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Koke lamenta su fallo en la tanda. AFP
Rusia repite la pesadilla de Corea

Rusia repite la pesadilla de Corea

Los fallos de Koke y Iago Aspas condenan a España, que pierde su tercera tanda de penaltis en un Mundial

Miguel Olmeda

Domingo, 1 de julio 2018, 19:24

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En pleno 2018 todavía hay quien piensa que las tandas de penaltis son una lotería. Una suerte que esconde tras de sí infinidad de variables, entre ellas, fundamental, la anímica. Le ocurrió a España ante Rusia. Indiscutible favorita frente a la anfitriona, La Roja arrastraba además la presión de haber realizado una fase de grupos por debajo del nivel esperado, situación todavía remediable al quedar encuadrada en el lado teóricamente fácil del Mundial. Con semejante cóctel, aderezado con un abrumador dominio estéril durante 120 minutos, se presentaban Fernando Hierro y sus muchachos en los lanzamientos desde el punto fatídico. Fatídico para España, se entiende, porque para Rusia fue bendito.

Los fallos de Koke y Aspas, cuyos lanzamientos atajó Akinfeev, condenaron a una selección que tiene la negra desde los once metros en su historia mundialista. Con esta son ya cuatro las ocasiones en las que La Roja ha decidido su futuro en una Copa del Mundo en los penaltis, con un balance de tres derrotas y solo una victoria: ante Irlanda en Corea y Japón 2002 en octavos de final, que precedió a la polémica y eternamente recordada derrota, misma suerte mediante, frente a la anfitriona Corea del Sur. Igual que entonces, en Rusia España se sintió perjudicada por las decisiones arbitrales, esta vez amparadas por la revisión del VAR.

Hay que remontarse a 1986 para encontrar el primer precedente mundialista de la selección con los penaltis. Después de golear a la favorita Dinamarca en octavos de final, en la histórica exhibición de Emilio Butragueño en Querétaro, póker incluido, España afrontaba los cuartos ante Bélgica con optimismo. Ceulemans adelantó al combinado flamenco y Preud'homme echó el cerrojo el resto del choque, solo batido por Señor cuando se avecinaba el final. Ya en los lanzamientos definitivos, los 'Diablos Rojos' firmaron una tanda impecable, mientras que a La Roja, dirigida por Miguel Muñoz, le mandó de vuelta a casa un fallo del joven Eloy.

El escándalo de Al Ghandour

Tuvieron que pasar 16 años para que España viviese otra tanda de penaltis en un Mundial, y en Corea y Japón se llevó una ración doble. A las primeras de cambio se cruzó con Irlanda, a quien un gol de Robbie Keane en el último minuto llevó primero a la prórroga y luego a los lanzamientos desde los once metros. Ahí emergió la figura de un incipiente Iker Casillas, héroe del Real Madrid apenas un mes antes en la final de la Champions en Glasgow, para detener dos penaltis y devolver a La Roja a los cuartos de final, entonces ronda maldita.

Allí esperaba, como en esta ocasión lo hizo Rusia, la anfitriona Corea del Sur. España, igual que este Mundial, dominó el encuentro... Pero se topó con Al Ghandour. El árbitro egipcio anuló dos goles legales al combinado entonces capitaneado por Fernando Hierro: uno por una supuesta falta de Iván Helguera y otro, incomprensiblemente ayudado por su asistente, en el que señaló saque de puerta cuando el centro de Joaquín no había rebasado la línea de fondo. Luego llegaría la tanda de penaltis y, como ante Rusia le ocurrió a Koke y Aspas, el propio Joaquín se estrelló en los guantes del portero.

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