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Max Verstappen, durante una carrera EP
Fórmula 1

El huracán en Red Bull barrunta tormenta en Spa

El Gran Premio de Bélgica, cuya previsión de lluvia hace temer lo peor, llega marcado por la marcha de Horner y cómo puede afectar al equipo del campeón Verstappen

David Sánchez de Castro

Madrid

Jueves, 24 de julio 2025, 20:31

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Las semanas que han pasado desde el ya lejano Gran Premio de Gran Bretaña han dejado el paddock de la Fórmula 1 con una sacudida pocas veces vista. El inesperado mutis por el foro de Christian Horner, el jefe de equipo que más años llevaba en la actual parrilla, ha revuelto el avispero de tal manera que prácticamente ha quedado en un segundo plano toda la previa del Gran Premio de Bélgica, siempre interesante por disputarse en el circuito de Spa Francorchamps, el predilecto de muchos de los pilotos.

El estreno de Laurent Mekies como jefe (¿interino?) de Red Bull, promocionado desde el filial Racing Bulls, es sin duda el foco de atención de todos. Las miradas se dirigen directamente a Max Verstappen, cuyo entorno —su padre, en concreto— ha sido señalado como el Judas que ha traicionado a Horner para garantizarse una posición de poder en las negociaciones sobre el futuro del tetracampeón del mundo. Y es que en estas semanas también ha trascendido un encuentro nada casual entre él y Torgen 'Toto' Wolff, el jefe de Mercedes, en Cerdeña.

Ya es casualidad que de todos los destinos paradisíacos que se pueden elegir en Europa sea precisamente allí donde vayan a aterrizar sus dos aviones privados para charlar un rato. «La salida de Horner no tiene ninguna influencia sobre mi futuro», se apresuró a asegurar un nada creíble Verstappen este jueves en la previa de la cita de Spa, donde ejercerá hasta cierto punto de piloto local: aunque corre bajo nacionalidad neerlandesa, él es belga de nacimiento.

Donde sí puede influir, y seguramente influirá, es en el rendimiento general del equipo en la pista. El apasionante trazado de Spa Francorchamps está señalado en rojo en el calendario de todos los pilotos, ávidos de subir el Eau Rouge hasta el Raidillion, dos puntos indiscutiblemente reconocibles por todos los aficionados a la Fórmula 1, y más para aquellos que hayan visto la película de Brad Pitt en estas semanas de ínterin entre carreras.

El regreso de la competición se produce además con el del formato sprint, lo que supone un aliciente más: habrá carrera corta el sábado y larga el domingo, con la amenaza de lluvia más que presente en las previsiones y el recuerdo del Vietnam que supuso la edición de 2021, aquella en la que la carrera se disputó a pocas vueltas detrás del coche de seguridad y le dio a George Russell un podio que, como diría Di Stéfano, no mereció pero trincó.

Así, el silencio que reina en Woking, sede de McLaren, suena a confianza más que firme. Tanto Lando Norris como Oscar Piastri son conscientes de que gozan de cierta superioridad sobre el papel, y que incluso en condiciones complejas como esta pueden llegar a alcanzar un nuevo doblete. La ventaja de la que gozan de forma técnica tiene que afianzarse siempre que sepan gestionarla, máxime en un fin de semana como este donde los errores penalizarán el doble. Pilotos como Lewis Hamilton, ávido de éxitos en una Ferrari en la que aún no se siente cómodo, Charles Leclerc, al que le cuesta entender el papel de eterno candidato, o el propio Russell —cuyo futuro parece ligado al de Verstappen si le hace Toto lo que le hizo Ferrari a Sainz con Hamilton— son candidatos a todo si en McLaren no saben estar a la altura de lo que se espera.

Alonso, confiado y hambriento

Tras un paso por casa, los españoles llegan a Spa con confianza y fortaleza. El podio de Nico Hülkenberg en la última cita les da esperanza de verse en una carrera inesperadamente caótica en posición de poder, máxime cuando ambos saben que pueden hacerlo mejor de lo que han mostrado en las últimas citas.

Alonso, que siempre sonríe cada vez que le nombran el circuito de Spa, llega con confianza por lo que sabe que le han puesto al AMR25. El viejo tractor verde ya está más pulido y, aunque no llegará a marcarse un ApexGP —posible 'spoiler' de la película de F1 aquí—, sí puede estar peleando en la zona de arriba, aunque no sea su lugar, si sabe aprovechar las condiciones de pista. Aunque estrenar novedades en Spa, un circuito muy suyo, quizá no sea el mejor escenario, sabe que «entenderlas y luego probarlas bien» es clave no solo para este fin de semana como para los siguientes, como el de Budapest.

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