China subirá este año sus gastos militares un 7,1 por ciento
En plena tensión por la guerra de Ucrania, el régimen celebra la reunión anual de su Parlamento orgánico, donde el primer ministro Li Keqiang fija un crecimiento económico «en torno al 5,5 por ciento»
PABLO M. DÍEZ
Corresponsal en Pekin
Sábado, 5 de marzo 2022, 07:03
En medio de la guerra de Ucrania, este sábado ha arrancado en Pekín la Asamblea Nacional Popular, reunión anual del Parlamento orgánico de China. Si no fuera por el Congreso del Partido Comunista que se celebrará en otoño, en el que está previsto que el presidente Xi Jinping se perpetúe en el poder, sería la cita política más importante del año en China, ya que el régimen marca sus principales objetivos económicos y sociales.
Ante los casi 3.000 diputados congregados en el Gran Palacio del Pueblo, el primer ministro, Li Keqiang, ha fijado una previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) «en torno al 5,5 por ciento». Aunque la economía china subió el año pasado un 8,1 por ciento, la ralentización a la mitad durante el segundo semestre y el impacto de las drásticas medidas contra los brotes del coronavirus invitan a ser más cautos en esta ocasión.
Tal y como leyó Li Keqiang en su informe del Gobierno, China se enfrenta a un clima externo «volátil, grave e incierto» por la triple presión de la «contracción de la demanda, la disrupción de las cadenas de suministro y el debilitamiento de las expectativas». Como suele se habitual en sus planes económicos, la meta es crear once millones de empleos urbanos anuales, manteniendo una tasa de paro oficial «dentro del 5,5 por ciento», una inflación del 0,9 por ciento y un índice de precios al consumo «alrededor del 3 por ciento».
Debido a la tensión internacional desatada por la invasión rusa de Ucrania, otro de los datos más esperados de este año era el de los gastos militares, que subirán un 7,1 por ciento hasta los 1,45 billones de yuanes (210.000 millones de euros). Se trata de un incremento tres décimas superior al del año pasado y cinco con respecto a 2020, cuando experimentaron su menor subida desde 1989 mermados por el impacto del coronavirus.
Desde 2016, China mantiene un aumento de un solo dígito del presupuesto militar, lejos de las subidas de hasta el 18 por ciento registradas hace más de una década. Entre 2010 y 2019, su crecimiento medio fue del 9,1 por ciento y, oficialmente, la partida en Defensa representa solo un 1,77 por ciento del PIB, por debajo de Estados Unidos (3,74 por ciento), Rusia y la media global. Pero numerosos expertos sospechan que los gastos militares de China son hasta un 40 o 50 por ciento mayores porque estas cifras no incluyen programas clave como el tecnológico o el espacial.
En su alocución, el primer ministro llamó al Ejército Popular de Liberación a «profundizar en la preparación integral para el combate», ordenándole «llevar a cabo su lucha militar de forma resolutiva y flexible» para defender la soberanía territorial y la seguridad nacional. China se pone así en alerta en un clima internacional cada más tenso por la guerra contra Ucrania lanzada por Rusia, que Pekín no ha condenado e incluso elude llamar «invasión» porque la propaganda define a Putin como uno de los «mejores amigos» del presidente Xi Jinping.
En este escenario cada vez más revuelto y con una Rusia aislada por las sanciones de Occidente, Pekín tiene abiertos numerosos frentes con sus vecinos, que van desde la reclamación de Taiwán hasta las disputas territoriales con Japón, la India y en el mar del Sur de China. A la espera de que Pekín aclare su ambigüedad diplomática sobre la guerra de Ucrania, hay quien teme que incluso copie el ejemplo de Putin para conquistar la isla de Taiwán. Pero parece poco probable a la vista de la unánime condena internacional contra Rusia y el aislamiento que persigue asfixiar su economía. Además, Xi Jinping tiene en el horizonte el XX Congreso del Partido Comunista, que se celebrará seguramente en octubre, y lo último que le interesa ahora es más inestabilidad aparte de la que ya provoca la guerra.