Ilias y Ferran Jutglà pronto iban a avisar con dos incursiones desde los extremos. Fueron señales antes de que emergiera un jugador inesperado, Luuk de Jong. El delantero neerlandés se topó con una titularidad ante la plaga de lesiones y aprovechó la ocasión para convertirse en el eje de todo el ataque blaugrana. Estrelló un balón en la cepa del poste, conectó una chilena al larguero que hubiese firmado su compatriota Marco van Basten y terminó de cerrar su repertorio con la especialidad de la casa, el remate de cabeza. Se elevó por encima de Reina y le dio una ventaja más que merecida a su equipo antes del descanso.

Tras la reanudación, el Barça se encontraba inmerso en un debate consigo mismo. Xavi acabó 2021 con la mosca detrás de la oreja por el manejo de los partidos de su equipo con ventaja en el marcador y el duelo de Son Moix era un nuevo examen en ese sentido. Los culés en esta ocasión si que intentaron domar el choque a través de la posesión del balón, pero se toparon con un rival que bajo orden de Luis García Plaza pasó a alternar el juego en corto con balones en largo que empezaron a complicar el plan blaugrana.

Con más corazón que cabeza, el Mallorca se lanzó a por el gol del empate. Luis García dio entrada a jugadores de refresco como Ruiz de Galarreta y Fer Niño, mientras que Xavi se afanaba pidiendo a los suyos que anestesiaran un partido que entraba en punto de ebullición. Los azulgranas no lograron el anhelo de su técnico y los bermellones instalaron efectivos en área rival hasta el punto de generar ocasiones por aplastamiento. Russo cabeceó por encima del larguero, Fer Niño disparó desviado y Jaume Costa se topó con un Ter Stegen que se hizo de acero ante un disparo a bocajarro en el área pequeña. Fue el último titubeo de un Barça que cerró el choque con un triunfo que sabe a gloria tras una semana convulsa.

• Temas
• F.C. Barcelona
• Xavier Hernández Creus