Daniel Sánchez e Inés Herault conquistan la San Silvestre Cidiana
LOs dos atletas burgaleses se alzan con la victoria masculina y femenina en la popular prueba, participada este año por más de 7.000 corredores
Densa niebla, intenso frío, competición y deporte popular. Cuatro ingredientes que esta tarde dieron lustre a la XXXV edición de la San Silvestre Cidiana, en la que los corredores burgaleses Daniel Sánchez e Inés Herault brillaron con luz propia.
Ambos fueron los vencedores en las categorías masculina y femenina tras una carrera muy competida en la que, además, se logró batir la marca del año pasado.
El primero en cruzar la línea de meta era Sánchez, quien cogió el testigo de su hermano Pablo, vencedor en ediciones anteriores. En este caso, el corredor del Atletismo Torrelavega, que aseguraba que se sentía con «posibilidades» al inicio, se colocó desde el principio de la carrera en el grupo de cabeza.
Una vez superado el ecuador de la prueba, ese grupo se redujo a un trío formado por Jairo Grijalbo, Rodrigo Andueza y el propio Daniel Sánchez, quien atacaba justo antes de la última curva del recurrido, imponiendo un ritmo en la avenida Derechos Humanos imposible de seguir por sus compañeros hasta parar el crono en los 16 minutos y 28 segundos.
Menos competencia tuvo en categoría femenina Inés Herault. La corredora sub-20, que ya venció el año pasado, repitió victoria tras completar casi todo el recorrido con cierta ventaja sobre sus rivales y parando el crono en 19 minutos y cinco segundos.
Más de 7.000 corredores
Y por detrás, la marabunta. Y es que, si algo tiene de especial la San Silvestre Cidiana es su carácter popular. En esta ocasión, el Florentino Díaz Reig, club organizador de la prueba, repartió más de 7.000 dorsales entre corredores profesionales y, sobre todo, aficionados.
Ellos son los que dan color cada año a una carrera que repitió el recorrido del año pasado, partiendo desde Eloy García de Quevedo para enfilar hacia el centro de la ciudad, dar un giro de 180 grados en la plaza del Cid, embocar la avenida del Arlanzón y la calle Vitoria y culminar en la avenida Derechos Humanos.
Un recorrido de algo más de cinco kilómetros en el que las luces, los disfraces y el cachondeo ante cientos de personas congregadas en las calles fueron la tónica dominante.
